Armando Morales, el pintor nicaragüense más grande de todos los tiempos, ha fallecido. El Centro Nicaragüense de Escritores (CNE) deplora profundamente su muerte, por el doloroso impacto que causa a su familia y por la enorme pérdida que significa para las artes plásticas y la cultura nacional en su conjunto.
Morales tuvo una trascendencia internacional sin precedentes para un pintor nicaragüense, pues logró exponer sus obras en diversas pinacotecas como la Galería Claude Bernardde París, el Museo de Arte Moderno de México o la Galería Belcher de San Francisco. Obtuvo el Premio Ernesto Wolf al Mejor Artista Latinoamericano. En 1963 es premiado en Madrid, España; en 1964 recibe el galardón internacional JL Hudson & Co. Premio, en el Carnegie International de Pittsburgh, EEUU; y en 1966 gana el Industrial Tandil, Premio, en la III Bienal de Córdoba, Argentina.
Entre sus obras más destacadas están: Desnudo sentado (1971); Dos mujeres, una con miedo (1972-1974); Bodegón, ciruela y peras (1981); Bañistas en la tarde y coche (1984); La saga de Sandino, que consta de siete obras litográficas: Las mujeres de Puerto Cabezas, Sandino en la Montaña, Adiós a Sandino, General Pedrón (Pedro Altamirano), La última cena del General Sandino, Rendimiento del General Sandino frente al "Hormiguero" y El Asesinato del General Sandino detrás del viejo campo de aviación. Su pintura denominada Selva (1987) fue vendido en Sotheby’s en 420 mil dólares.
En el Prólogo del catálogo de la exposición en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo en París, de 1992, Gabriel García Márquez dice: “Armando Morales es capaz de pintar cualquier cosa, cualquier instante, cualquier sentimiento, sin someterlo a la servidumbre de ninguna moda. Es realista de una realidad que sólo él conoce y que lo mismo puede ser del siglo XVI que del siglo XXI: el tema determina el modo”.
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