El escritor Teodoro Pettkof, dice que en Venezuela no hay dictadura porque se respetan los esquemas de la democracia. Dice que en Venezuela funcionan los poderes de estado, hay empresa privada y existe la libertad de prensa y expresión. Dice que Chávez no es un dictador porque permite que existan los partidos políticos y una oposición fuerte y unida.
A nosotros los nicaragüenses nos basta ver lo que está sucediendo en nuestra patria y fácilmente podríamos llegar a la misma conclusión que Pettkof: En Nicaragua no hay dictadura porque funciona la CSJ, la AN, el CSE, la CGR y hay libertad de prensa y de expresión. Igualmente podemos llegar a pensar que Daniel Ortega es un gran demócrata porque permite el pluripartidismo y la existencia de una oposición.
¿Alguien puede negar esos hechos visibles? Lógicamente no, pero tenemos que tomar un microscopio para detectar los virus y las bacterias que se mueven dentro de esos esquemas democráticos. Tenemos que hacer una disección a fondo para descubrir los tumores malignos que aquejan a esas instituciones del Estado. Todas están carcomidas por el cáncer del autoritarismo y del chantaje, porque responden a la autoridad del poder ejecutivo y no al mandato de la Constitución. La CSJ falla como el señor Presidente le ordena; la AN funciona en contra de los intereses del pueblo porque el señor Presidente de la República la convierte en un bazar en donde puede comprar conciencias y votos; el CSE coloca el voto popular en la casilla que el señor Presidente le ordene y no en las que los votantes marcaron sus votos; la CGR tiene cinco contralores con escritorios grandes, en cuyas gavetas se quedan a reposar para siempre las investigaciones contra los funcionarios del gobierno que malversan el dinero del pueblo y cometen cualquier clase de delitos contra el Estado. En cuanto a la libertad de prensa y de expresión, funciona siempre y cuando no afecte la buena marcha del gobierno, ni ponga en duda la transparencia de las inversiones de la familia del señor Presidente.
Tengo entendido que lo mismo pasa en Venezuela con el gobierno de Chávez. De hecho, ambos gobiernos y presidentes son dos copias al carbón, unidas por la iniciativa del ALBA, la que convierte a los presidentes en socios comerciales. Ese estado de cosas PettKof no lo llama dictadura, solo porque las instituciones democráticas existen en el papel, aunque no funcionen en la realidad. Esas opiniones autorizadas por la fama que el que las expone pueda tener, llaman a la confusión y a la proliferación de los regímenes dictatoriales disfrazados de gobiernos democráticos.
El señor Pettkof se sienta ante uno de los mejores programas políticos que tenemos en Nicaragua y en lugar de usarlo para fustigar al gobierno venezolano, lo ocupa para decirnos que en Venezuela no hay dictadura ni dictador, aunque Chávez vaya por su quinto período (¿será?) en 2012. Cuando escuchamos aquí esas opiniones, pensamos inmediatamente en Nicaragua y algunas personas cambian de opinión con respecto a la realidad que se está viviendo en nuestro país.
Hay que recordar que aquí todo es aparente; que la ley existe, pero tiene dueño; que van a haber elecciones, pero no se invitan a los observadores internacionales, ni nacionales; que la justicia se aplica en donde mejor convenga a los intereses del partido de gobierno; que se le demuestra la culpabilidad a un alto funcionario de gobierno y los que están presos son los chivos expiatorios y no el corrupto mayor.
En Nicaragua si hay dictadura en proceso, la que se afianzará con las elecciones de Noviembre de este año, las cuales el partido de gobierno las va a ganar cueste lo que cueste, según palabras públicas de Tomás Borge Martínez. El CSE está listo para hacer lo que se tenga que hacer y la oposición está demasiado ocupada buscando diputaciones y futuros puestos de gobierno, como para tratar de impedirlo. ¿Para qué? Si en Nicaragua no hay dictadura en el horizonte.
Jorge J Cuadra V
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