Antes que la familia Chamorro decidiera sentarse a negociar la venta de las acciones de El Nuevo Diario con el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, la Junta Directiva había tocado varias puertas a la empresa privada sin que esta respondiera a la solicitud de apoyo que la empresa mediática solicitaba.
Ese recorrido incluyó las empresas aglutinadas en el Cosep, Amchan, personajes vinculados a los negocios del general en retiro Humberto Ortega, a los socios de la SIP, a contactos con Dionisio Marenco y otros. Ninguno respondió en la medida de las necesidades de la empresa.
La Directiva, por medio del director adjunto Francisco Chamorro, buscó entonces el apoyo de grupos políticos que ofrecieron incluso buscar ayuda financiera con el “factor X”, que no era otro que la Embajada de Estados Unidos en Managua y organizaciones afines en Estados Unidos.
Esa ayuda, tampoco llegó, pese a que Edmundo Jarquín, insistía en esa opción. Todas esas visitas y golpes de puertas sin respuestas, fueron admitidas ayer en reunión de la tarde por el propio Francisco Chamorro con personal de redacción, quienes se introdujeron de manera inspectiva a su oficina a exigir una explicación sobre el destino del diario, sobre la suerte de los trabajadores y las liquidaciones de ley.
Chamorro, visiblemente agobiado, con voz que trataba de ser serena pero que sonaba angustiada, negó que la transacción con el FSLN se hubiera concretado y que aun todo se estaba negociando.
El mondo de la operación de venta del diario sería de once millones de dólares por las instalaciones, derecho de marca, derechos de autor y todos los detalles de edificios, flotas vehiculares y activos.
Otros oferentes, de acuerdo a la fuente, como el Grupo Pellas, ofrecía “apenas” 5 millones de dólares, costos que de acuerdo a la empresa, estaban por debajo del valor de mercado de la marca, estimada en 8.5 millones de dólares por su “alta potencialidad de comercialización”.
La marca El Nuevo Diario lleva una permanencia de 31 años que se cumplirían en este mes.
Según fuentes de El radar.Net, la deuda de la empresa asciende a 1.5 millones de dólares, más intereses. Para saldarla y mantener las operaciones, la empresa requería al menos 250 mil dólares de ingresos mensuales mínimo, pero las pérdidas cada mes, de acuerdo a la versión de Chamorro, aumentaba a entre 25 mil y 75 mil dólares por mes.
Las negociaciones con el gobierno, según las fuentes, se dieron en medio de una fuerte pugna interna entre los socios. Con tres votos a favor de la venta y dos en contra, la decisión se tomó en Semana Santa cuando los bancos empezaron a presionar por el pago de las deudas.
En las negociaciones, según Chamorro, se exige la entrega de una primera cuota de 1.5 millones de dólares a los compradores para sanear el estado financiero de la empresa, pagar las liquidaciones de los trabajadores y saldar las acciones de otros socios minoritarios.
La redacción aglutinada en la oficina de Chamorro, insistió en que como era posible el engaño al personal y qué garantías darían para el pago de las prestaciones de ley, a lo que Francisco insistió en que nadie se iría sin sus pagos correspondientes, y a cambio les solicitó que aumentaran la calidad de sus trabajados y mantuvieran la combatividad que ha caracterizado al periódico desde finales de los años 90, cuando abandonó la línea sensacionalista para convertirse en un periódico competitivo.
Chamorro insistió en que existían otras opciones de compradores, que si se concretaban salvarían al diario sin que implicase un cambio de línea editorial, pero sus palabras no convencieron a los periodistas y trabajadores, que regresaron a sus puestos con la incertidumbre frente a sus pantallas y sin saber cómo diablos harían para concluir una jornada de trabajo que al menos ayer se caracterizó por rumores, llamadas de medios de comunicación y lectores que pedían información al respecto.
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