Hay que reconocer que teólogos que fueron
críticos y criticados en los anteriores pontificados están recibiendo con
sorprendentes manifestaciones de esperanza el de Francisco. Sin embargo todos
reconocen que no bastan gestos ni declaraciones ambiguas. El nuevo papa tendrá
que escuchar las nuevas concepciones teológicas y permitir que se
expresen y lleguen a la cúspide de la Iglesia con libertad. Otra cosa será
cuando tenga que pronunciarse. Las declaraciones de dos teólogos famosos que
presentamos a continuación —Küng y González Faus— tienen mucho en
común. Pero ya se puede ver la diferencia en la manera como cada uno habla de
la primacía
de los pobres
y de la teología
de la liberación. Y este será un tema clave que el nuevo papa no
podrá eludir.
·
Entrevista a HANS KÜNG
El
Papa Francisco debe usar su autoridad para limpiar la Curia
Por Idafe Martin,
CLARIN, 10-04-2013
Café. Küng en su casa
de Tübingen, Alemania, donde recibió a Clarín.
Tübingen, Alemania.
Enviado Especial – 20/03/13
Ayer cumplió 85 años.
Y pese a sus movimientos lentos y hablar pausado, Hans Küng conserva la mente
despierta y un enorme prestigio como uno de los grandes teóricos de la Iglesia
Católica. Autor de decenas de obras que marcaron la teología de las últimas
décadas, sus azotes contra la corrupción de la Curia vaticana fueron temidos en
los cenáculos de poder de los dos últimos pontífices. Küng, nacido en Sursee,
Suiza, en 1928, recibió en exclusiva a Clarín
en la ciudad alemana de Tübingen, donde fue profesor de teología ecuménica
durante décadas y ahora preside la “Fundación por una Ética Global”. Su
disidencia hizo que el Vaticano le quitara la potestad de enseñar teología,
pero su universidad se rebeló y le creó una cátedra. En esta entrevista, muy
crítico con Juan Pablo II y Benedicto XVI, dice estar “muy feliz” por la
elección del Papa Francisco, a quien pide “coraje”. Cordial, invita un café y,
para romper el hielo, hace la primera pregunta: “¿Usted cree que el Papa leerá
esto?”
¿Qué le parece la elección
del cardenal Bergoglio como nuevo Papa?
Una sorpresa muy
feliz porque no tenía confianza en los nombres que sonaban. Mi esperanza era
que, tras la discusión, surgiera una figura similar a Juan XXIII, pero no sabía
quién podía ser. Él es el hombre adecuado, que trae esperanza, evita la pompa y
está cambiando el estilo de Benedicto XVI.
¿Y que haya elegido el
nombre de Francisco?
Una buena señal,
porque es un programa en sí mismo, no de dominación y poder, sino que anuncia
una Iglesia de servicio a todos, desde los más pobres, de simplicidad y
modestia.
Francisco es el primer Papa
jesuita. ¿Qué significa?
Significa que tenemos
a una persona con una educación muy buena, alguien muy inteligente, muy bien
formado en filosofía y teología. Un hombre que tiene la espiritualidad de San
Ignacio de Loyola. Y de una espiritualidad al día, de servicio al ser humano.
También es el primer Papa
no europeo.
Es una buena señal
porque muestra que la Iglesia ya no es eurocentrista, sino universal. Y desde
el punto de vista político, es un hombre que no sale de la Curia, no ha estado
envuelto en los escándalos.
¿Qué reformas tendría que
iniciar?
La pregunta es si
podrá imponerse a la Curia. Jurídicamente hablando tiene todo el poder y si
quiere podrá hacer muchas cosas. Pero debe usar esa autoridad para limpiar la
Curia, rodeándose de la gente correcta y quitando ya a al secretario de Estado
Bertone, que es un incompetente. Además, debe tener coraje y formar un gabinete
de gente experimentada, no sólo con los que vienen de la jerarquía, que están
ahí por ser persona grata, por no molestar ni discutir. Tiene que poner gente
competente en los dicasterios, que se reúnan cada semana, que discutan. Debe
poner a alguien en la Congregación para la Doctrina de la Fe que sea
dialogante, no como el actual Müller, que está ahí sólo por ser amigo de
Ratzinger. Y puede revisar ya la reforma “gregoriana”, que impuso el
absolutismo papal, un fuerte clericalismo y el celibato. E ir hacia un sistema
colegiado, del Papa con los obispos, para dejar atrás el absolutismo y abrir un
debate libre sobre el celibato. Por ahora ha mostrado que puede cambiar.
¿La Iglesia necesita un
nuevo Concilio?
El Papa puede hacer
algunas reformas en solitario. También puede decidir junto con la Curia que él
nombre, con su pequeño círculo. No sólo con los cardenales, pues muchos son
incompetentes. Y podría convocar un Concilio, pero no con los casi 5.000
obispos, sino con obispos que representen a sus comunidades y que sean elegidos
por ellas. Se necesita un Concilio que tome decisiones con el Papa, no contra
el Papa o a las órdenes del Papa.
¿Qué espera del nuevo Papa
en temas de moral?
No creo que haya que
adaptarse a todo, pero no debería ser demasiado rigorista. No debe aprobar la
promiscuidad, pero la Iglesia debería permitir a las parejas decidir si quieren
o no quieren tener niños y cuántos. En cuanto al aborto, nadie espera que el
Papa lo acepte, pero en ciertos casos la Iglesia no debería condenarlo. Y creo
que debería aceptar las uniones homosexuales civiles, pero no la adopción por
parte de estas parejas.
El Papa Francisco dice que
quiere una Iglesia pobre dedicada a los pobres…
La pobreza en sí
misma no es un ideal. Especialmente en América Latina, lo que tiene que hacer
la Iglesia es ayudar a la gente a salir de la pobreza. La Iglesia tiene que
estar al lado de los pobres y el poder tiene que reconocer que la Iglesia debe
protestar contra los abusos, contra la miseria.
¿Qué debería hacer respecto
a la Teología de la Liberac
Soy amigo de Leonardo
Boff, era amigo de Ellacuría y conocí a Gustavo Gutiérrez. Creo que hoy hay una
situación política diferente. Algunos teólogos de la Liberación estaban
demasiado fascinados por el marxismo. No eran marxistas, pero simpatizaban con
Fidel Castro, y hoy necesitamos democracia. La Teología de la Liberación puede
servir para crear comunidades vivas, que ayuden a luchar contra la pobreza.
Millones de personas en América Latina están dejando la Iglesia Católica para
irse a los pentecostales, porque ahí encuentran una comunidad y la ayuda de
otros y porque la Iglesia Católica es demasiado jerárquica y con esas misas
aburridas. Necesitamos comunidad, calor, emociones, el apoyo de los demás. Para
eso necesitamos más párrocos, que sólo tendremos aboliendo el celibato. Es muy
difícil atraer a los jóvenes a una profesión que les prohíbe el matrimonio y
que se rige de forma autoritaria. Y es muy importante la misericordia, no sólo
para los pobres, también para los divorciados que quieren acceder a la
eucaristía, para los párrocos que contraen matrimonio.
¿La elección de un jesuita
es una derrota para los movimientos que apoyaron y que fueron apoyados por los
dos últimos papas, como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo?
También hay gente
buena en esos movimientos, con intenciones honestas. Pero supongo que el nuevo
Papa no olvida que los jesuitas fueron tratados de muy mala manera, fueron humillados,
especialmente por Juan Pablo II. Estoy seguro de que Francisco no es un Papa
vengativo, pero tiene que tomar distancia del poder financiero del Opus Dei y
de los Legionarios de Cristo.
¿Qué podría hacer para
fomentar mejores relaciones con las demás religiones?
Mostrar simpatía.
Después de que Benedicto XVI diera aquel desafortunado discurso en Ratisbona
(donde relacionó Islam y violencia), los musulmanes dijeron “no le gustamos”.
Fue lo opuesto a Juan XXIII, quien desde el principio mostró que amaba a los
judíos, que los aceptaba como hermanos. Y debería reconocer lo que une a
cristianos, musulmanes y judíos, incluso a hinduistas y confucianos. Tenemos
ancestros comunes, una visión común de la historia y estándares éticos comunes.
Todos pueden mantener su fe pero tienen que acordar principios éticos
elementales: no matar, no mentir, no robar… Y sobre todo, una regla de oro: no
exijas a los demás lo que no puedes hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario