-Condensación del autor-
La esterilidad Che, me sobresalta
me inquieta, me exprime, me retuerce.
Estar hombre lóbregamente solo
como un paria que destino
se empeñó en deshacer.
Íngrimo, insólito, infinito.
Señora que te llaman arráncame la vida
porque todo es como un ataúd de púrpura encendido
flotando en el espacio o
un lápiz solitario que deambula en la arena.
Si grito -¡Dios mío!-
es una estridencia muda de campanas.
Un golpe seco, constante y oprimente
es la soledad del hombre sin prójimo.
No me des la mano
porque sólo encontrarás un inmenso vacío.
El hombre se aburre, se hastía, se
desespera solemnemente como un sapo.
Estar solo amigo, a vos te lo digo
y con uno mismo como su peor compañero.
Acordate hermano
cuando los grandes señores se enchompipan
y sacuden su moco y su plumaje.
Te apabullan, se sonríen y te aplastan
por sólo ser un Lázaro poeta imprevisible.
No sólo por lo tanto pero entonces
prefiero hacer un tango comparcita
un tango azul y de cielo emborregado
Dedicaréme, pues, a mover el rabo
a los grandes jefes de esta mierda.
O mejor fundaré un prostíbulo
con verdaderas catedráticas en la materia.
Pervertiré a toda la niñez nicaragüense
y condecoraré a drogados, mafiosos, asesinos,
chulos, pistoleros, ladrones y violadores.
¡Lanzo desde ahora mi candidatura
para presidente de la República de Nicaragua:
Puedo ofrecer más corrupción que nadie!
Seré, te gustaría. Paren la música.
Después de todo no estamos tan solos.
Vale pues la pena hacer un tango
porque Che, yo sé que cuando haga todo eso,
aunque sólo sea un poco de todo eso,
entonces seré tan felíz como un pedo.
(1971)
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