Juan Ramón Flores
Con el respeto que me merece por ya no estar entre nosotros, siempre recuerdo con agrado al querido Lisímaco Chávez “el Torólogo”. Cuando se acercaban las fiestas de San Domingo nos hacia reír con ocurrencias en las entrevistas que concedía a los medios. Sin duda Lisímaco era risible, su ausencia nos estaba haciendo falta, sin embargo, con sorpresa he visto que ha venido siendo reemplazado, solo que no para las fiestas de Santo Domingo, sino para el actual proceso electoral, por el actual rector de la Universidad Nacional de Agraria, UNA y eterno presidente del CNU, con el apoyo partidario del orteguismo y los fondos del 6% con el que se soporta la burocracia más grande y mediocre que la Universidad pública ha tenido en toda su existencia.
Lisímaco, digo Telémaco, ha sido gran animador del proceso electoral, y si no fuera por la seriedad y la tristeza que lleva escucharlo en sus alocuciones públicas, me moriría de la risa, aunque parece que como producto de que a mucha gente les causa risa sus declaraciones a los medios de comunicación su presencia en estos ha venido disminuyendo, ¡a lo mejor ya se dio cuenta!, es probable que su caudillo lo vea como un posible competidor interno y le haya ordenado bajar el tono, ¡quién sabe!.
Lisímaco, digo Telémaco “El Observador”, ha jugado el mismo papel de observador electoral a favor de los intereses de su caudillo en otros procesos electorales, solo que esta vez ya no se hace llamar más que “Acompañante”, esa fue la línea que le bajó su caudillo Daniel Ortega; porque cabe aclarar, Telémaco es orteguista antes que rector, orteguista antes que académico del sector agrícola y el orteguismo es una secta en la cual no se permite pensar diferente al caudillo, el orteguismo es la expresión del fascismo criollo. Cabe recordar que Hitler también tuvo sus telémacos.
¿Cuál es la misión de Telémaco?, sencillo, darle cobertura de legalidad con credencial de observador electoral, o sea, disfrazar a las pandillas orteguistas que estarán atentas a entrar en acción después de las ocho de la noche del 6 de noviembre contra los fiscales de la Alianza PLI para arrebatarle las Actas de Escrutinio con las que se podrá documentar el monumental fraude que han venido preparando, y piensa ser eficiente. Telémaco tiene experiencia, es tiradito al mal, pues avaló el fraude de las elecciones del 2008, y como reconocimiento a su obediencia perruna Ortega este lo nombró su asesor, no le importó lo antiético de dicho nombramiento, porque al perecer la ética no va con él, ese es un universo que desconoce.
Sin embargo, aun cuando el papel que juega Telémaco de risa, es muy triste tener que reconocer que no hay tiempos más tristes para un país que aquel cuando la universidad juega el papel contrario para lo que está destinado y Nicaragua tiene en estos tiempos una universidad pública impresentable. Nunca ha estado más mediocre como en esto tiempos de Lisímaco, digo, de Telémaco, él dirige un CNU donde el partido de su caudillo tiene mayoría e impone control para asegurar la sumisión de los docentes orteguista sacrificando la calidad, para lo cual cuenta con el apoyo de los que corruptamente manejan la UNEN, esa misión la ha cumplido a cabalidad. ¿Cuánto durará esto?, yo creo que ya estamos llegando al fondo del barril, ¡más mediocridad no es posible!, ¿o sí?. Por imperativo histórico ya vendrán tiempos mejores, donde los Telémacos y los Lisímacos serán recordados más que todo por la risa que provocaban.
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