El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Introducción a la reconquista de la Constitución.


Por Víctor M. Tirado.
    La idea más generalizada en estos momentos por todas las personalidades de la política del país,  gira en relación a la reelección de Daniel Ortega y la “victoria” entre comillas alcanzada este seis de noviembre. Hay que partir en nuestra acción práctica, desde hoy, descalificando la elección presidencial, pues no solamente violentó el orden constitucional, sino al mismo tiempo  al proclamarse como candidato, Daniel Ortega viola las normas electorales y un sin fin de los derechos del ciudadano,  por lo tanto hay que volver a convocar a nuevas elecciones con  el mayor esfuerzo por rescatar el Estado de Derecho, la Democracia y la República. Así, como altas personalidades  se oponían a la reelección y de acuerdo a esta semblanza, hoy se trata de defender los   intereses de la Constitución y sus Instituciones y evitar  la creación del nuevo “Estado familiar”, aplastan la democracia, atentan contra  en el  atraso económico y social y el regreso al pasado, son las lecciones sacadas de este fraude electoral y se ha  llegado a un punto  en que no se puede convivir con los actuales gobernantes.
    A mi juicio, el fin del artículo 147 Constitucional donde establece  la no  reelección, no es en sí misma la situación que crea la crisis, sino el conjunto de fenómenos constitucionales, jurídicos y políticos que  están ligados y sufren el impacto por el imperio Ortega-Murillo que por ser tan enorme el enriquecimiento de su administración en  beneficio de estos nuevos ricos afectan seriamente  los poderes  del Estado y la  sociedad, anula la democracia y  suprime el Parlamento dando  nacimiento al poder Judicial como fuerza influyente.
     Esto se comprende por la complicidad del gran fraude  hecho a la población votante en noviembre del 2008  por el Consejo Supremo Electoral y el de hoy  no es más que la continuación de este  gran timo  preparado de antemano hasta llegar al  proceso electoral de este seis de noviembre dirigido y organizado por Daniel Ortega y familia. Aquí, en las elecciones danielistas no se menciona ni el nombre de la República ni la democracia sino el nombre de Daniel para ejercer el dominio de la familia. El  Poder Judicial lo mismo que el Consejo  Supremo Electoral se  prestaron a conspirar en apoyo a la candidatura del presidente de la República como si fuera parte del aparato de la Seguridad del Estado, participando  abierta y descaradamente en este ágape todo el Estado. Solo existe una figura que los unifica: el capital  acumulado como el inicio del sistema capitalista de los años del siglo XVIII,  hecha al calor del Estado: ahora es la posesión de bienes materiales, las acciones bancarias, riqueza territorial y bienes consagrados.
    Ahora bien, a nombre de la consigna solidaridad, socialismo y cristianismo, que no reflejan nada, no tienen sentido con la historia electoral, pareciera que Daniel Ortega está en capacidad de formular su propia historia, aún amparándote en el sandinismo, no se da cuenta que no la puede interpretar a su  a su antojo defendiendo sus propios intereses mal habidos, pues el pasado ejerce tamaña influencia que no tiene lugar de transformar las circunstancias pasadas a su favor y realizar juicios históricos creyendo terminar con la tradición dictatorial. No,  no es así Daniel, el derrocamiento del somocismo no es el fin de la historia de la dictadura, compañeros sandinistas honrados, no  borra inmediatamente  el pasado,  lo resucitan de inmediato  consciente o inconscientemente, aun los que lo derrocaron.  Esa fue la lógica que no  entendieron los nuevos farsantes de l sandinismo.
    La generación de 1979, que si bien  participó en el derrocamiento de la dictadura somocista, en su historia, en nuestro quehacer revolucionario crees, te pregunto Daniel,   representas a esta generación y la nueva historia del sandinismo? No, Daniel, así no se hace ni se interpreta de esa manera la historia; eso si la deshaces y al contrario la repites en términos dictatoriales conscientemente.  Tú proyecto es el fin de la revolución sandinista. Las frases en donde tú figura electoral aparece como propaganda ideológica y electoral es un garabato; no tiene valor moral.
    El sistema corrupto que ha engendrado la historia electoral  desde la independencia hasta nuestros días son atributos, como siempre de la economía, la política, lo social y lo moral, sin mencionar la fuerza militar que vos instalastes  hoy mismo con tu reelección, es la continuación  directa de los sistemas pasados que aún no concluyen en su negación. Esta interpretación muy bien la enfocó Carlos Fonseca en sus escritos sobre los procesos electorales. Daniel lee a Carlos Fonseca. 
     Es importante recordar la reunión que sostuvo  el día 26 de mayo de este año, el presidente Ortega  con el Cosep en el auditorio del INCAE, expuso, entre otra cosas, el fin de la Asamblea Nacional y un Consejo de Estado o sea­ la reedición de los primeros años del triunfo de la revolución en 1980, claro si el Cosep le da el respaldo, anotó. No es una broma del presidente Ortega, señores de la iniciativa privada,  es un criterio que viene formulando  desde años atrás, el cree en la ideología reeleccionista, pues el reeleccionismo no es más que la continuación del gobierno autoritario con sus intereses económicos. Ahora bien, el  sector privado,  no buscan oposición, sino seguridad a sus intereses, ellos tratan de separar lo económico, comercial, bancario  y financiero, en los tiempos de la globalización, de los intereses políticos; es equivocado.

        Por otro lado,  reanudar  la unidad entre las fuerzas políticas opositoras derrotadas en esta elecciones como el PLC, APRE,  y otros partidos políticos no es fácil, porque hay un sector  de estos que aún forma  parte del pacto y la corrupción, aunque el pacto haya sido derrotado en estas elecciones, sin embargo, a través de la unidad  si es de verdad, tendrán que  convertirla en una fuerza beligerante e independiente, que rompa con el pasado públicamente, con la corrupción y con sus falsos dirigentes, para ser capaz de garantizar  el cambio en el terreno organizativo, es decir, se trata de organizar una alianza antidanielista, como en la época del somocismo; no hay que temerle, hay que organizarla después del fraude electoral  del seis de noviembre. La historia se repite,  pero a favor de los electores que fueron desposeídos de sus votos.
           Ahora bien, regresando a cada magistrado o diputado de hoy estos no representan a nadie,  han politizado  los poderes del Estado a sus intereses personales  y de cualquier sector, he ahí esa falsa representación. Los niveles insospechados como la ética  principio elemental de un gobierno, en el país ha sido sustituida por la compra de votos en la Asamblea Nacional y en las elecciones,  he ahí esa falsa representación, sólo unos pocos no han secumbido. Ese es el sistema, como consecuencia de la dictadura,  apoyándose en  las instituciones del poder, por su historia y experiencia; estas están podridas.


                    Managua, 10 de noviembre de 2011.

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