El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 31 de mayo de 2013

Postalita


Por Onofre Guevara




Amaru Barahona:

No volveré a ocuparme de tus agresiones en ningún artículo más, por las siguientes razones:

1. Estás resbalando en los mismos argumentos sin poder probar nada de lo cual me acusás.

2. Estoy convencido de que sos igual a quienes “no saben o no quieren saber que, con la ofensiva de sus dogmas, asumen que la USAID o la NED son los dueños del concepto y la idea” de la democracia.

3. Caíste en las insinuaciones calumniosas en mi contra al decir que por ser “un hombre culto y nada ingenuo, conocía de la trama” (¿?), con lo cual insinuás que lo hago por ocultos y nada santos intereses.

4. Has cuestionado mi honradez de manera calumniosa, pero me basta que la conozcan mi familia y mis amigos; pues, además, ellos saben de las sencillas y honestas condiciones en que he vivido y sigo viviendo.

5. Ya reconociste la delincuencia anticonstitucional de Ortega, al justificarlo con la delincuencia anticonstitucional de otros gobernantes de la derecha.

6. Lo tuyo es un pretexto para hacerle la defensa y la propaganda mal encubiertas al corrupto sistema político de Ortega, y esa confesión me releva de toda prueba y de más argumentos sobre tu orteguismo vergonzante.



Hasta nunca.

Nicaragua, la barrera contra el avance de las maras

Juan Carlos Pérez Salazar
BBC Mundo, Ciudad de México

En menos de dos décadas, las pandillas maras se convirtieron en una de las organizaciones criminales trasnacionales más exitosas de América Latina al saltar desde su base en Los Angeles, Estados Unidos, a varios países centroamericanos.
Debido a su crecimiento arrollador, hay quienes argumentan que al término mara viene demarabunta, las feroces hormigas migratorias que arrasan todo a su paso.
Y acompañando su paso, en los países centroamericanos se dispararon los índices de criminalidad, encabezados por el asesinato. En 2012, los dos países con mayor tasa de homicidios a nivel mundial fueron Honduras y El Salvador. Y la ciudad hondureña de San Pedro Sula es considerada la más peligrosa del planeta.Sea o no ese el origen de la palabra -que en muchos lugares ya es sinónimo de pandilla-, las maras se extendieron como voraz marabunta por Guatemala, El Salvador y Honduras, donde se estima que tienen unos 100 mil pandilleros. También han llegado al sur de México.
Sin embargo, a medida que las maras seguían su irresistible marcha hacia el sur, un fenómeno interesante apareció: por el momento no han podido avanzar más allá de Honduras.
Y el motivo tiene nombre propio y ubicación geográfica: Nicaragua.

Un poco de historia

Esto se detectó hace ya varios años. En 2008, durante una reunión de directores de migración de Centroamérica, el de Costa Rica, Mario Zamora, dijo:
"Nicaragua se ha convertido en una especie de escudo inexpugnable para las maras. Hay que analizar qué es lo que está detrás de ese fenómeno, el que Nicaragua sea una barrera de las maras. Gracias a ellos no nos han llegado a Costa Rica".
Pero, ¿cuál es la razón?
"Nicaragua se ha convertido en una especie de escudo inexpugnable para las maras"
Mario Zamora, director de Migración de Costa Rica
Para encontrarla hay que remontarse a la génesis de las maras en Centroamérica, a principios de los años '90, cuando George Bush padre, entonces presidente de EE.UU., autorizó la deportación de cientos de jóvenes de origen centroamericano que se encontraban en las cárceles estadounidenes.
Muchos de ellos habían crecido en Estados Unidos y no entendían una palabra de español. Sin embargo, al ser hijos de indocumentados, fueron expulsados.
En su reportaje "Barrio 18, apogeo y caída de una pandilla" los periodistas José Luis Sanz y Carlos Martínez hacen un extraordinario recuento de la llegada de esos jóvenes a El Salvador.
"Esa fue la primera vez que vio a los bajados. (...) Ese modo de vestir, de llevar el cabello, esos tatuajes tan… tan de allá. Llevaban pantalones Dickies y Ben Davis, camisas holgadas, y se llamaban por nombres geniales como Whisper, Sniper, o Spanky. (...) ¿Cómo no acercarse?".
Pronto los "bajados", además de despertar admiración, se apoderaron de los territorios y los conflictos de los lugareños. Desde allí empezaron a construir su imperio y a extenderse.

Indocumentados, pero distintos

Y es aquí donde comienzan las diferencias con Nicaragua.
El periodista e investigador Steven Dudley, uno de los directores del sitio de internet InSight, que le hace seguimiento al crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe, dice a BBC Mundo que uno de los factores fue el tratamiento que en Estados Unidos se dio a los inmigrantes nicaragüenses.
"Durante los años '80 no se le dio una recepción similar a los refugiados que venían de diferentes países centroamericanos. A los nicaragüenses se les dio la bienvenida, mientras que de Costa Rica y Panamá no llegaron demasiados".
A los salvadoreños -en especial-, pero también a hondueños y guatemaltecos, desde el principio se les consideró como "indeseables".
"Eso hizo que muchos terminaran en la cárcel o involucrados con bandas", agrega Dudley a BBC Mundo.
Y la razón por la que los inmigrantes de Nicaragua -así fueran indocumentados- eran bienvenidos fue puramente política:
Maras. Foto Getty Images
El fenómeno de las maras se originó en barrios hispanos de Estados Unidos.
Como el gobierno de su país (al igual que el de Cuba), era considerado enemigo de Estados Unidos -los sandinistas estaban en el poder y la administración del entonces presidente estadounidense Ronald Reagan apoyaba a los rebeldes antisandinistas conocidos como Contras-, los emigrantes nicaragüenses eran vistos como personas que escapaban del régimen y por eso recibían asilo político.
Aunque las deportaciones de centroamericanos empezaron en los 90', continuaron con fuerza durante la década de 2000.
En su artículo Gangs, deportation and violence in Central America, Dudley revela que "entre 2001 y 2010 Estados Unidos deportó a 129.726 criminales convictos a Centroamérica, más del 90% al 'Triángulo del Norte'. Sólo Honduras -un país con población similar a la de Haití- recibió 44.042 deportados en ese período".
"Las cifras son apabullantes" dice Dudley a BBC Mundo. "Casi cualquier país habría hallado difícil lidiar con esas cantidades. Además, la información que debería pasarse entre gobiernos cuando ocurre una deportación de criminales, no se intercambió".
Resultado: los gobiernos centroamericanos quedaron con un número enorme de criminales en sus manos y sin ningúna información sobre sus expedientes, ni siquiera a qué pandilla pertenecían.

La razón social

Francisco Bautista Lara -uno de los fundadores de la Policía en la Nicaragua postsomocista y exsubdirector y excomisionado de la misma- está de acuerdo en que el tratamiento diferente a sus compatriotas por parte de EE.UU. contribuyó a que las maras no encontraran terreno abonado en su país.
Pero cree hay algo igual -o más- importante: los cambios sociales e institucionales generados en Nicaragua después de la revolución de 1979 que llevó al poder a los sandinistas.
"Si Nicaragua tiene niveles de desarrollo humano y de fragilidad institucional parecidos a los del norte de Centroamérica y también tuvo un conflicto armado, ¿por qué sus cifras delictivas se parecen más a las del sur?".
La razón, repite a BBC Mundo, está en que "la revolución creó instituciones distintas a las que continuaron existiendo en los países vecinos".
Agrega que también hay factores culturales: "Yo diría que Nicaragua y sus ciudades son grandes pueblos, donde todo mundo se conoce y la confianza interpersonal no se ha perdido, como sí sucedió en otros países de la región. Al contrario, la revolución del 79 fortaleció mecanismos de participación".

Más deportados que en Centroamérica

A pesar de las enormes cifras de deportaciones de EE.UU. a Centroamérica que cita Steven Dudley, las que se han realizado hacia México son mucho mayores.
"Entre 2001 y 2010, Estados Unidos deportó 779.968 criminales a México", afirma Dudley en su artículo Gangs, deportation and violence in Central America.
Steven Dudley también destaca cómo el gobierno de Nicaragua, a diferencia de otros en la región, trabaja más desde las bases hacia arriba.
Esto convirtió a la sociedad nicaragüense en una intrincada malla de relaciones y solidaridad que le fue imposible penetrar a las maras.
Y en medio del panorama desolador que se observa en los países del norte de América Central, Bautista Lara -quien ahora se desempeña como consejero regional de organismos como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)- ve luces de esperanza: luego de un máximo de 18.000 casos en 2010, los homicidios han venido disminuyendo.
Además están las negociaciones con las maras en El Salvador y Honduras. Todo esto, piensa Bautista, muestra que las pandillas están pasando por una fase de agotamiento natural, "de un proceso de descomposición que ha llegado a los límites tolerables". Por eso cree que si los gobiernos actúan con responsabilidad, puede lograrse la desintegración de las maras.
Ningún organismo social vive para siempre. Ni siquiera la temible marabunta

La nieta de Mao está entre los más ricos de China

La revista New Fortune desató la polémica tras revelar que Kong Dongmei, heredera del padre de la Revolución Cultural Proletaria, tiene un patrimonio de620 millones de euros

Kong Dongmei, la nieta de Mao Tse Tung, el padre de la Gran Revolución Cultural Proletaria en China, tiene un patrimonio que ronda los 620 millones de euros y se encuentra en el puesto 242 de las 500 personas más ricas en el gigante asiático.

La lista fue realizada por la revista financiera New Fortune, según informó el South China Morning Post, sabiendo de antemano que la noticia iba a crear una cadena depolémicas.

En internet, los chinos ironizaron sobre la mujer de unos 40 años, casada y con tres hijos, denunciando “la hipocresía del régimen, que oficialmente sigue llevando adelante el ideal revolucionario del fundador de la República Popular”.

“El presidente Mao nos había conducido a la erradicación de la propiedad privada, pero su progenitura se casó con un capitalista y violó la política de planificación familiar”, escribió Luo Chongmin, un consejero del gobierno en el sudoeste del país.

Kong es hija de Li Min, cuyos padres eran Mao Tse Tung y su segunda esposa, He Zizhen. Se graduó en la Universidad de Pekín en Aeronáutica en 1992 y comenzó a trabajar con su marido en una compañía de seguros.

En 1999 obtuvo un master en la Universidad de Pennsylvania y volvió a su país. Abrió una librería en Pekín con la misión de “proteger” la cultura comunista y escribió cuatro libros, muy exitosos, sobre su abuelo.

Las revelaciones sobre su fortuna, sin embargo, parecen desmentir lo que dijo en 2009 el general Mao Xinyu, segundo hijo de Mao: “La herencia de nuestra familia es honesta y clara. Ninguno de nosotros se dedicó nunca a los negocios y todos tenemos sueldos modestos”.

jueves, 30 de mayo de 2013

Abajo no está arriba, ni arriba está abajo



Vemos a José K. inmerso en un trabajo que ahora conoceremos, más concentrado y afanoso que nunca, sin prestar atención a su emisora de siempre, rumor de fondo en su costroso transistor. Ha optado por quedarse en la mesa de la cocina —única, por otra parte— en el muy modesto tabuco en el que agota sus años de vejez. Íngrimo en su rincón, alejado de ruidos externos perturbadores, nuestro hombre avanza en su labor. José K., impactado por esta vuelta al siglo XX, o quizá al XIX, o al XVIII, o incluso al XVII o el XVI, a los que nos lleva el ministro Wert y su vuelta a la asignatura de religión, ha decidido preparar un esquema para un próximo libro sobre la materia que se podría dar, por ejemplo, en todos los centros de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Ya lleva pensados algunos capítulos. Tal que la Historia del Vaticano. Ha quedado para más adelante la descripción sobre algunas fruslerías recientes como la del banco Ambrosiano y el ahorcamiento de Roberto Calvi, que se ha quedado enredado José K. en aquellos memorables días en los que los cardenales, directamente, se asesinaban los unos a los otros mientras ponían al frente de la Iglesia a hijos, hijas, queridas y mantenidos. Otro capítulo entretenido podría tratar sobre la Santa Inquisición, métodos y utensilios de tortura, tan eficaces para arrancar senos, romper brazos o arrancar jirones de carne con el misericordioso fin de salvaguardar la fe verdadera: los aplastacabezas, la bota española, el cepo, la cuna de Judas, la silla del interrogatorio, el potro. Por último, está pensando en cómo explicar con detalle el impúdico apoyo de la jerarquía católica a la mugrienta cruzada de Francisco Franco, aquel glorioso general que tras fusilar a miles de españoles entraba en las catedrales bajo palio y al que los cardenales rendían pleitesía medieval. ¡Claro que es conveniente que nuestros infantes estudien tan piadosas gestas!
La sintonía del boletín informativo le saca de su ensimismamiento, cual perro de Pavlov, y presta oídos a la actualidad. En mala hora lo hiciera, que otra vez se le revuelven los higadillos y la pajarilla se le arrebola por los adentros. Porque quienes dirigen el mundo han acabado por robarnos, además, el juicio y hasta las palabras. Se divierten con ellas y nos subvierten su significado para que justicia siempre sea lo que les beneficia a ellos y delito lo que a ellos les perjudica. La misma piedra es una joya cuando sale de sus manos, y un simple pedrusco cuando llega a las tuyas. De su lado los campos feraces, del nuestro el barbecho. La culpa, finalmente, como el fracaso, son siempre nuestros, que la recompensa y el éxito siempre premian a los suyos.
José K. quiere que la asignatura de religión incluya la Inquisición
y el apoyo a Franco
De Wert y la asignatura de Religión, verbigracia, hablábamos. ¿Es una muestra de arcaico y retrógrado clericalismo esa imposición? No, en absoluto. Es anticlericalismo rancio y añoso oponerse a ella. ¿Queda claro? Este malabarismo de conceptos, esta tergiversación de ideas, sujetos, verbos y predicados impregnan todo lo que tocamos. ¡Cómo será de obvio y manifiesto el hurto, la ratería, el latrocinio, que hasta una princesa —¡una princesa, allá en las alturas!— se ha dado cuenta de la existencia de tanto vampiro!
Insta José K. a seguir el razonamiento de Slavoj Žižek a propósito de la condena en Rusia a las Pussy Riot: “Hay dos tipos de cinismo, el cinismo amargo de los oprimidos que desenmascara la hipocresía de aquellos en el poder, y el cinismo de los propios opresores que violan abiertamente sus propios principios proclamados”. ¿Piden ustedes muestras? Con gusto. Fíjense qué enorme violencia la de esas decenas de ciudadanos que se acercan —solo se acercan— a la vivienda del señor ministro de Justicia a pegarle cuatro gritos y enseñarle unas pancartas. Intolerable, claro: una terrible coacción a la libertad del ministro y de su familia. Por contra, cuánta paz encierra la decisión de Alberto Ruiz-Gallardón de negar a la madre que haga lo que crea conveniente con su vientre. Qué ausente de violencia se muestra la decisión del ministro y todo el Gobierno de obligar a esa madre a convivir —ya sea un día o 30 años— con un ser no querido, haya nacido o no con tal o cual enfermedad. ¿Esos católicos que tanto presumen de amar y respetar al prójimo, por qué obligan —sí, obligan con la violencia de la ley— a tener que aceptar sus creencias sobre algo tan alejado de las competencias de los obispos como la biología? Porque el adusto Antonio María Rouco Varela no parece ser un experto investigador de zigotos, mórulas, blástulas y embriones.
¿Cómo es posible que luzcan como grandes genios de las finanzas esos egresados de carísimas escuelas de negocios, que día sí y otro también inventan productos financieros a cuál más complejo para que los bancos que les pagan —con obscena generosidad— puedan engañar más y mejor a sus usuarios y guapear sus socaliñas? ¿Por qué la culpa es del incauto endeudado que se pringó de por vida, se pregunta José K. al borde de la apoplejía, y no del delincuente que vendía basura envuelta en papel dorado? Loado y listísimo quien vendió engaños; culpable, malquisto y bobón quien los compró. Con gran dolor ha observado nuestro hombre que los segundos andan ahora rebuscando yogures caducados en las basuras de los supermercados, mientras los primeros siguen mandando, dirigiendo y ordenando la circulación. Y además, insultan a los más angustiados y empobrecidos: manirrotos, les dicen. Imprudentes, les afean.
Lucen como genios de
las finanzas quienes inventan productos para engañar a los usuarios
Así llegamos a que los jubilados sean unos insensatos que ponen en peligro el equilibrio financiero del mundo occidental porque piden, gentuza insolidaria, que no les bajen su ya magra pensión o, al menos, que se ajusten a la subida del IPC. Pero en cambio, qué injusto y disolvente —cosas de rojos irredentos— exigir, supongamos, una tasa a las operaciones financieras, una décima de más en las Sicav, o un mayor control fiscal a las grandes fortunas. ¿Qué tal si apretamos un poco las desorbitadas ganancias de ciertos empresarios textiles —espejos de emprendedores— que hacen blusitas en edificios infectos de Bangladesh? Ya sabe José K., ya, que es muy feo decir estas cosas. Una grosería, una muestra de intemperancia. Lo que le asombra es que sea mucho peor denunciar el crimen que cometerlo. Porque los culpables, no hay más que tener ojos, son quienes promueven o mantienen con su acción o falta de ella, tantas y tantas injusticias. Y no, en absoluto, los damnificados por ellas o quienes, adoloridos, claman contra tanta infamia.
Y ahora, en medio de todos estos desmanes, surge un doloroso trabajo extra, que hay que ver lo acongojados que están Gobiernos y banqueros porque acaban de descubrir que en el mundo existen, qué sorpresa, ciertos lugares de nombres encantadores donde unos desaprensivos depositan miles de millones de euros, sin pagar por ellos ni un céntimo en impuestos ni cosa que se le asemeje. Los llaman, qué bonito, paraísos fiscales. Y es allí donde al parecer, los pobres del mundo guardan sus ahorros. ¡Cuánto trabajador, cuánto pequeño empresario, cuánto autónomo esconde sus miles de millones en las islas Jersey, por citar una simpática localización! Avariciosos y canallas que privan a sus conciudadanos de unos impuestos que permitirían, por lo menos, acabar con la pobreza.
Porque quién va a creer —anatema— que son esos mismos banqueros y esos mismos gobernantes que tanto sufren —pobres— y que tanto se preocupan por nosotros, los culpables de esa infamia, de esa indecencia cósmica. Oh, no, de ninguna manera, se dice José K., sonrisa de hiena, que anoche, antes de poner término al detallado libro para Wert, había echado un vistazo, una vez más, a su muy querida Alicia:
—Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca.
—Oh, eso no lo puedes evitar. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
-—¿Cómo sabes que yo estoy loca?
—Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí.
(Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll).

BOLETIN DE NOVEDADES FERIA DEL LIBRO 2013

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miércoles, 29 de mayo de 2013

MADRE

Columna vertebral
de los sueños,
puerta abierta sin salida,
cumbre del sentimiento sin medida,
 ánfora donde se acuna la vida,
oasis en el umbral del pensamiento,
ventana donde el cariño se posa,
mariposa de mil colores
en la red de tu mirada,
alforja que guarda la caricia
del mañana,
para ser la estrella
en el sendero de nuestros pasos.
 Montaña de abrazos,
para abrigar el frío de la soledad,
 mañana, tarde y noche,
 un trío de bondades en tu alma,
 Madre, ¿qué más puedo decir de ti?
     
EMILIO PÉREZ ARIAS
2013

MADRE

(De todo tiempo)
En la ventana
Abierta de tus pestañas
            Pernoctan los amaneceres idos,
       Tierra fértil donde ha nacido
El arco iris de tu mirada,
                                                                           Tropel de palabras,
                                                                   Naufragio de lágrimas
       En el estanque de tu sonrisa.
                                                                  Un planeta de versos mil
            Los pasos de tu cansado tiempo,
                                                                  Bitácora de la historia
                                                                  En el canal de tu voz,
                        Semáforo de mis pasos inconscientes.
                                               La galaxia de tu nombre,
            Autopista de mariposas poéticas
   Que alimentan la fragancia
                                                                  De tus manos,
        Para ser mujer de blanca sien,
   Espejo de mi alma rebelde,
           Caleidoscopio de mis recuerdos.
                                                                  Todo este decir, elixir
                 Que vaga por las calles del corazón,
                                                                  Para brotar en la piel
               De tu nombre celestial: ¡MADRE!


Emilio Pérez Arias.                                                                                        Mayo 2011

La Rayuela que cambió la lectura cumple medio siglo

Varios caminos de lectura y surrealismo inédito inmortalizan obra del argentino

Novela dio inicio al movimiento literario del realismo mágico en Latinoamérica

Franco Varise 12:00 a.m. 25/05/2013
Buenos Aires, Argentina. La Nación /GDA. “Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón...” Rayuela nunca fue una novela. Es más bien una especie de río abierto y caudaloso.
A 50 años de su primera edición, la creación de Julio Cortázar, también puede analizarse como un dispositivo extraliterario donde, como al inicio de esta nota, el autor apela al “gíglico”, idioma creado para la expresión absoluta.
El aniversario, que contará con conmemoraciones en Argentina y en Francia, donde vivió, plantea una pregunta: ¿Qué hace a esta obra tan fascinante todavía?
Experimentación sonora y sintáctica, posibilidades de lecturas diversas; interpelación a la participación del lector y una sutil postura contracultural evocadora de las contradicciones de los sesenta hicieron de este simple objeto de pensamiento, papel y tinta un artefacto potente.
Su secreto magnetismo cautiva a lectores de generación en generación. Con el tiempo, el texto ganó la admiración de grandes nombres de la literatura universal.
“Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas”, expresó el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
“Si no hay una voluntad de lenguaje en una novela en América Latina, para mí esa novela no existe. Yo creo que la hay en Cortázar, que para mí es casi un Bolívar de la literatura latinoamericana. Es un hombre que nos ha liberado, que nos ha dicho que se puede hacer todo”, consideró Carlos Fuentes.
“Prosa hecha de aire, sin peso ni cuerpo, pero que sopla con ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes y visiones, vaso comunicante entre los ritmos callejeros de la ciudad y el soliloquio del poeta”, opinó Octavio Paz.
“Cortázar nos ha dejado una obra tal vez inconclusa, pero tan bella e indestructible como su recuerdo”, dijo Gabriel García Márquez.
Y las opiniones compiladas a lo largo del tiempo no escatiman elogios. Hoy Rayuela es parte del programa de lectura de muchas escuelas secundarias argentinas.
Algo impensado hace cinco décadas, cuando la novela irrumpió en la escena literaria de habla hispana como algo extraño.
Cortázar, que murió en París en 1984, compartió sus intenciones en una entrevista de la década del setenta: “A mí se me ocurrió, y sé muy bien que era una cosa muy difícil, un texto donde el lector en lugar de leer consecutivamente una novela tuviera opciones, lo cual lo situaría ya casi en pie de igualdad con el autor, porque él también había tomado diferentes opciones al escribir el libro”.
La primera página del libro se titula Tablero de dirección y destruye en el mismo umbral de la obra el orden formal entre “lo escrito” y “lo leído” al proponer dos maneras de leer las 600 páginas que siguen: de corrido, “en cuyo caso el libro terminaría en el capítulo 56 siendo el resto prescindible”, o como propone el autor, según un orden alterado en el que ubica como primero el capítulo 73, en cuyo caso todos los capítulos serían “necesarios”.
Así lo explicó Cristina Feijóo en una nota titulada El pensamiento de Cortázar en Rayuela, publicada en la revista literaria La Máquina del Tiempo.
Pero la invención de Cortázar no sólo fascina a otros escritores y a miles de lectores. También llamó la atención del mundo científico por su construcción basada en diferentes capas. “Rayuela es, sin duda, una novela excepcional que aborda una multiplicidad de temas y miradas acerca del hombre y del sentido de su existencia. Si bien algunos aspectos han envejecido mejor que otros, hay uno en particular que está hoy más vigente que nunca: la búsqueda. Rayuela es para mí, entre muchas otras cosas, una novela acerca de la necesidad de buscar, de buscarse y de buscarnos. Es además una búsqueda hacia adelante, hacia lo nuevo y desconocido, hacia lo abierto. Una búsqueda del hombre nuevo (como se ha señalado tantas veces) pero también de un nuevo lenguaje y de una nueva relación entre el lector y la novela. En estos tiempos que corren, el espíritu de búsqueda que representa Rayuela debería estar hoy más vivo y presente que nunca", consideró a LA NACION Gustavo Ariel Schwartz, investigador del CSIC en el Centro de Física de Materiales de San Sebastián, España.
El domingo 20 de octubre de 1963 se publicó en LA NACIÓN la crítica literaria a cargo de Juan Carlos Ghiano con el título: "Rayuela, una ambición antinovelística". En el texto, el autor, no sólo reseña la obra sino que también aporta datos de la "muchachada" literaria de la época a la que pertenecía el autor y señala como influencias a Alfred Jarry y el Joyce por fuera de Ulisses. Ghiano, que se declara admirador de Cortázar, desliza algunas críticas: "Rayuela, intensamente auténtica en algunos capítulos, muy pocos, decepciona y fatiga en la totalidad". Y agrega: "Cortázar ha querido ser el escritor voyant que pedía Rimbaud y del intento surge lo antinovelístico de su libro, tan preocupado por lo que intenta destruir que no siempre alcanza la novedad anunciada con insistencia".

Cortázar fijó su residencia definitiva en París en 1951, donde murió en 1984. Desde allí desarrolló una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos figuran entre los más perfectos del género. Rayuela marcó un hito dentro de la narrativa contemporánea. Por eso, la editorial Alfaguara lanzó una reedición conmemorativa, y en París el Instituto Cervantes inauguró la semana pasada una exposición y publicó una guía de París basada en los lugares que menciona la novela.

Libro reúne la íntima poesía de Diana Ávila

Vida poética Publicación de Editorial Germinal muestra la obra escrita entre 1976 y el 2005, así como poemas inéditos y dibujos en tinta

Fernando Chaves Espinach fernando.chaves@nacion.com 12:00 a.m. 27/05/2013
Por años, Diana Ávila ha trabajado con esmero en unos versos muy íntimos. Ha publicado cuatro libros desde 1976, de los cuales ya ninguno se encuentra en librerías; como escribe Rodrigo Soto , es un “mito”.
Ahora, finalmente, se podrá leer su obra, pues Editorial Germinal presentará Gramática del sueño (poesía reunida 1976-2005 y poemas inéditos). La actividad se realizará el martes 28 de mayo, a las 7 p. m., en el Espacio Cultural Carmen Naranjo , en la Antigua Estación al Atlántico. Rodrigo Soto, Mía Gallegos y Elizabeth Odio comentarán este trabajo de su colega y amiga.
El libro contiene los poemas de El sueño ha terminado (1976), Contracanto (1981), Mariposa entre los dientes (1991) y Cruce de vientos (2005). Agrega 15 poemas inéditos y dibujos hechos en tinta.
Voz propia. “Uno trata de hacer dos cosas con la poesía: expresar algo que siente, y buscar cómo comunicarse con la vida, con el mundo”, explica Ávila, quien trabaja como editora y traductora.
Rodrigo Soto considera que Ávila “aspira a establecer una comunicación más directa, auténtica y espontánea con los lectores”.
La poesía de Ávila, en sus palabras, trata de temas de amor, del medio ambiente, de sus gatos y perros, y de su conexión con la naturaleza, expresadas de una forma íntima y muy personal.
“Cuando escribo, trato de que sea un poema abierto, y apelo a cosas profundas del lector, incluso inconscientes. Mi poesía está hecha de sueños”, cuenta Ávila.
Por trabajar con tal cuidado cada palabra, solo ha publicado cuatro colecciones. “La vida es un misterio, y tratar de capturar la vida en un poema es desafiante y muy pocas veces se logra”, dice.

Reunir su obra le ha permitido observar el crecimiento de su propio lenguaje, que podrá comprobar el lector. “Desde los primeros poemas hasta ahora se ve una evolución y el desarrollo de una forma de decir aquí estoy, lo que te duele, lo que te hace feliz...”, añade. 

martes, 28 de mayo de 2013

“La cultura no está en crisis; es crisis”

MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO Burgos
Umberto Eco (Alessandria, 1932) ha llegado a Burgos como el peregrino que remata su andadura en Santiago: con la sensación de haber cumplido una promesa. “Cuando tenía 20 años y preparaba mi tesis sobre estética medieval, veía que el modelo de los portales románicos que estudiaba eran las escenas del Apocalipsis de [las iglesias de] Castilla y León. Uno de los más bellos Apocalipsis se encontraba en Burgos, aunque ya no existe. Además, al escribir El nombre de la rosatenía en mente la idea de un bibliotecario ciego también de Burgos, de Silos; es decir, todas mis fantasías han pasado por aquí”, cuenta satisfecho. El semiólogo recibió ayer en la Universidad de Burgos un doctorado honoris causa –“el 39º”, recuerda- en Historia Medieval.
El escritor, autor de ensayos sobre comics y de novelas exitosas como la citada, de 1980, o El péndulo de Foucault (1989) –ejemplos de lo que los críticos han dado en llamar, no sin reparos por la contradicción, best sellers cultos-, aparenta veinte años menos y apenas si utiliza un bastón para apoyarse; de hecho, arrastra más las erres que las piernas. La víspera ha estado trepando por las escaleras de un archivo burgalés “donde se encuentran ejemplares con más de mil años de antigüedad, y sin embargo nadie es capaz de decirnos cuánto va durarnos un USB…” La conversación va de la ceca a la meca y vuelve a las andadas, del libro al ciberespacio; a juzgar por las continuas referencias informáticas, podría deducirse que si tuviera que reeditar su clásico Apocalípticos e integrados (1964), el célebre ensayo sobre la comunicación de masas, podría renombrarlo Apocalípticos y enRedados. De la Galaxia Gutenberg a la Galaxia Internet, el semiólogo italiano teje una sutil tela de araña plagada de referencias librescas y detalles tecnológicos y de actualidad a los que sólo pone un coto: ni una palabra sobre política italiana o la crisis europea.
En Europa han muerto 40 millones de personas. Pero la comodidad de atravesar las fronteras sin papeles ha hecho olvidar todo eso”.
Cosa extraña esta última, porque su discurso está empapado de un entusiasta fervor europeísta, aunque no deja de reconocer la crisis de ideas (o la lucha de tópicos) actual. “Sí, Europa está dividida en dos estratos: uno superior con una profunda identidad europea; usted lo sabe todo sobre el Fausto de Goethe, nosotros todo sobre Don Quijote, tenemos una cultura común. He encontrado hace poco una página bellísima de Proust, en el último volumen de En busca del tiempo perdido, cuando cuenta desde París la guerra contra los alemanes y cómo bombardeaban estos la ciudad, y sin embargo los personajes, que sabían que podían morir bajo las bombas, escribían artículos sobre Schiller. La clase intelectual (francesa), al margen de la guerra, continuaba sintiéndose europea. Esto no sucede con personas de otro medio intelectual, que no han comprendido todavía que tienen la suerte, por primera vez en cincuenta años, de no estar matándose entre ellos. En Europa han muerto 40 millones de personas. Pero la comodidad de atravesar las fronteras sin papeles ha hecho olvidar todo eso”.
Para forjar más Europa, Eco reivindica fórmulas de intercambio como el Erasmus. “Ha sido una gran idea, no sólo porque ha permitido conocerse, e incluso casarse, a europeos de distintos países, y permitirá crear en las próximas décadas una clase dirigente al menos bilingüe… Pero fuera de ese nivel es muy difícil. En un congreso de alcaldes europeos en Florencia, propuse para los trabajadores [municipales] un intercambio parecido al Erasmus, y salió un alcalde de Gales, y dijo: “Me la sopla que uno de los míos vaya a Ámsterdam; en todo caso a Londres… (risas)”.
Entre los oscurantismos de nuestra época, el medievalista destaca el racismo, aunque, como en todo, también en eso haya clases. “Es fundamental que la gente se encuentre entre sí en situaciones no conflictivas, el racismo se produce no cuando un español va a Turquía, sino cuando un turco viene a trabajar a España. El verdadero racismo es siempre el racismo del pobre contra el pobre, los ricos no son racistas porque no les afecta. Los pogromos fueron así, contra judíos, pero también contra los rusos más pobres. El problema es hoy el racismo debido a la inmigración, que no tiene nada que ver con la posibilidad de una educación europea. Si desaparece este sentido de la unidad europea estamos perdidos. Antes Europa podía contar con la ayuda de EEUU, hoy a Estados Unidos Europa se la sopla, ahora tiene sus problemas con China, con India… Europa tiene que arreglárselas sola”.
Hablando de Europa, resulta imposible sustraerse a la palabra crisis, aunque orille adrede lo político. ¿La crisis le sienta mal a la cultura, la perturba mucho o, al contrario, la espolea? “La cultura es una crisis continua. La cultura no está en crisis, es una crisis continua. La crisis es condición necesaria para su desarrollo”. ¿Y la mercantilización del producto cultural, o el riesgo de privatización del patrimonio? Es un fenómeno que en realidad tiene muchos siglos de antigüedad, recuerda Eco, en referencia al patrocinio privado de actividades culturales (la restauración del Coliseo romano por una firma de zapatos, o los palacios venecianos propiedad de grandes fortunas que exhiben su poderío y su logo): “Eso siempre ha existido. Virgilio era pagado por Augusto; Ariosto cobraba de un duque. De alguna manera, si yo hubiese vivido en el siglo XVII habría debido estado al servicio de un señor; hoy no, mi trabajo literario o docente me permite vivir. En este sentido, la cultura es hoy más libre. Todos los textos en el ochocientos se inician con una loa al señor, al rey, es como si hoy tuviese que encabezar todos mis libros con un elogio de Berlusconi (risas)… Es justo que una empresa colabore con fondos para restaurar el Coliseo de Roma…”
En sus múltiples escritos Eco ha dejado dicho que la verdadera felicidad es la inquietud por saber, por conocer. “Es lo que Aristóteles llamaba maravillarse, sorprenderse… La filosofía siempre comienza con un gran ohhh!” ¿Y el conocimiento es acaso como el viaje a Ítaca de Kavafis, un recorrido que no debe terminar jamás? “Sí, pero además el placer de conocer no tiene nada de aristocrático, es un campesino que descubre un nuevo modo de hacer un injerto; evidentemente, hay campesinos a los que esos pequeños descubrimientos procuran placer y a otros no. Son dos especies distintas, pero naturalmente depende del ambiente; a mí me inoculó el gusto por los libros de pequeño… Y por eso al cabo de los años soy feliz, y a veces infeliz, pero vivo activamente mientras que muchos viven como vegetales”.
Un bibliómano como Eco ha integrado la presencia de Internet en su vida diaria como en su día hiciera con el automóvil o el telefonino (que no suena ni una vez durante el encuentro): como un hecho consumado ni manifiestamente bueno ni todo lo contrario. “Internet es como la vida, donde te encuentras personas inteligentísimas y cretinas. En Internet está todo el saber, pero también todo su contrario, y esta es la tragedia. Y además si fuese todo el saber, ya sería un exceso de información… Si yo comienzo a estudiar en la escuela necesito un libro así [hace un apócope con las manos], no uno enorme, que no entenderé, a nadie se le ocurre darle la [Enciclopedia] Británica a un niño…”
Internet es una cosa y su contraria. Podría remediar la soledad de muchos, pero resulta que la ha multiplicado"
Como investigador, Eco utiliza Internet como lo que considera que debe ser, una herramienta, y no un fin en sí mismo. Por tanto, no augura conflictos de intereses -ni de espacios- entre lo virtual y la realidad tangible del papel, bien sea prensa o un volumen de mil páginas. “Se puede leer Guerra y pazen ebook, obviamente, pero si lo has leído hace diez años, y lo retomas, el libro objeto te mostrará los signos del tiempo y de la lectura previa… Releerlo en un ebook es como leerlo por primera vez. Es una relación afectiva, como ver de nuevo la foto de la abuela (risas)… El libro como objeto continuará existiendo, de la misma manera que la bicicleta sigue existiendo pese a la invención del automóvil; es más, hoy hay más bicicletas que hace unos años. Lo mismo podemos decir del fin de la radio por culpa de la televisión…”.
“Internet es una cosa y su contraria. Podría remediar la soledad de muchos, pero resulta que la ha multiplicado; Internet ha permitido a muchos trabajar desde casa, y eso ha aumentado su aislamiento. Y genera sus propios remedios para eliminar ese aislamiento, Twitter, Facebook, que acaban incrementándola porque relaciona con figuras muchas veces fantasmagóricas, porque uno cree estar en contacto con una bellísima muchacha que en realidad resulta ser un mariscal de la Guardia Civil… (risas)”.
El doctor honoris causa se despide recomendando una lectura de prensa casi con lápiz y papel. “Los periódicos han perdido muchísimas funciones. Por la mañana lo hojeo rápidamente porque las noticias principales ya me las ha contado la televisión, pero continúa siendo importante por los editoriales, por los análisis, y es fundamental no leer uno, sino al menos dos cada día. Se debería enseñar a leer periódicos a la gente, dos o tres, para ver la diferencia entre las opiniones, no para conocer las noticias, eso ya nos lo dice la tele”.

La televisión, esa tele vulgarizada hasta el extremo por obra y gracia de ese Berlusconi de quien sigue resistiéndose a hablar más que de pasada, pero que vino a ser, en versión embrionaria, la gran revolución sociocultural que Internet fue después. “La televisión en Italia ha hecho mucho bien a los pobres, les ha enseñado un nivel estándar de idioma, y mal a los ricos, que se quedaban en casa en vez de ir a un concierto. Y no hablamos de ricos o pobres en función del dinero que tengan, sino de ideas, de ganas. La televisión en Italia ha enseñado a hablar a masas de campesinos, obreros, en la Italia unificada. Internet es lo contrario: a los ricos que lo saben usar, les va bien; los pobres, que no lo saben usar, no tienen capacidad para distinguir”.