El Frente Sandinista estructuró su Consejo Nacional Electoral de cara a la campaña que inicia en agosto, y a las elecciones generales de noviembre.
Se trata de una lista cuyo dato novedoso es que está formada por miembros del Gobierno ligados a la primera dama Rosario Murillo, y que deja de fuera al coronel en retiro Lenin Cerna, hasta hace unos meses secretario de organización del FSLN, y su red de estructuras políticas y electorales, cuya función en elecciones pasadas era garantizar el triunfo del Frente sin importar cual fuera el costo.
En un documento enviado por la primera dama de la República y encargada de la comunicación oficial, Rosario Murillo, se detalla quiénes estarán a cargo a partir de ahora de las estructuras electorales, tanto las departamentales como las regionales.
En este documento se informa que el Consejo Nacional de Campaña del FSLN estará conformado por Jefaturas Regionales, Secretarios Políticos Departamentales, Secretarios Políticos Distritales de Managua, Alcaldes de cabecera departamentales, y comisiones del partido rojinegro.
Las figuras destacadas en este listado están muy ligadas a la primera dama y dejan de lado las estructuras de organización tradicionales del FSLN. De hecho, las jefaturas regionales del FSLN estarán encabezadas por Fidel Moreno, nombrado de hecho secretario general de la Alcaldía de Managua y según concejales opositores el encargado de hacer cumplir las órdenes de Murillo en la comuna capitalina. A la par de Moreno estarán el general en retiro y ex jefe de la Fuerza Naval, Juan Santiago Estrada, sucesor de Cerna en la secretaría de organización y encargado de atender las zonas rurales; Nelson Artola, director del FISE; el diputado José Figueroa; y Lumberto Campbell, delegado de la Presidencia para la Costa Caribe.
Bajo esta estructura principal estarán los secretarios políticos departamentales y distritales, las comisiones y los alcaldes de las cabeceras municipales. En esta lista se encuentran miembros del Gobierno, diputados y personajes destacados del FSLN como el controvertido líder sindical y diputado Gustavo Porras; el secretario de la alcaldía de Managua Fidel Moreno, el diputado Yasser Martínez, el ministro del Magfor, Ariel Bucardo; el nuevo director de la DGI, Martín Rivas, el presidengte del CNU y rector de la UNA Telémaco Talavera; el coordinador del Consejo de Políticas Nacionales, Paul Oquist; el viceministro de Hacienda, Iván Acosta; la ministra del Marena, Juana Argeñal; el viceministro de Educación, José Treminio; la ministra del Trabajo, Jeaneth Chávez; el diputado Edwin Castro; y el director del Instituto Nicaragüense de Cultura, Luis Alonso.
En las seis páginas del documento oficial que presenta el Consejo Nacional del FSLN, no se hace referencia al coronel Cerna, quien fue destituido de su cargo como secretario de organización –del que estuvo a cargo desde 2000– y que aparentemente cayó en desgracia en una pugna de poder con la primera dama. Cerna también resultó mencionado en el escándalo de corrupción destapado en la DGI, que involucra a su ex director, Walter Porras.
En el Consejo presidido por Murillo, tampoco aparece alguno de los experimentados ex cuadros del Ministerio del Interior, que encabezaban con Cerna los comandos electorales como Rodolfo “Payín” Castillo, Vicente “El Perro” Chávez, Luis “El Chiri” Guzmán, o Juan José “JJ” Ubeda.
Para la diputada independiente y ex comandante guerrillera Mónica Baltodano, la destitución de Cerna está más ligada a fricciones con la primera dama Rosario Murillo y su anhelo de controlar las estructuras electorales del FSLN. En entrevista con Confidencial, Baltodano explicó que fue el presidente Ortega quien decidió retirar a Cerna para evitar mayores diferencias con Murillo, pero que la “cohesión” dentro del partido se mantiene por intereses económicos y de poder.
“Hay un hecho real: hay una estructura que controla totalmente la primera dama y otra que tenía que ver con la defensa del voto, con el tema electoral, que históricamente había terminado de organizar Lenín Cerna. Esa presencia de dos estructuras generaba fricciones y el presidente optó por darle las decisiones a la primera dama, fortalecer el mando de la primera dama”, explicó Baltodano.
“Lenín, quien tenía un cargo de organización, ya no cabía, porque eran dos cabezas queriendo dirigir la misma estructura. Por supuesto que las contradicciones no han llegado a tal punto de ruptura porque hay mucho poder, dinero e intereses que hacen que prevalezca la cohesión (en el partido)”, dijo Baltodano.
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