Entre Obama y Osama: La historia mejor contada

*Irving Cordero

En días pasados compareció, ante los medios de comunicación, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, informándole al mundo la muerte del terrorista más buscado, Osama Bin Laden, supuesto autor intelectual de reiterativos ataques y promotor de la yihad o guerra santa contra occidente.

Curiosamente en esos días los medios de comunicación cubrieron la boda real de un príncipe con una plebeya, que arrancó suspiros y lágrimas; la beatificación de un “Santo” Papa, que en un ambiente oloroso a mirra e incienso, inspiró anhelos de divinidad; y finalmente, la muerte de un “enemigo” de la modernidad, que con olor a sangre y pólvora, caldearon los ánimos hacia el medio oriente, ofreciendo a los televidentes una dosis de fin de semana medieval.

Las grandes cadenas de comunicación distrajeron la atención de las masas, replicando las ondas marxianas del materialismo determinista de la escuela de Wall Street por todo el mundo, mientras se anunciaba la historia mejor contada.

“En instantes, un bombardeo mediático corrió a través de prácticamente todas las cadenas de televisión en lo que sólo podría describirse como una grotesca muestra de celebración, reflejo de un nivel de inmadurez emocional que raya en la psicosis cultural.” (Peter Joseph)

CNN, CBS, REUTERS y otras, repetían el comunicado del Presidente Obama, con imágenes dudosas de los supuestos sucesos, acompañado de comentarios vertidos por “expertos” en el tema que analizaban a “profundidad” las consecuencias del hecho.

Saltando a la escena pública una muchedumbre que sin analizar la veracidad de los hechos antes referidos celebró la cultura de la muerte, lo que nos muestra el alto grado de enajenación social.

Es importante destacar la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre las redes sociales, creando una distorsión de varias realidades alternas, como en un juego de chalupa con imágenes, símbolos y señales que concentran la atención de un jugador entretenido en completar la tablilla.

Una mentira vendida como verdad que de tanto repetirla es asumida como auténtica, produciendo un contagio colectivo que se inscribe en los denominados genes sociales transmitidos generacionalmente, por ejemplo: El viaje a la Luna utilizado para desenfocar la atención de la relaciones tensas de la guerra fría; la amenaza comunista que justificó el financiamiento e invasión a otros países en todo el mundo, etc.

Una verdad construida, como en las novelas de H. G. Wells, con elementos recogidos de la ficción y de la realidad para manipular la histeria colectiva e inscribir una historia que les permita trazar entre líneas una plataforma para recrear una realidad adaptada a sus intereses.

Qué si Osama Bin Laden está vivo, muerto o en genuflexión, no es importante, sino el simbolismo prefabricado que cumplió su cometido para excusar invasiones y apropiarse de las reservas petrolíferas de países socialmente inestables en medio oriente; y un segundo aire para el Presidente norteamericano que, consciente de no haber logrado cumplir las expectativas de su electorado para una segunda reelección, ha promovido esta última versión de la historia mejor contada.

*Poeta, narrador, ensayista y abogado.