Basta mencionar el "espanglish” para hacer fruncir el ceño a más de un lingüista: una mezcla de español conEnglish, que define un modo de hablar propio de los hispanos residentes en Estados Unidos.
Pero ahora este vocablo tendrá su espacio en el diccionario que edita la Real Academia Española de la Lengua (RAE), última fuente de referencia para los usos del idioma.
La incorporación del término “espanglish”, que traerá la edición de 2014 del manual, no sólo es producto del cambio de los tiempos, sino de la presión ejercida por la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE).
“Llevamos muchos años trabajando sobre elestadounidismo, como llamamos al uso del español en Estados Unidos. Pero, hasta la edición anterior, la RAE no ponía palabras designadas con la referencia ‘EU’. Con el número creciente de hispanos en este país, la Academia nos tiene en cuenta”, señaló a BBC Mundo el director de la ANLE, Gerardo Piña Rosales.
Así, en el nuevo diccionario figurará también el concepto de “estadounidismo” para distinguir términos acuñados en territorio estadounidense.
Si la leyenda “Arg” junto a la definición de un vocablo vincula su uso en Argentina, “Am.Mer” con la zona meridional del continente y “Andes” mayormente con Chile y Ecuador, ahora la sigla “EU” servirá para identificar una tanda de palabras que está por llegar a los manuales.
“Pensamos que las expresiones del español estadounidense son una variante más, como pueden ser los argentinismos, los dominicanismos, los colombianismos y demás”, señaló Piña Rosales.
¿Deformación?
Frases comunes en espanglish
"Te llamo pa'trás" (I call you back) Te devuelvo la llamada.
"Va a correr para presidente" (He's going to run for President) Va a lanzar su candidatura a la presidencia.
"Necesitamos una josa para rociar la yarda"(We need a hose to water the yard) Necesitamos una manguera para regar el césped.
Fowardéame ese imeil" (To forward an email) Enviar a un tercero un correo electrónico.
"Se me laqueó la troca" (The truck is locked out) La camioneta se quedó cerrada con las llaves adentro.
"Voy a vacunear la carpeta" (I'm going to vacuum the carpet) Voy a aspirar la alfombra.
"Deliveramos grocerías" (We deliver groceries) Hacemos entrega a domicilio.
Las estadísticas sustentan este cambio en los cánones de la lengua: con unos 50 millones de latinos, Estados Unidos es el segundo país con mayor número de hispanohablantes, sólo por detrás de México.
La ANLE, que tiene la misión de fomentar el buen uso del español en Estados Unidos, celebra que "espanglish" –castellanizado con la “e” inicial- figure entre los casi 2.000 vocablos que serán incorporados o modificados en el próximo diccionario de la RAE.
¿Su definición? Dirá “modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés”.
Y en la redacción, un detalle que preocupa a los académicos de la lengua.
“Hay una palabra allí que puede molestar a mucha gente, porque habla de ‘deformar’ los elementos. No es una deformación, más bien dos lenguas entran en contacto y simplemente se modifican una a la otra”, opinó Piña Rosales, que espera que esto se corrija cuando salga la versión impresa.
Definiciones al margen, hay quienes no celebran la actualización.
Desde hace años, el espanglish ha erizado la piel de los puristas, que lo consideran una aberración o un híbrido que amenaza la supervivencia de la lengua de Cervantes. El escritor argentino Tomás Eloy Martínez o el mexicano Carlos Fuentes desestimaron su uso, mientras que el lingüista Salvador Tío alertó sobre la posible mutación del español en algo similar a un dialecto no estandarizado y localista.
El catedrático de la lengua Antonio Garrido Moraga señaló hace unos años que "luchaba contra el espanglish por humanidad”.
“Yo defiendo que todos los hispanos aprendan inglés y conserven el español. Ahora bien, si no aprenden inglés y sólo se expresan en esa mezcla de español e inglés, se les está condenando al gueto”, consideró el académico español.
Más vocablos
La inclusión del concepto “espanglish” en el diccionario es considerado un primer paso para que otras palabras derivadas del uso oral en Estados Unidos puedan ser oficialmente sancionadas por la RAE.
“La lengua no la hace la Academia sino la gente. Si hay tres o cuatro millones de personas que usan estos estadounidismos, hay que aceptarlos”, opinó Piña Rosales ante BBC Mundo.
La lista es larga: “forma” en vez de formulario, “aplicar por” a la acción de postularse o “aseguranza” para referirse a un seguro del auto o la vivienda, entre muchas que se escuchan a diario en las calles de Nueva York, Los Ángeles y otras ciudades.
Además, el espanglish es un fenómeno más complejo que la mera adopción y adaptación de vocablos ajenos: implica un “salto de código”, el pasar de una lengua a otra para dar forma a una frase, una característica que aún estudian los expertos para entender con qué flexibilidad y frecuencia se produce.
"La lengua no la hace la Academia sino la gente. Si hay tres o cuatro millones de personas que usan estos estadounidismos, hay que aceptarlos"
Gerardo Piña Rosales, director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE)
Un proceso similar ocurre en Gibraltar con el Llanito, que combina el español andaluz con el inglés que trajo la dominación del Reino Unido.
Pero no todo vale: hay una línea fina, dicen los expertos, entre los estadounidismos y el español lisa y llanamente mal hablado.
“La principal trampa son los llamados falsos amigos, como traducir 'actualmente' por ‘actually’, que quiere decir ‘en realidad’. O el uso de un concepto como bizarro, que en español significa grandioso o elegante mientras que el ‘bizarre’ inglés es todo lo contrario: algo raro o estrambótico”, comparó el directivo.
Muchas de las palabras que podrían ser validadas comenzaron como traducciones terribles. Pero es el uso de millones de personas a lo largo del tiempo lo que les ha dado legitimidad y las hace ver como una evolución.
"A estas alturas creo que se puede hablar de un español de Estados Unidos, una variante que no es ni mejor ni peor, aunque sin duda más compleja, que las que presentan los países hispanohablantes", señaló Piña Rosales.
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