El verdadero objeto de la ley 779 es actuar contra
la violencia que se ejerce hacia las mujeres.
Lo que significa que esta ley no es en contra los hombres, sino es contra los agresores.
En estas últimas semanas hemos conocido del dilema
que aparentemente está ocasionando la ley.
Lo que más nos preocupa es que las personas que deberían de velar por
nuestros derechos, son los principales protagonistas de querer eliminar los puntos
clave que contemplan la ley para proteger la inmensa mayoría agredida: las
mujeres nicaragüenses.
La ley 779 no solamente ha servido para dar--¡al
fin!—una chispa de esperanza a las mujeres de nuestro país, sino también para
clarificar que las diferencias entre las cúpulas gubernamentales y jerárquicas
son meramente diferencias de poder, y no tienen nada que ver con ideología,
filosofía, y mucho menos la defensa de
víctimas de injusticia. Las dos cúpulas
existen para dominar, y mujeres que tienen la protección de la ley ya no están
dispuestas a dejarse dominar por personas y estructuras machistas. Frente a esta “insubordinación” de parte de
mujeres nicaragüenses, las dos cúpulas más notoriamente machistas de nuestro
país—la presidencia (el magistrado
Payo Solís no abre su boca sin recibir permiso o orden del presidente
inconstitucional) y la jerarquía
católica se han unido contra la ley
779.
Los comentarios del presidente de la Conferencia
Episcopal y del obispo de Estelí sobre
la ley 779 estarían risibles si no fueran tan peligrosos—animando a los varones
a desconocer la ley en su afán de seguir maltratando a sus parejas. Uno dice que la ley “hasta da escalofríos.” No se puede resistir preguntando: Un hombre que trata a mujeres con respeto, a
él ¿porqué esta ley le da escalofríos? El
otro llama la ley 779 satánica (!). Este
señor verdaderamente ¿cree que proteger legalmente a la mujer contra la
violencia es un trabajo del demonio????
Estos dos señores, si quieren recibir el respeto que su oficio
tradicionalmente ha merecido deben considerar mejor sus palabras antes de hablar.
Claro que ningún representante de las dos cúpulas
quiere hablar directamente en contra de la mujer y sus derechos; esto sería
políticamente “incorrecto”. Con una
hipocresía mal disimulada hablan en favor de “mantener la unidad y concordia de
la familia.” La señora Esther Major de
Amnistía Internacional responde al grano:
“Aquello que fractura a las familias es la violencia que se perpetra
contra las mujeres y los niños, no una legislación diseñada para ayudar a las
víctimas a escapar de esa violencia.”
Con o sin el apoyo de las cúpulas gubernamentales y
eclesiales, mujeres--acompañadas por comunidades como Arenal en la IV Región--continuarán
reclamando sus derechos. Luchando con
las uñas, las mujeres y jóvenes del Arenal han conseguido en el último año condenas
de 15 años y 8 años para un violador y un abusador respectivamente. En los dos casos, las mujeres y jóvenes
tuvieron que trabajar sin la ayuda de la policía y fiscalía. Más bien tuvimos que trabajar en contra de
ellos . . . ¡ellos favorecían al violador y al abusador!
Estamos acostumbradas/acostumbrados a trabajar sin
el apoyo de cúpulas. Sin embargo, da
tristeza la hipocresía de estos hombres—escondiéndose detrás de sus escoltas y
sotanas , abogando por los
victimarios y en contra de las
víctimas. La diputada Martha Marina
González les ofreció un buen consejo el domingo, 12 de mayo, en las páginas de La
Prensa (p. 5): “Deberían reflexionar un poco y deberían preocuparse por defender los derechos humanos
de las mujeres, y seguir predicando la paz, el amor, la concordia.” Amen.
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Eliodora Galán –
408-040759-0001F
Verónica Sevilla
Alemán - 408-100582-0003H
Felipe Blass –
408-091294-0000H
Donal Pérez Gutiérrez
– 408-040277-0001A
Uriel Velásquez
Mercado – 408-090658-0000P
Grupo de Solidaridad-Arenal (GRUDESA)-grudesa@hotmail.com
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