El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 1 de mayo de 2011

FRAY SILENCIOSO

HAA delante de mí, caminos, y caminos, y caminos. y tomé uno que me parecencantador y en- cantado. Y como tenía pies de ardilla y ojos de niño, me fui por mi camino corriendo y jugando. Las mariposas me dijeron: Vamos a rodar fortuna; y las hojas verdes: Quédate con nosotras. Y yo pensaba: Son demasiado benedictinas las hojas verdes; y demasiado trota conventos las mariposas. Y seguí por mi camino corriendo y jugando, cuando de pronto me encontré con un ser extraño. No tenía garras, ni fauces, ni colmillos, y sin embargo me sentí Caperucita y me puse a temblar con temblor grande, como si aquel ser extraño que estaba delante de mí, fuese el legítimo dueño de todas las garras, de todas las fauces y de todos los colmillos. Todo animal y todobestia, aquello me pareció la pantera de los griegos. Era foscavista y había mal de ojo en la mirada de sus ojos.-¿Cómo te llamas-le dije. Y él me respondió::-Hombre.-Y yo proseguí:-El árbol medita, la flor reza, la nube viaja, la mariposa baila, el pájaro vuela, la cigarra canta, la hormiga trabaja ... ¿y tú qué haces?- Y él respondió:-¿Yo? Yo me burlo. Pertenezco a la especie de los burladores.- Y yo le pregunté a la flor, al árbol, a la nube, a la cigarra, a la mariposa, al pájaro y a la hormiga, y ninguno de ellos pudo decirme qué cosa era la burla .. Y el hombre se burló de mí, y desde entonces, iba yo medio muerto por el camino. El hombre y los otros hombres, cuando me veían pasar me señalaban con el dedo y movían la cabeza y hablaban al oído. Y yo era una tembladora Caperucita como el pajarito fascinado por la serpiente, como los insectillos delante de una mantis religiosa en actitud espectral. Y exclamé.--¡Mejor hubiera sido quedarme con las hojas verdes o ir a rodar fortuna con las mariposas! Voy a tomar otro camino desconocido de los hombres.

Y tomé un segundo camino que me pareció encantador y encantado. Y a pesar de las heridas que me había hecho el hombre, yo no había podido perder mis pies de ardilla y mis ojos de niño. Y me fui por mi camino corriendo y jugando. Y como acababa de pasar el buen tiempo de las lluvias, todos los árboles estaban lavados, nuevecitos, y las hojas de un verde lustroso y las flores amarillas, y las flores rojas parecían pintadas, y las veraneras lilas rosadas y azules rezaban: ¡Dios te salve María! Si se habrían fugado, divinas colegialas de una miniatura de Andrés Beaneaveu, en el misal florido del Padre Abad, en la mayúscula del Domingo in albis «Quasi modo geniti infantes». Y yo pensaba: Dentro de poco me voy a encontrar con Blanca Nieve que es la niña s linda de la ciudad, o con la bella durmiente del bosque. Cuando de pronto, me sentí de nuevo tembladora Caperucita: ¡Venía por el camino, burlándose, el hombre!

y en el tercer camino, y en el cuarto, y en el quinto y en todos estaba siempre burlándose el hombre. Y era la burla de los hombres el mismo cuervo de Edgard Allan Poe.

y entonces yo le dije a mi alma:-¡Cállate, por favor!· ¡No digas nada! ¡No hables! ¡No escribas! ¡No hagas! ¡No vayas! Seamos Fray Silencioso. Apartémonos de los caminos de los hombres. Huyamos lejos, muy lejos, y s todavía y más todavía. In foraminibus. Como dice Jammes: «Iglesia vestida de hojas»; como dice Guerin: «Sembrador de cenizas» y «Corazón solitario»; como dice Rodembach: «Brujas la muerty «Vidas enclaustradas». Así, alma mía, así. Lleguemos al corazón del silencio, donde están los ciervos huraños y asustadizos, y las cabras atrevidas y aventureras, y el dulce ojo de agua que mira con miradas de Nuestro Señor.- y mi alma me respondió:
¡-Estoy lista, vamos! Donde no hay c
aminos, está mi camino.

y abriendo su libro de mayúsculas, Fray Silencioso se puso a ilustrar la vieja secuencia:

«I sti sunt agni novelli qui annuntiaverunt. Modo venerunt ad fontes. Repleti sunt claritate. Alleluya».

«Estos son los corderos nuevecitos que anunciaron. Acaban de llegar de la fuente. Están llenos de claridad ¡Aleluya!».


Nota:

Artículo para nuestra sección dominical IGLESIA VIVA. Tomado de "El Libro de las Palabras Evangelizadas", del poeta y sacerdote Azarías.H.Pallais

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