La primera llamada telefónica que recibí hoy
en mi programa de radio, HACIENDO DEMOCRACIA, fue la de un señor orteguista
preguntándome mi opinión sobre la convocatoria multitudinaria de jóvenes que el
partido de Gobierno realizó en la ciudad de Matagalpa. ¿Qué piensa, don Jorge,
me decía con un tono eufórico que existe cuando se logra el éxito en una tarea
importante, que va a decir en su programa? La pregunta, aunque hecha con todo
respeto, implicaba un ejemplo del poder de convocatoria que tiene el Presidente
Ortega.
La respuesta a esa pregunta se dio cuando
supimos de las promesas de Ortega hechas a una muchedumbre de jóvenes que por
su condición de pobreza solo pueden soñar con un celular, con una laptop, con
un Black Berry, con un iphone, o con una moderna tableta. Era como ofrecerles
golosinas a unos niños de la calle que si acaso comen una, es porque se la
encontraron hurgando en los basurales de la chureca.
El Presidente Ortega estaba comprando
legalidad para su candidatura inconstitucional con los millones de dólares que
recibe de Venezuela a través de unas negociaciones secretas y oscuras que jamás
entran al presupuesto nacional, tal y como manda la Constitución, esa señora
diariamente atropellada y violada por la ambición desmedida del antiguo
guerrillero que entregó siete preciosos años de su juventud encerrado en las
cárceles somocistas por el delito de luchar contra una dictadura inmoral,
asesina y vetusta y hoy lo vemos convertido en un clon de ese dictador al que
ayudó a derrocar.
Lo peor de la convocatoria de Matagalpa, no
es tratar de comprar la voluntad electoral de unos jóvenes a base de
prometerles juguetes valiosos, sino el pecado de pervertirlos desde su adolescencia
al inducirlos a ser malos ciudadanos que jamás van a sentir respeto por la
Constitución, ni por las leyes. Su meta es fanatizarlos al mejor estilo
fascista para convertirlos en máquinas de destrucción. Eso es un acto
imperdonable, pero los nicaragüenses hipnotizados callan, unos por temor y otros
por halagos.
El partido de Gobierno está destruyendo el
alma de los jóvenes nicaragüenses para preparar un futuro de sumisión y de
vasallaje. Manipula a los pobres haciéndoles promesas que nadie garantiza que
va a cumplir, a menos que se haya encontrado otro mecenas en el norte con las
mismas características que tiene el del sur, usando Nicaragua como carnada para
implantar el socialismo del siglo XXI y el monopolio cibernético más grande de
la región. Por eso tantas vacas, cerdos, gallinas, láminas de zinc y demás paliativos
para la miseria existente y por eso tantos celulares, laptops, iphone y demás
maravillas de la tecnología cibernética actual. La pasta del sándwich son los
jóvenes que ignoran el pasado de traición del Presidente Ortega, que pasó de
guerrillero liberador, a dictador opresor. Ahí entra en juego la estrategia
psicológica de la primera dama y co-presidenta de Nicaragua, Dña. Rosario
Murillo Zambrana, lo que la convierte en la Dra. Goebbels del Orteguismo.
Los conquistadores se llevaron el oro de los
indígenas a cambio de baratijas, en especial el espejo. Hoy los orteguistas se
están llevando el tesoro de los jóvenes a cambio de celulares y computadoras.
Los indígenas gozaban viendo sus caras, por primera vez en sus vidas,
reflejadas en el artefacto del diablo, al igual que hoy los jóvenes pobres,
gozan comunicándose con el mundo entero mediante un artefacto con el que nunca
han soñado poseer.
Todo se repite en esta vida, lo que cambia
es el tesoro que los abusadores del poder roban: ayer fue el oro extraído de
las entrañas de la tierra y hoy es la inocencia de los que ignoran lo malo y no
pueden verlo porque los ciegan con el brillo de los juguetes del diablo. Sin
embargo, Pizarro y Ortega son caras de una misma moneda: El engaño.
Jorge J Cuadra V
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