El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Y AHORA QUE VAMOS A HACER?


Pareciera que esa es la pregunta del millón de dólares, a como se dice actualmente. Y es que en lo que tengo de vivir nunca había visto un presidente con tanto poder concentrado. El Presidente Ortega ya tenía las riendas en sus manos de los otros dos poderes del estado: El Poder Judicial y el Poder Electoral. El poder Ejecutivo ha estado siempre en sus manos, pero el Poder Legislativo era la última trinchera por conquistar y ese solo lo conquistaba con suficientes votos a su favor.
Entonces empezó la conspiración para conseguir el poder absoluto. La Corte Suprema de Justicia hizo lo que tenía que hacer, legalizando los decretos presidenciales, poniéndolos por encima de la Constitución y declarándola INCONSTITUCIONAL, porque lesionaba los derechos del señor Presidente.
La participación del Poder Electoral se fue ejecutando a lo largo del proceso electoral y no dejó de sembrar incertidumbre, hasta que soltó el resultado escandaloso que ya todos conocemos.
Este resultado, producto del fraude descontrolado y descarado,  dejó pequeño al de 1947. El fraude Aguado-Arguello ya no ostenta el record de la zanganada electoral, ahora le pertenece al fraude Gadea-Ortega y Modesto Salmerón ya no es el rey del fraude, ahora es Roberto Rivas el que ostenta la corona de los ladrones de votos.
Las primeras consecuencias nefastas del atraco de los orteguista ya se están dando a conocer, porque los muertos de Cusmapa son producto directo de la reelección inconstitucional del Presidente Ortega mediante el fraude burdo que perpetró Roberto Rivas.
Bastaban unas elecciones aceptables con las que Ortega a lo mejor ganaba, para que Nicaragua no entrara en la anarquía y el caos. Pero la ambición del Presidente reeleccionista y el servilismo de Rivas no tienen límite y se fueron por el control absoluto de la Asamblea Nacional poniendo en práctica el mayor fraude de la historia de Nicaragua, tan es así que en el futuro se va a hablar de las elecciones de las valijas preñadas, porque en ellas iban las boletas del fraude. Los orteguistas se convirtieron en mulas de narcotráfico, en sabuesos electorales rabiosos y en fiscales únicos y parciales. Ellos portaban en valijas y cuerpos   el veneno del fraude: las boletas falsas con las que iban a conseguir el 63% de los votos.
Se les fue la mano, dicen por todos lados, pero yo digo que esa era la consigna del día: hacer fraude con todo y por todos lados. Pero eso puede ser el arma con que el mismo Ortega se puede lastimar. Ahora no tiene a quien echarle la culpa por todo lo malo que pase en Nicaragua. No hay resistencia en la asamblea y será culpa de él las miserias que el pueblo seguirá sufriendo.
En sus manos está por ejemplo, la reforma al Instituto de Seguridad Social. ¿Va a aprobarla para satisfacer al FMI o va a derrotarla para defender a los trabajadores? Pronto lo sabremos, pero yo apuesto por el FMI.  

Jorge J Cuadra V

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