El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 17 de julio de 2011

CALLES

EN INGLATERRA, en donde la libertad se ve y se toca, la Iglesia es respetada; en México,
donde la libertad es una palabra trisílaba, la Iglesia es perseguida. Luego la libertad es el
medio ambiente de la Iglesia: queda demostrado, no con la palabra de los palabreros, sino con los hechos de la vida.

En los Estados Unidos donde la Ley es el cielo que los cubre a todos, la Iglesia es respetada; en xico, donde la Leyes el hacha y las doce varas de los lictores romanos para golpear y matar a todos los que no son amigos del gobierno, la Iglesia es perseguida. Luego, la cosa roja del fanatismo jacobino es hoy como ayer la sinrazón de los Calles: queda demostrado no con la palabra de los palabreros, sino con los hechos de la vida.

Nerón, Domiciano, Trajano, Adriano, Marco Aurelio, Septimio, Severo, Máximino, Decio, Valeriano, Diocleciano, Galerio, etc., ya sabéis. Y en el martirologio, libro de oro de los testigos con manto de púrpura, florecen los tormentos para demostrar hasta donde suben, marea del infierno, las cóleras del hombre lobo, y también para demostrar que la vida y la muerte son dos niños que juegan al pie de la cruz.

«Plumbi liquatis que les sumerjan en el plomo derretido, «ictibus plumbatarum», que sean azotados con el azote de balas de plomo en las puntas, «acutis arundinibus», cómo te abres carne de hombres, cuando te hieren las cañas agudas, «terra et lapidibus, obruti» echad tierra y amontonad piedras. ¿Para qué? Para sepultarlos vivos, «famis ac sitis injuria m», injuriadlos, con injuria de hambre y sed, la hormiga come, el gusano come, pero que ellos no coman, «longisimi itineris laborem onusti ferro», que vayan lejos, muy lejos, cargados con peso de hierro, «cuspidibus hastilium impulsi ad currendum», alanceadlos, para que corran... ¿qué estás leyendo, hermano? Lo que hicieron los
e
mperadores romanos en los tres primeros siglos?

Pensemos en la gloriosa orden del día que dictó Bolívar, hablando de aquel soldado Calderón muerto en Pichincha y vivo en nuestros corazones» y comparémosla con esta otra orden del día para los verdaderos caballeros de la única legión de honor: «Romae, Santae Anastasiae virginis», en Roma, Santa Anastasia virgen, «quae in persecutione Valeriani, sub Probo praefecto», la cual, en la persecución de Valeriano, bajo Probo Prefecto, «vinculis constricta», sujeta con cadenas, «colaphis caesa», abofeteada, «igne verberibusque cruciata», atormentada por el fuego y los azotes, «cum in confessione
Christi permaneret inmobilis», como permaneciese fija en la confesión de Cristo, «mammillis abscissis», le cortaron los pechos «ungulis avulsis», le arrancaron las uñas, «dentibus conminutis», le quebrantaron los dientes, «manibus pedibusque precissi, le amputaron los pies y las manos, «capite truncata», separaron la cabeza del tronco, «tot passionum monilibus ornata», aadornada con las alhajas de tantos martirios,
«migravit at Sponsum», como una novia se fue de este mundo al Esposo».

La alfombra roja que tendió Clitemnestra a los pies de Agamenón, era pequeña; la alfombra roja de los mártires muy ancha y muy larga y como está inconclusa se alarga más y más en cada siglo. ¡Ved ahora cómo Nerón Calles acaba de alargarla en veinticinco metros!

¡Una alfombra de púrpura para que pase Nuestro Señor Jesucristo!

Porque los mártires son Jesucristo demostrado, no con palabras de palabreros, sino con sangre viva de hechos. Cristo, dice el mártir, es la verdadera cuádruple raíz de la ran suficiente y más todavía, y más todavía, y más todavía.

Sólo Él Es; y todo lo demás, separado, ya no por punto y coma, sino por punto y aparte, como si no fuese.

Ahora bien, la Iglesia también es. No está en el aire. Tiene dueño. Alguien la llamó mía. Y este Alguien que la llamó mía es precisamente Aquel único que es. Nerón Calles está pues, fijaos bien en este pues, «dando coces contra el aguijón»; está diciéndole que no, al Rey de la mano agujereada' que estuvo clavado en la cruz. Coolidge acaba de decirle ¡que sí! Napoleón y Bolívar también le habían dicho ¡que sí! Porque diga cada cual lo que quiera, decirle ¡que no! al Rey de la mano agujereada, es un pecado imperdonable en el mundo futuro y también en este mundo. Con tu venia o sin
ella, se cumplirá siempre la palabra de San Pablo: «Si alguien no ama a nuestro Señor Jesucristo, ese tal está maldito».


Nota:

Artículo para nuestra sección dominical IGLESIA VIVA. Tomado de "El Libro de las Palabras Evangelizadas", del poeta y sacerdote Azarías.H.Pallais

No hay comentarios:

Publicar un comentario