El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 29 de mayo de 2011

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Entre las alegrías de su «Pájaro Azul» ¿por qué no puso Maeterlink la Alegría de leer?

En vez de la Alegría del cielo azul, yo quisiera la Alegría del Arte puro; y en vez de la Alegría ver levantarse las estrellas, la Alegría de saborear los versos; y en vez de la Alega de correr con los pies descalzos por el prado cubierto de rocío, la Alegría de leer las «Geórgicas de Francis Jammes en el camino, a la sombra de un árbol, junto a los cercados cubiertos de veraneras.

«Clara d'Ellebeuse» «Almaida d'Etremont», .Manzana de Aní!

Francis Jarnmes tiene la frescura viva de Teócrito y la dulce tristeza de Virgilio. Por su
neurastenia criolla se acerca a Virgilio, y por el refinamiento exquisito de su temperamento francés a Teócrito. (Nunca me ha sido posible separar estos nombres: Alejandría y Francia. La literatura alejandrina es una profecía de la literatura francesa-allá gnósticos, aquí, simbolistas, poco importa, unos y otros son mariposas de verdad que vuelan con la libertad que Dios les ha dado fuera de los paréntesis de la retórica; y sus versos son escalas para subir a un séptimo cielo nuevo y pozos para bajar hasta el Agua viva).

Pero, en «Clara d'Ellebeuse», y en los otros dos poemitas sus hermanos, la frescura viva no sopla en vuestras almas sugestión de idilios ni reminiscencias de boucolias; su dulce tristeza no me ha traído el aire perfumado de las «Églogas» ni he dicho:

«Tytire tu patulae recubans sub tegmine fagi» , porque Francis Jammes no es poeta a la
manera de Teócrito, ni a la manera de Virgilio. Francis Jammes es Francis Jammes, saca agua de su propia fuente y canta en su propia lengua versos no aprendidos. De su vida salen sus poemas como sale de la piedra viva el manantial. Su lámpara maravillosa es su vida y con ella alumbra su reino. Hay en sus obras frescura viva y dulce tristeza porque su vida es una viva frescura y una dulce tristeza. Y poco le importa que se burlen de sus versos los hombres de las Academias, críticos estupendos que
después de leer seis veces dicen yo no entiendo, porque él sabe mejor que nadie cómo en sus linfas de agua clara y natural se bañan los pájaros y se miran las estrellas. Sus «Geórgicas cristianas» son un delicioso poema en alejandrinos. Cómo, dirán algunos, delicioso y sin embargo en alejandrinos. ¡Ah ya sé! Vais a recitarme la lección que aprendisteis de memoria en Coll y Vehí: Alejandrinos versos monótonos, cansados, etc., etc. ¡De las Academias líbranos, Señor! Las Églogas de Virgilio están en hexámetros. Leed el «Agua» de Amado Nervo y las <con endecasílabos, con versos de Arte Mayor. Si Francis Jammes es poeta, sus versos, en renglones largos o en renglones cortos, siempre serán versos. Desde mucho antes que Rubén Darío publicara sus «Prosas profanas, ya Paúl Verlaine y Charles Baudelaire y Stéphane Mallarmé habían puesto los cimientos del nuevo palacio del verso, y la Retórica quedó muerta, bien muerta, para resucitar, Dios primero, nunca jamás. ¡Amén!

En las «Geórgicas Cristianas» Francis Jammes sigue siendo Francis Jammes. La gracia do las estrellas, la inocencia de las veraneras, In frescura del agua, la santidad de la luz, y el evangelio de las espigas, y el entusiasmo de la o, y almas de campesinos dulces como los corderitos, y viejos de barba blanca refiriendo historias junto al fuego que alegra, y la oración do los humildes, y las alas de los ángeles y por encima de todas esas cosas buenas la Religión do la Noche Buena con su cántico sublime: <<Gloria a Dios en las alturas y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad».

Mauricio Maeterlink debió haber puesto entre sus Alegrías del «Pájaro Azul» la Alegría do leer las «Geórgicas» de Francis Jammes en un camino, a la sombra de un árbol, junto a los toreados cubiertas de veraneras.


Nota:

Artículo para nuestra sección dominical IGLESIA VIVA. Tomado de "El Libro de las Palabras Evangelizadas", del poeta y sacerdote Azarías.H.Pallais

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