Mustafa Abdul Yalil realiza su primer gran discurso ante 10.000 personas en el centro de Trípoli
FRANCISCO PEREGIL - Trípoli
Ante unas diez mil personas, la mayoría jóvenes, Yalil dijo: "Buscamos un Estado de Derecho, y de prosperidad donde la sharía sea la única fuente de legislación y eso requiere unas condiciones previas". Yalil, que era ministro de Justicia con Muamar el Gadafi antes de unirse a la revuelta, llegó el domingo a Trípoli por vez primera desde que empezaron las protestas y solo tardó un día en aparecer en público. Por la mañana se estaba levantando un escenario en la plaza, pero nadie sabía quién iba a hablar o a actuar allí. Temeroso ante un posible atentado de los leales a Gadafi, Yalil apareció casi por sorpresa en la plaza y advirtió que no se tolerarán las ideologías extremistas.
Tal vez consciente del informe que iba a publicar hoy Amnistía Internacional sobre los abusos y torturas por parte de los rebeldes a los hombres leales a Gadafi, Yalil se mostró en contra de las represalias y de tomarse la justicia por su mano. "Necesitamos que funcionen pronto los tribunales y que ellos decidan", declaró.
Una nación con un islam moderado
La inmensa mayoría de las jóvenes que asistieron al acto llevaban el cabello cubierto con velo. Para ellas tuvo el nuevo presidente un mensaje muy prometedor: "Somos una nación musulmana, con un islam moderado, y vamos a mantener eso. Estáis con nosotros y nos habéis apoyado, sois el arma contra cualquiera que trate de secuestrar esta revolución". Les prometió más cuota de poder en la nueva Libia.
Alaa Murabirt, de 22 años, estudiante de medicina. Junto a una amiga científica, dirige la ONG La Voz De Las Mujeres Libias. Ambas con sus respectivos velos, acudieron a la plaza Verde y quedaron encantadas con las palabras del presidente: "Sé que vamos a desempeñar un papel determinante en este país, este es nuestro momento. En esta revolución hemos visto hasta qué punto las mujeres estamos preparadas para asumir más poderes de los que hemos visto hasta ahora. Nuestros hermanos y nuestros padres nos han visto salir a las calles al lado de ellos y saben cómo nos hemos implicado en la revolución".
Sin embargo, el camino que queda por recorrer en Libia aún es largo y tortuoso. Entre los 45 miembros del Consejo Nacional de Transición, el organismo que dirige el país, solo hay una mujer. El primer ministro, Mahmud Yibril, compareció el sábado en una conferencia, habló de aumentar los miembros del Consejo, de admitir también a representantes de las cuatro ciudades sitiadas, pero en ningún momento mencionó a las mujeres.
Mientras hablaba, explotaban los juegos artificiales al lado de la plaza y jugaban los niños en dos camas elásticas que había frente al escenario. Cuando terminó su discurso, comenzaron las ráfagas de tiros de celebración con la que cada noche descargan la adrenalina los milicianos rebeldes.
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