Me hago esa pregunta por lo maravillosa y desarrollada que era Cuba antes que Fidel Castro llegara al poder mediante una revolución, según entiendo yo, apoyada por la gran mayoría del pueblo cubano.
Ahora resulta que Cuba era un competidor ganador de los países más desarrollados del mundo. La cantidad de adelantos que Cuba tuvo antes que los tuviera Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y cuanto país se le ocurrió mencionar al historiador de imaginación “vernesca.” Primera a nivel mundial en tener esto, segundo en aquello, inventores de numerosos objetos que llegaron a tener uso mundial.
Cuando leo sobre esa Cuba situada en un continente de primer mundo inmediatamente se me viene a la mente la duda acerca de si todas esas maravillas solo pertenecían a una elite súper exclusiva y entonces la revolución popular de Fidel Castro tuvo una razón lógica de triunfar y de adueñarse de Cuba, pero si todo el pueblo tenía acceso a esos adelantos, fue una necedad meterse a la aventura de una revolución. ¿Revolución para cambiar que, si en Cuba todo existía desde antes que existiera en países mucho más desarrollados y cultos?
¿Fue el pueblo cubano loco e ignorante? Teniendo todo lo que ahora dicen que Cuba tenía, fueron no solo locos, sino anormales.
Pero también puede haber otra teoría, la de que el pueblo cubano, desarrollado a nivel de primer mundo y por lo tanto, feliz y contento, fue cobarde y pusilánime, incapaz de defender su súper desarrollo y su supremacía mundial. Con tantos recursos económicos, no fueron capaces de formar un ejército profesional, de casta y con principios nacionalistas. Peor aún, permitieron que un sargentón cuarterón se erigiera en dictador y llevara la corrupción de la mafia al seno de su sociedad. Eso no es propio de un país que fue primero a nivel mundial en la instalación de los últimos adelantos de la época. El pueblo cubano se ha de haber quejado del gusto y por eso no lucharon contra la revolución de los hermanos Castro. Se fueron en sus yates de lujo a pasar el vendaval a las agradables playas de Key West, pensando que era un fin de semana más que iban a pasar fuera de casa. Abandonaron el país en manos de un pueblo descontento y sediento de venganza. ¿Por qué sedientos de venganza, si vivían en una sociedad desarrollada que les permitía tener un elevado nivel de vida, superior inclusive al de los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX?
Para no decirles mentirosos, les digo racistas, elitistas, esclavistas y arrogantes egoístas. Abandonaron Cuba para no exponerse a la ira popular, pensando en que Estados Unidos les iba a hacer el favor de regresarles sus feudos. Pero no tomaron en cuenta que ya no estaban en el poder los republicanos, que ya no mandaba Ike, sino John y este no envió las tropas a matar cubanos.
El weekend se prolongó a treinta días y estos a doce meses y los meses pasaron y pasaron hasta llegar a 52 años y los señores cubanos siguen de fin de semana y los hermanos Castro siguen de dictadores.
El pueblo cubano no aprendió la lección, no ha sabido ser humilde. Si antes de Castro eran los mejores, lo siguieron siendo después de Castro; si eran elitistas con batista, lo siguen siendo con Fidel; si eran los mejores en todo con Fulgencio, lo siguen siendo con Castro.
Los pre castristas decían que Cuba era lo mejor y los post castristas lo siguen diciendo. El cubano es soñador y “guapo,” en sentido cubano. Ciertamente siempre han tenido buenos ejemplares humanos, pero siempre incapaces de pelear por sus grandezas. Los que abandonaron la isla, no lucharon para regresar triunfantes, porque según decían, Cuba es una isla. Y los que se quedaron, fueron incapaces de alzarse en armas para derrocar la dictadura, porque según dicen, Cuba es una isla y están aislados. Según el pensar cubano, las islas son inexpugnables, sin embargo, Fidel invadió la isla, se enmontañó en Sierra Maestra, tumbó a Batista y aún está en el poder. ¿Culpa de quienes? De los cubanos de afuera que se durmieron en su exilio de oro y de los cubanos de adentro que se dejaron controlar por una minoría armada.
Los hermanos Castro están en las puertas del ocaso, van a morir en sus camas con un jesuita en sus cabeceras y rodeados de sus familias, como todo buenos burgueses.
¿Y qué va a pasar en Cuba cuando ellos desaparezcan? Después de nosotros el diluvio, contestan los hermanos Castro con sendos rosarios enroscados en sus manos manchadas de sangre.
Jorge J Cuadra V
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