Por Víctor M Tirado.
El 19 de de octubre de 2OO9 la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, informó al Consejo Supremo Electoral y a los ministros del gobierno el fin del artículo 147 Constitucional, que consagra la No Reelección. Esta no fue una enmienda constitucional ni mucho menos una reforma sino una imposición al decretar la derogación sin consultar a la Asamblea Legislativa que hasta hoy ha sido incapaz de hacer valer su derecho como poder legislativo, ha sido humillada y obligada a reconocer la reelección. Fue en todo caso un Golpe de Estado camuflado.
Por su parte la Corte Suprema de Justicia, el Consejo Supremo Electoral y algunas otras instituciones afines al poder judicial y a la reelección y una vez vencido su período a los magistrados administrativos, los han ratificados por decreto ejecutivo, pasando por encima de las normas legales; sin embargo, el derrumbe del artículo 147 Constitucional, ya está en marcha, se está ejecutando a través del Consejo Supremo
Electoral.
La tradición histórica, desde la Independencia hasta nuestros días, ha visto nacer levantamientos armados, intervenciones directas, como la de William Walker, golpe de Estado, Pactos, Alianzas, sin embargo la que ha tomado cuerpo, casi constitucional han sido los Pactos como los de de 1947 y 48 entre los caudillos Somoza García y Cuadra Pasos del siglo pasado. En ese siglo y en el año 1950, se firman entre los generales Somoza García y Emiliano Chamorro el “Pacto de los generales”. Este es el paso más importante que se da, pues en él se consolida la base institucional de los pactos. Más adelante se firma un nuevo pacto realizado entre Somoza Debayle y Fernando Aguero pasadas las elecciones de enero de1967, bautizado ·Kupia Kumi”. De esta manera, la reelección se fortalece por medio de los pactos, sin necesidad de reformar la Constitución y de evitar asaltar la presidencia por la fuerza de las armas.
Por su parte, el pacto Daniel Ortega y Arnoldo Alemán firman a principios del año 1999 la continuación de la experiencia política de los pasados pactos reeleccionistas, afectando seriamente el Estado de Derecho, de igual manera la República sufre una derrota más y la democracia la sepultan.
El resultado de estos compromisos se convierten conscientemente en un golpe contra la economía pues no se ha logrado cambiar la estructura económica y política de la sociedad, hasta hoy salen privilegiados el sector terrateniente, los militares (de los años anteriores)y el Cosep en tiempos pasados y modernos, es decir la clase más atrasada de la sociedad.
Pasemos ahora después de este prólogo a lo de Nicaragua. Desde luego no voy a formarme una interpretación trágica del fallo dado por la Sala Constitucional por los Magistrados Francisco Rosales y Rafael Solís pues estos, que dicho sea de paso, ya terminaron su privilegiado puesto jurídico y no tratan de abandonarlo, actuaron como agentes de una ficticia independencia de poderes que está al servicio del Ejecutivo controlado por Daniel Ortega que sólo sirve para engañar a los ingenuos disfrazados de demócratas a los cuales prestan su servicio de poderes, entre ellos la Asamblea Nacional, que representa reglas desfasadas, que no entienden de juicios históricos y que además rehuye y niega la lucha contra el Poder Ejecutivo.
Hoy es el Pacto Ortega-Alemán que viene a cuento este comentario en donde la historia además no se equivoca y la misma se burla de los llamados ”revolucionarios” y liberales.
Yo pienso que la reelección no es una victoria tan fácil para Daniel Ortega, aunque haya sido castrada la Constitución en su artículo 147 por medio de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia no le da el triunfo de inmediato a la hora de la votación; estudien la experiencia electoral de febrero de 1990, por consiguiente, aunque se reproduce en este momento el pasado y al no contar la oposición con líderes capaces de dar la batalla al gobernante Daniel Ortega, la victoria aparentemente se le vuelve fácil; sin embargo, la reelección la convierte en la reconquista de la maquinaria somocista que había sido enterrada el 19 de julio de 1979, he ahí su lado débil. Aquí es donde se llega al viraje del pasado, que no significa la victoria. Los grandes movimientos sociales han terminado en un feliz derrocamiento de las dictaduras, pero no por causas económicas, sino políticas, el actual gobierno podrá tener una economía sana pero la política está insana.
Por otro lado, debemos formarnos un juicio favorable de la tragedia electoral y no lamentarnos pues se está entrando en el escenario electoral la sociedad civil organizada contra la reelección; es decir el choque entre estas fuerzas políticas está empezando.
La actual crisis electoral, tramada por el actual gobierno orteguista, tratan de sujetar a la sociedad civil a depender del poder del Estado, hacen esfuerzos por generalizarla y puede abarcar a todo el Estado incluyendo a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Sin embargo hay que explicarse hasta donde la democracia real puede ser defendida por las Fuerzas Armadas cuando la Constitución ha sido masacrada al anular el artículo 147. Según se entiende el Ejército es el garante de la Soberanía y de la Constitución. Al final del camino quien será leal al Ejército: a la Constitución o al que detenta temporalmente el poder.
Hay que romper el paradigma de los partidos políticos al creer que ellos son los únicos capaces de abordar y aprobar leyes sin el consentimiento de la sociedad civil organizada, están equivocados, esto genera la negación de la democracia y va en contra de ellos y de la economía real.
No obstante, lo esencial en la fuerza opositora es afirmar el Estado de Derecho, además generar fuentes de trabajo, erradicar la miseria, atacar la corrupción y los robos, dedicar un presupuesto a la educación igualmente a la salud, aumentar la producción y otras tareas en el orden económico y productivo nos da la democracia y el fin del Estado somocista y sus continuadores fortaleciendo la base de una real República democrática, asestar un golpe duro con furia a los fraudes electorales y violadores de la Constitución.
Sin embargo, la tarea no es fácil. En la Asamblea Nacional y en el poder Judicial se juegan los intereses de los grupos más importantes de la obra de”la revolución” un fiel reflejo de la realidad económica y política de los nuevos grupos existentes. El día en que los organismos políticos que son afines en este momento al danielismo en la Asamblea Nacional y de otras agrupaciones políticas y se convenzan de sus propios errores, y tengan fe en su poder y se sientan capaces de romper con el pasado que ellos mismos contribuyeron a crear a través del Estado, entonces tendremos una firmeza política y una oposición de cambio; antes no. La Constitución no la respetan, precisamente por los intereses económicos que brotaron del Pacto Ortega-Alemán; esta es la derrota estratégica a derrotar para evitar el caos de la economía. A los jóvenes le cabe esta responsabilidad.
Por último no hay que dejar que el END lo rescaten las viejas fuerzas reaccionarias que contempla el Gobierno, el apoyo de la sociedad civil y otras organizaciones políticas y económicas reclaman el apoyo incondicional, hoy es cuando realmente se necesita la lucha por defender el medio de difusión. Adelante, pues.
Managua, 9 de mayo de 2011
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