Luis Rocha
No una, sino muchísimas veces los miembros de la Conferencia Episcopal, en sus cartas pastorales o individualmente en declaraciones periodísticas, han reprobado y condenado la humillación que conlleva supeditar los trabajos en NUESTRO Estado, y por ende el pan al que ganado con el sudor de su frente tiene derecho el pueblo, a condicionamientos partidarios y electoreros. “Pan por votos es inhumano”, fue el titular de “El Nuevo Diario” el 23 de enero. Pero desde antes los obispos, comenzando por el Arzobispo de Managua, Monseñor Leopoldo Brenes, han venido poniendo el dedo en esa llaga purulenta.
“Polito” Brenes, como es cariñosamente llamado por el pueblo, me recuerda, por su figura campechana y bondadosa, al extraordinario personaje principal de Graham Greene, en su poco conocido libro “Monseñor Quijote”. Tienen los obispos que tener mucho de Quijotes, en este pueblo donde casi todos somos caballeros de tristes figuras. En fin, todos los nicaragüenses hemos visto y oído, y los obispos lo que hacen es recordarnos lo que hemos visto y oído. La barbarie contra la civilización es denunciada, ciertamente, pero no inventada por los obispos. Campanadas episcopales e insistentes repiques de su clero por toda la nación, se escuchan para que no nos dejemos arrebatar la dignidad: nuestra alma.
El texto de la noticia aludida, comenzaba así: “Dirigentes de la sociedad civil y de organizaciones de mujeres afirmaron que la campaña electoral que desde ya ha iniciado el gobierno, con la primera dama Rosario Murillo como autora intelectual, “gánate el voto consiguiendo votos” (eufemismo de “gánate el pan a cambio de votos”), es inhumana, porque se aprovechaba de la necesidad de los trabajadores del Estado”. Esta canallada lo que confirma es lo ya dicho: La obsesión por el poder es bestial. Porque la obsesión por el poder es como una estampida de caballos, que desbocados van pisoteando todo resquicio de libertad.
Precisamente por eso el galope irracional de los caballos socialistas, cristianos y solidarios quiere machacar toda libertad de expresión. Todo medio que contribuya a que el pueblo tenga voz. Pretenden así ocultar, tras chantaje y leguleyadas, el verdadero espíritu infernal que llena la de otra manera vacía frase de una Nicaragua “Cristiana, Socialista, Solidaria”. Esa es la mentira que amordaza y si no puede amordazar a un medio escrito independiente y verdaderamente solidario con su pueblo –como ocurre en estos momentos con EL NUEVO DIARIO- pretende cercenarle la palabra e incinerar la libertad de prensa.
El Obispo Auxiliar de la Diócesis de Managua, Monseñor Silvio Báez, alerta constantemente a no sentirse desamparados o resignados a la triste suerte de la esclavitud. Durante una reciente intervención en la celebración de Cristo Rey en la ciudad de Masaya, en síntesis expresa: “Este es un año de grandes decisiones. Este año hay que acabar con el pecado del mundo. No será suficiente solamente rezar, pues la población debe primero identificar el pecado y no quedar indiferente a los hechos que la esclavizan.”
Ni éstas ni las siguientes palabras de Monseñor Báez, explicando claramente lo que es el pecado, necesitan mayor comentario: “El pecado son la corrupción, la injusticia, la desigualdad, las ambiciones, el egoísmo, el irrespeto a las leyes del país y la compra y venta de conciencias, además del dominio sobre otros y el ejercicio del poder como medio de opresión”.
“Llevemos la victoria del Cordero contra el pecado del mundo. Luchemos contra el pecado del mundo, porque con nosotros está el Cordero. Llevemos la victoria del Cordero con nuestra palabra de denuncia, superando nuestra indiferencia y comprometiéndonos no solo como ciudadanos, sino en el nombre de Cristo, a cambiar nuestra sociedad, a hacer una Nicaragua nueva, justa y pacífica. Porque, como dice Juan en su evangelio de hoy, el pecado es la ruptura con Dios y su proyecto de justicia y amor”.
“Extremadura”, Masatepe, 6 de febrero de 2011. (“Me quema la palabra”).
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