Hoy leí con tremenda indignación las inverosímiles declaraciones de José Miguel Insulza, felicitando al Presidente Ortega por el carácter pacífico de las elecciones y señalando que en Nicaragua avanzo la Paz y la Democracia. Me pregunte si el secretario general de la OEA estaba ebrio o estaba hablando de otro país, ya que en Nicaragua las elecciones no fueron pacíficas y retrocedió la paz y la democracia.
El proceso electoral fue el más violento de nuestra corta vida republicana entre otras cosas porque:
1. Se violentó el estado de derecho y la independencia de poderes cuando el presidente Ortega en un afán reeleccionista desde hace años vino creando un estado subordinado a sus dictados, utilizando halagos, chantajes y amenazas.
2. Se violentó el orden constitucional al aceptar a un candidato que no podía serlo por mandato de ley expresa.
3. Se violentó el principio de legalidad al tener a magistrados de un consejo supremo electoral, cuyo período de actuaciones estaba vencido.
4. Se violentó el derecho de fiscalización de los partidos y particularmente de la Alianza PLI al retrasar o no entregar las acreditaciones a sus fiscales en tiempo y forma, asegurando así que el partido de gobierno y sus criaturas aliadas controlaran totalmente miles de Juntas Receptoras de Votos y manipularan la voluntad ciudadana.
5. Se violentó el derecho a votar de miles de ciudadanos que, de forma selectiva, no se les entrego cedulas ni documentos supletorios y en consecuencia no pudieron votar.
6. Se violentó el derecho de los ciudadanos a votar en su domicilio cuando al aplicar el popular “Ratón Loco” obligo a muchos a viajar hasta encontrar donde votar o desistir de ejercer el sufragio.
7. Se violentó el derecho a fiscalizar del PLI, cuando, por vías de hecho, fueron sacados de las juntas donde estaban ubicados, en contubernio vergonzoso con la policía y el ejército.
8. Se violentó la voluntad popular durante el conteo, manchando votos del PLI para hacerlos pasar como nulos, sustituyendo boletas a favor del FSLN, manipulando los datos finales hasta acercarlos a los que previamente habían dicho en su campaña que obtendrían.
9. Se violentó el derecho de los ciudadanos a reclamar el respeto a su decisión cuando fueron enviadas turbas de sus simpatizantes y pandilleros a tomarse las juntas e impedir cualquier protesta, llegando al extremo de golpear a personas y negar el acceso a fiscales de centro y observadores nacionales e internacionales.
10. Se violenta hasta el sentido común cuando un Consejo Supremo Electoral, en su primera comparecencia proporciona datos de menos del 10% de las Juntas y acto seguido da los resultados de su conteo paralelo, señalando que los nuevos resultados van a validar ese conteo paralelo. O sea que ya dio el nombre del ganador y el porciento con que gano. Pero lo más ofensivo fue el conteo del Consejo nacional de Universidades, que en boca de su presidente el Ingeniero Telémaco Talavera, haciendo gala de cientificidad, transparencia, honradez, etc., etc., legitimó muy felizmente la victoria del que le asegura el 6% del presupuesto público sin tener que rendir cuentas a la sociedad. Fue tan evidente el servilismo, el cinismo y la feria de adjetivos para disfrazar una mentira, que sentí profunda vergüenza del manoseo vulgar que se hace de la universidad.
Se equivoca el señor Insulza, haciéndose de la vista gorda al avalar un proceso terriblemente violento, propio de la barbarie fascista y de las dictaduras, tal vez esperaba muertos y heridos y muy probablemente hubiera dicho que son pocos comparados con toda la población votante, a como dijeron de todos los disturbios, protestas, denuncias y llamados que recibieron.
El proceso electoral viciado y fraudulento profundiza las divisiones sociales que el gobierno de “reconciliación”, “cristiano” y “socialista” ha creado en el país. Lejos de promover la armonía se hace un culto a la violencia, “o estás conmigo o contra mí”, recurriendo a la fuerza para imponer una voluntad totalitaria sobre el derecho de los demás. Recuerdo hoy a Benito Juárez “El respeto al derecho ajeno es la Paz”. Insulza pensara que como hubieron unos pocos tiros hay paz, pero se hace de la vista gorda cuando de esta creado un caldo de cultivo, que para nada traerá paz.
Cuando releo la Carta de la OEA y a la Carta Democrática Interamericana, llego a la conclusión de que, al contrario de lo que dice Insulza, la democracia ha retrocedido en Nicaragua.Se ha violentado el estado de derecho, se ha roto la institucionalidad, se ha burlado nuevamente la voluntad popular y se avanza en la construcción de una dictadura familiar.
Las declaraciones de Insulza, insultan al país y a los miles de ciudadanos que aun consientes del vicio en el proceso, decidimos votar para ejercer nuestro derecho a reclamar con autoridad moral. El presidente Ortega debe estar feliz con estas declaraciones del secretario General de la OEA, porque le viene a dar una legitimidad que no alcanzo en las urnas ni en la opinión ciudadana. La tranquilidad no es sinónimo de paz ni el silencio es sinónimo de democracia. Los efectos de este proceso están por venir y ojala no pringuen de sangre al señor Insulza.
Chinandega, 7 de Noviembre 2011
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