El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Noticias sobre Israel


El tribunal escucha cómo la excavadora del ejército israelí mató a la activista por la paz
La familia de Rachel Corrie sienta a Israel en el banquillo


Traducido para Rebelión por LB


Siete años después de que Rachel Corrie, activista por la paz estadounidense, fuera asesinada por una excavadora del ejército israelí en Gaza, está previsto que su familia ponga hoy en el banquillo al gobierno de Israel.
Un juez de la ciudad septentrional israelí de Haifa va a recibir las pruebas de que Corrie, de 23 años, fue asesinada cuando se interpuso en el camino de la excavadora para evitar que derribara viviendas palestinas en Rafah.
Los padres de Corrie, Craig y Cindy, que llegaron a Israel el sábado, dijeron que confian en que su acción civil arroje nueva luz sobre el asesinato de su hija y conduzca finalmente a declarar a Israel responsable de su muerte. Además, reclaman daños y perjuicios que podrían ascender a millones de dólares si el tribunal sentencia a su favor.
Una investigación interna del ejército israelí se cerró poco después de la muerte de Corrie exonerando tanto al conductor de la excavadora como al comandante que dirigió la operación.
Se espera que tres británicos y un ciudadano estadounidense que se hallaban al lado de Corrie cuando ésta fue asesinada desmonten la versión de Israel alegando que el conductor de la excavadora sabía que Corrie estaba allí cuando la aplastó.
El gobierno israelí había tratado de impedir la entrada a Israel de los activistas testigos del juicio, pero finalmente cedió hace tres semanas respondiendo a las fuertes presiones de Gran Bretaña y los EE.UU.
Los cuatro, igual que Corrie, pertenecían al Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM), que lleva a Israel a activistas dispuestos a resistir a la ocupación por medios no violentos al lado de los palestinos.
Cindy Corrie, de Olympia, Washington, dijo: "Mi familia y yo todavía buscamos justicia. La brutal muerte de mi hija nunca debería haber ocurrido. Creemos que el ejército israelí debe ser considerado responsable de su asesinato".
Para muchos observadores la muerte de Rachel Corrie en marzo del 2003 se convirtió rápidamente en símbolo de las injusticias de la ocupación israelí. Extractos de los diarios de Corrie, muchos de ellos escritos cuando vivía con familias palestinas, se han rescatado para escribir una obra de teatro que se ha representado en todo el mundo.
Sin embargo, como señaló un comentarista israelí en el diario liberal Haaretz con ocasión del primer aniversario de su muerte, "En Israel, su nombre se ha olvidado casi por completo".
La familia de Corrie confía en que el juicio permita corregir esa situación.
Rachel, una película estrenada el año pasado sobre la vida de Rachel Corrie y los sucesos de Rafah, se proyectará en Tel Aviv el 16 de marzo coincidiendo con el séptimo aniversario de la muerte de la activista estadounidense y con la celebración del juicio.
Hasta la celebración de este juicio en Haifa la familia Corrie se había estrellado contra una serie de muros administrativos y jurídicos tratando de conseguir que se abra una investigación independiente sobre la muerte de su hija y que los responsables de ella rindan cuentas.
Ariel Sharon, el primer ministro israelí en el momento de la muerte de Corrie, prometió que se llevaría a cabo una "investigación exhaustiva, veraz y transparente".
Sin embargo, una investigación militar israelí interna que exoneraba a los dos soldados que manejaban la excavadora fue ampliamente criticada, incluso por funcionarios estadounidenses. Human Rights Watch dijo que [la investigación israelí] "quedaba muy lejos de la transparencia, imparcialidad y rigor requeridos por la ley internacional".
El informe del ejército israelí afirmaba que Corrie había quedado "oculta" detrás de un montículo de tierra y que la excavadora nunca entró en contacto con ella. Concluía diciendo que "Corrie fue golpeada por escombros y por un bloque de hormigón" cuando la tierra se deslizó sobre ella.
Se ha aconsejado a los cuatro antiguos activistas del ISM, cuya comparecencia ante el tribunal está fijada para esta semana, que no hagan manifestaciones antes de declarar ante el juez.
Sin embargo, las declaraciones de los testigos anteriores, respaldadas por pruebas fotográficas, han puesto en entredicho la versión del ejército israelí. Las fotografías muestran a Corrie vestida con un chaleco fluorescente naranja y sosteniendo un megáfono, enfrentándose a la excavadora durante varias horas. También muestran las marcas de las orugas de la excavadora sobre el cuerpo de Corrie momentos después de que la muchacha fuera aplastada.
Tom Dale, un activista británico que estaba junto a Corrie cuando la mataron, escribió dos días después que Rachel había trepado a la cima de un montículo de tierra mientras activistas situados alrededor gritaban al conductor de la excavadora que se detuviera.
La excavadora, escribió, "empujó a Rachel primero debajo de la pala y luego debajo de la hoja, luego continuó hasta que su cuerpo quedó debajo de la cabina. [Los soldados israelíes de la excavadora] Permanecieron unos segundos sobre ella antes de dar marcha atrás. Dieron marcha atrás con la pala presionada contra el terreno, de modo que aplastaron el cuerpo de Corrie por segunda vez".
En 2007 un tribunal de EE.UU. negó a la familia Corrie el derecho a demandar a la compañía Caterpillar, que suministra al ejército israelí las excavadoras especiales D-9 que mataron a su hija y que Israel utiliza regularmente para derribar viviendas palestinas.
La audiencia de esta semana es el resultado de una demanda privada presentada por los Corrie en marzo de 2005 a propuesta del Departamento de Estado de EE.UU.
La señora Corrie dijo: "Esperamos que este juicio ayude también a ilustrar sobre la necesidad de rendir cuentas por miles de vidas perdidas o heridas de forma irreversible a causa de la ocupación israelí y para llamar la atención sobre el ataque [israelí] contra defensores de los derechos humanos practicantes de la no violencia".
El señor Corrie añadió que la familia había tenido que soportar "mentiras y falsedades" acerca de las circunstancias de la muerte de su hija. La familia también acusó a Israel de recurrir a dilaciones de procedimiento para eternizar el caso.
Aunque Israel ha permitido la entrada a Israel de los cuatro testigos del ISM, ha denegado permiso para que Ahmed Abu Nakira, un médico en Gaza que trató a Corrie, asista al juicio o sea interrogado por videoconferencia.
La demanda acusa al gobierno israelí de ser responsable bien de la muerte dolosa de Corrie o bien del comportamiento negligente de sus soldados con respecto a manifestantes desarmados.
Israel afirma que no se hace responsable de lo sucedido porque las acciones de su ejército fueron "actos de guerra" y porque Corrie se puso en peligro a sí misma de forma temeraria.
Por la época en la que Corrie fue asesinada, los soldados israelíes dispararon fatalmente contra tres británicos: Iain Hook, Tom Hurndall y James Millar. Sólo en el caso de Hurndall, otro voluntario de ISM, que fue tiroteado en Rafah un mes después de Corrie, la subsiguiente investigación produjo la condena y encarcelamiento de un soldado israelí.
Abu Hussein, el abogado de la familia de Corrie, dijo que reclamaban 324.000 dólares de compensación por los gastos específicos relacionados con la muerte de Corrie, incluyendo funeral, gastos legales y vuelos. Además la familia reclamará una compensación general por su sufrimiento y por la pérdida de ingresos de Rachel, así como indemnizaciones penales al Estado.
En las últimas semanas el ejército israelí ha allanado varias veces la oficina del ISM en Cisjordania, llevándose ordenadores y documentos.
El señor Abu Hussein dijo que argumentaría ante el tribunal que el manual del D-9 indica específicamente que no debe utilizarse la excavadora si hay civiles cerca y que el Estado israelí ignoró una decisión judicial para que un representante de la embajada de EE.UU. asistiera a la autopsia de Corrie.
Jonathan Cook es un escritor y periodista que vive en Nazaret. Sus últimos libros son "Israel y el choque de civilizaciones: Iraq, Irán y el plan para rehacer el Oriente Medio"


---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Israel se enfrenta a presiones sin precedentes para que abandone su política oficial de “ambigüedad” respecto a su posesión de armas nucleares, al mismo tiempo que la comunidad internacional se reúne esta semana en las Naciones Unidas, Nueva York, para considerar la erradicación de tales arsenales de Oriente Medio.
Diversos informes publicados el lunes echaron por tierra la equívoca posición de Israel respecto a su estatus atómico cuando se supo que en 1975 se ofreció a vender misiles Jericó dotados de armamento nuclear al régimen del apartheid sudafricano.
Las revelaciones son profundamente embarazosas para Israel dada su oposición, que viene de antiguo, a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear, argumentando que es una “potencia responsable” que nunca haría un mal uso de las tecnologías de armamento nuclear en caso de adquirirlas.
Los informes sobre las relaciones nucleares de Israel con el apartheid sudafricano van a servir para impulsar también una propuesta de Egipto en la conferencia organizada por las Naciones Unidas para revisar la no proliferación, por la que a Israel —como única potencia nuclear en la región— se le va a exigir que firme el Tratado.
Las autoridades israelíes han dicho ya sentirse incomodadas por la decisión de Washington de primeros de mes de acordar una declaración con otros miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que se hace un llamamiento para el establecimiento de un Oriente Medio libre de armas nucleares.
Esta política va fundamentalmente dirigida contra Irán, del que EEUU e Israel piensan que está desarrollando en secreto una bomba nuclear, pero en la que también podría quedar atrapado Israel. EEUU ha venido apoyando la política de ambigüedad de Israel desde los últimos años de la década de los sesenta.
En una reunión del órgano de las Naciones Unidas para el control nuclear, la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que tendrá lugar el mes próximo en Viena, se va a someter también a debate el programa nuclear de Israel.
Se ha informado que la administración del presidente estadounidense Barack Obama mantuvo discusiones a alto nivel con Israel el pasado fin de semana para persuadirle de que acepte la propuesta de una conferencia en 2012 que proscriba las armas de destrucción masiva de Oriente Medio.
Como las presiones sobre Israel aumentan, los analistas locales han estado debatiendo los beneficios de mantener la política de ambigüedad, advirtiendo que si ese principio se alterara podría llevar inexorablemente a que Israel se viera forzado a desmantelar su arsenal.
Haciéndose eco del consenso existente en la seguridad israelí, Yossi Melman, un periodista de la inteligencia militar del periódico Haaretz, advirtió también que declarar el estatus nuclear israelí “nos pondrá en manos de Irán” al centrar la atención en Tel Aviv en vez de en Teherán.
Israel se negó a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1970, tras haber desarrollado, varios años antes, su primera ojiva nuclear con la ayuda de Gran Bretaña y Francia.
Tom Segev, historiador israelí, informó que Israel consideró durante breve tiempo, en 1967, la posibilidad de mostrar su capacidad nuclear cuando Shimon Peres, el actual presidente de Israel, propuso llevar a cabo abiertamente una prueba nuclear que impidiera la inminente guerra de los Seis Días. Sin embargo, Levi Eshkol, el primer ministro de la época, rechazó esa propuesta.
El Sr. Peres, que fue quién planeó y organizó el programa nuclear, formuló después también la política de ambigüedad, por la cual Israel tan sólo declara que “no será el primero en introducir armas nucleares en el Oriente Medio”.
El gobierno estadounidense de Richard Nixon fue el que aceptó, en 1969, esta postura —y la promesa de no llevar a cabo pruebas nucleares—.
Según los analistas, el acuerdo entre Israel y EEUU se impulsó en parte por la preocupación de que Washington no pudiera dar ayuda exterior a Israel —ayuda que hoy alcanza un valor de miles de millones de dólares— si Israel se declaraba estado nuclear pero se negaba a aceptar la supervisión internacional.
Sin embargo, según han pasado los años las revelaciones que han ido apareciendo hacen cada vez más difícil que la comunidad internacional ignore el arsenal de Israel.
Mordechai Vanunu, técnico en la planta de energía nuclear Dimona en el Néguev, proporcionó en 1986 pruebas fotográficas y descripciones detalladas del programa de armamento del país. Se estima en la actualidad que el arsenal israelí cuenta con más de 200 ojivas nucleares.
En 2006, el entonces primer ministro Ehud Olmert se fue de la lengua respecto al estatus nuclear de Israel durante una entrevista en la televisión alemana, cuando ofreció una relación de países con armamento nuclear: “EEUU, Francia, Israel y Rusia”.
Pero fue el periódico británico Guardian el que ofreció esta semana una confirmación más lesiva para Israel, al publicar una serie de documentos desclasificados que se recogen en un libro reciente, The Unspoken Alliance”, de Sasha Polakov-Suransky, un historiador estadounidense, sobre las relaciones entre Israel y el régimen del apartheid sudafricano.
Los documentos, muy secretos, revelan que en 1975 el Sr. Peres, entonces ministro de Defensa de Israel, se reunió con su homólogo sudafricano, P. W. Botha, para discutir la venta a su régimen de misiles dotados de armamento nuclear. El acuerdo fracasó parcialmente porque Sudáfrica no podía permitirse las armas. Más tarde Pretoria desarrolló su propia bomba, y casi podría asegurarse que fue con ayuda de Israel.
Israel, dijo el Sr. Polakow-Suransky, luchó bastante para impedir que se desclasificaran esos documentos.
A pesar de la publicación del Guardian del acuerdo fotografiado que lleva la fecha y las firmas tanto del Sr. Peres como del Sr. Botha, la oficina del Sr. Peres emitió un comunicado el lunes negando la veracidad de la información.
Se considera que el cada vez más claro estatus nuclear de Israel es un obstáculo para los esfuerzos estadounidenses tanto de imponer sanciones contra Irán como de reducir una potencial y más amplia carrera de armas nucleares en el Oriente Medio.
Este mes, los sorprendidos funcionarios estadounidenses en Tel Aviv no consiguieron sacar el programa nuclear israelí de la agencia de la AIEA de la próxima reunión, el 7 de junio. La cuestión se ha discutido sólo en dos ocasiones con anterioridad, en 1988 y en 1991.
Consciente de las crecientes presiones para que Israel se responsabilice de los hechos, Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, rechazó una invitación para asistir a una conferencia sobre seguridad nuclear que se celebró en Washington el mes pasado, en la que los participantes habían amenazado con preguntarle a Israel sobre su armamento.
En la reunión, el presidente estadounidense Barack Obama hizo un llamamiento a todos los países, incluido Israel, para que firmaran el Tratado de No Proliferación.
En la conferencia de revisión de las Naciones Unidas que se celebrará la próxima semana, se está estudiando un proyecto de declaración que de nuevo le exige a Israel, y a los otros dos Estados de los que se sabe que tienen armas nucleares, India y Pakistán, que firmen el tratado.
Egipto ha propuesto que los 189 estados que han firmado ya el tratado, incluido EEUU, prometan que no enviarán equipamiento, información, material o ayuda profesional nucleares a Israel hasta que no lo firme.
Reuven Pedatzur, un analista israelí de temas de defensa, advirtió recientemente en Haaretz que existía el riesgo de que EEUU asumiera la propuesta egipcia, o de que pudiera utilizarse como instrumento para obligar a un recalcitrante Israel a que aceptara mayores limitaciones sobre su arsenal. Sugirió terminar con lo que denominó la “ridícula ficción” de la política de ambigüedad.
Sin embargo, Emily Landau, una experta en control de armas de la Universidad de Tel Aviv, dijo que quienes creían que Israel debería ser más transparente estaban “equivocados”. Acabar con la ambigüedad, dijo, llevaría finalmente a que a Israel se le exigiera un “desarme total y completo”.
La conferencia para la revisión del Tratado de No Proliferación de hace cinco años fracasó cuando EEUU rechazó las peticiones de desarme y se negó a presionar a Israel respecto a su programa nuclear.

No hay comentarios:

Publicar un comentario