Por Sergio Boffelli
Diario Las Américas
El Arzobispo de Managua, Monseñor José Leopoldo Brenes Solórzano, sabe muy bien que sobran los interesados en intentar manipularlo políticamente, dentro y fuera de su país.
Desde su nombramiento como cabeza de la iglesia en Managua, se definió como “padre, pastor y amigo” de todos los católicos, de diferentes tendencias políticas, a quienes aconseja actuar con fidelidad a sus creencias religiosas.
Iniciada la conferencia de prensa celebrada el viernes en Miami dejó claro que su misión y su visita son de carácter estrictamente pastoral, que ha llegado a fortalecer su amistad y colaboración con el Arzobispo de Miami Thomas Wensky, y traer “un mensaje de esperanza” a los nicaragüenses que residen en Estados Unidos, y recordarles que “han sido enviados por el Señor a esta iglesia, para aportar lo mejor de nuestra fe.”
Insistió que sus compatriotas deben dejar de preguntarse por qué salieron de Nicaragua, y preguntarse “para qué Dios los envió a este país”, pues así se descubre el sentido de misión.
“La presencia de ustedes (en Miami) la considero un mandato del Señor. Qué interesante sería que todos pudieran comprender que están aquí por un designio del Señor, que son misioneros.”
Llamó a los nicaragüenses y latinoamericanos en general a descubrir la misión a la que como inmigrantes han sido llamados. Como ingredientes indispensables resaltó la fidelidad al obispo y al párroco local, y apoyar la labor evangelizadora de la Iglesia.
Los problemas de Nicaragua los atribuyó a la falta de conversión, pues “si a Cristo lo sacamos de nuestras vidas, empezamos ir a la deriva”, lo que considera ocurre en diferentes sociedades, y destacó las campanas a favor de la oración que se impulsan en su país.
Explicó que también ha sido invitado para exponer en Miami sobre la construcción del Santuario de Lourdes en terrenos de la Gruta Xavier, un sitio de vista privilegiada sobre la ciudad de Managua, montañas y varias lagunas, pues “necesitamos espacios para estar solos con el Señor.”
Sin embargo el prelado aborda con claridad los temas que le presentan aunque no ofrezca las respuestas que sus interlocutores quisieran. “Yo no soy un líder político”, aclaró, añadiendo que la iglesia participa de los temas que afectan el bien común, alejada de política partidista.
Rechazó la posibilidad de que Nicaragua regrese a escenarios bélicos como los de la década de 1980, cuando decenas de miles de muertos, lisiados de guerra, viudas y huérfanos, quedaron como testimonio de los horrores de la guerra, y “creo que en Nicaragua nadie quiere violencia”, la que “debe estar fuera del corazón de todos nosotros.”
Resaltó el rol de los medios de comunicación para transmitir noticias objetivas. Como es sabido en Nicaragua existe una batalla mediática entre gobierno y oposición.
Sobre el rol del Cardenal Miguel Obando y Bravo, hoy aliado del presidente Daniel Ortega, dijo que luego que el Vaticano aceptara su renuncia, este actúa en su carácter personal y no posee cargo dentro de la jerarquía católica nicaragüense. Hace seis años Brenes fue elegido por Roma para sustituir al polémico Cardenal.
Sobre la reelección del actual presidente Daniel Ortega, quien a pesar de una prohibición explícita en su Constitución ha impuesto su deseo de participar en la elección presidencial en noviembre de este año, comentó que “todos somos útiles, pero no todos somos indispensables”, por lo que los jóvenes de los partidos políticos deberían tener oportunidades de emerger en servicio del país, ya que de lo contrario “nos empobrecemos todos, pues se pierden las ideas” de las nuevas generaciones.
Comentó que las relaciones de la Iglesia y el gobierno “no son de halarnos los pelos”, aunque esperan respuesta a carta solicitando reunión con Ortega, enviada hace más de dos años.
El jerarca católico relató que él mismo conduce su auto, sin guardaespaldas, pues “me protege el Espíritu Santo” y las oraciones de los fieles, y así logra conversar con la población hasta cuando se detiene en los semáforos.
Brenes fue ordenado sacerdote en 1974, y Obispo Auxiliar de Managua en 1988. En 1991 S.S. Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Matagalpa, y en el 2005 recibió la comisión de la Arquidiócesis de Managua.
El sábado 28 tendrá lugar un almuerzo en beneficio del Santuario de la parroquia La Divina Providencia. Interesados llamar al 305-420-5214, 305-559-5809 o 305-322-6216.
El domingo 29 a las 8:30am celebrará la Eucaristía en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, y a las 12m lo hará en La Divina Providencia, seguido de un refrigerio con la comunidad.
El lunes se reunirá con el Arzobispo de Miami Monseñor Thomas Wensky.
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