El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 4 de noviembre de 2011

UNA GUERRA PERDIDA QUE SE PODRIA GANAR


La “guerra” contra el narcotráfico es guerra perdida desde las selvas amazónicas, hasta el desierto de Sonora. México, la otrora meca del turismo mundial, se hundió en la violencia provocada por la disputa del transporte de la droga hacia su destino final: Los Estados Unidos de América. El gusto por la mariguana, por la cocaína y por la heroína de los integrantes de la sociedad norteamericana, es la razón principal de la violencia en los países de la ruta de las drogas.
Se empeñan, con la DEA a la cabeza, en mantener la violencia en los países que a la postre son víctimas de la adicción de los habitantes del país más desarrollado del mundo. Que le importa a John Doer, residente del estado de Utah, los muertos en Coahuila y menos los encarcelados en Somoto debido a las toneladas de droga que salen de Colombia, pasan por Centro América y siembran la muerte en México, hasta llegar a las manos de los consumidores del primer mundo.
México es la principal víctima de ese flagelo social que ni los barones de la droga, ni el gobierno de los Estados Unidos quieren terminar. Pareciera que los responsables de todas las masacres que se han dado y se seguirán dando en el Imperio de Moctezuma, son los cárteles de la droga y la DEA, porque es entre ellos el duelo a balazos y machetazos. Lindo sería si las víctimas de esas masacres fueran miembros de ambos bandos, pero la realidad es que las víctimas las pone la inocente sociedad civil, que cansada de ponerlos, estaría dispuesta a aprobar una ley que de una vez por todas legalice las drogas a como legalizaron en su momento el alcohol.
Qué sentido tienen las matanzas de los zetas, armados según dicen, con armas llegadas de los Estados Unidos. Qué sentido tiene infiltrar los cárteles mexicanos con oficiales de la DEA si no logran desbaratar las estructuras de los mismos. Parece que lo que quieren es jugar a los malos y los buenos sin importarles la sangre inocente que a diario se derrama en las principales ciudades de México.
La solución está a la mano, pero mentes inescrupulosas que actúan como si estuvieran llenas de escrúpulos no lo permiten. Pegan el grito al cielo cuando se habla de LEGALIZACION, no por piadosos, sino por resguardar los grandes intereses económicos de los señores de la distribución de la droga en suelo norteamericano.
El tratamiento médico se ha vuelto más doloroso que la enfermedad y tan ineficaz como una pastilla de tiza, pero las matanzas siguen y el corredor de la droga hacia el norte se mantiene lleno de camiones caleteados transportando el oro blanco en sus vientres ocultos.
Cálculos conservadores nos dicen que por cada embarque que quiebran, nueve pasan sin problema hasta llegar a tierras mexicanas que es cuando empieza la guerra en serio. Los distintos cárteles mexicanos cuentan con brazos armados para militares, como los zetas por ejemplo, que hacen el mismo trabajo que las FARC en Colombia, pero con más saña y crueldad.
Acapulco ya no existe como punto de turismo y el hombre que se lanza al mar desde las alturas de un risco, calculando la entrada de la ola para contar con suficiente profundidad para no matarse, ya no tiene público porque es más peligroso llegar a verlo, que el salto calculado que él hace.
Esa es la situación. En Estados Unidos se sigue consumiendo drogas, mientras en México masacran a 52 personas en una discoteca de Monterrey. Que cocaína más cara, pero a los barones de la distribución eso les tiene sin cuidado y a los capos del transporte también eso les tiene sin cuidado y así hasta llegar donde quienes la producen.
Y pensar que con solo que Estados Unidos, el mayor consumidor de  cocaína del mundo, se decida a legalizar por lo menos la mariguana y la cocaína, se evitarían miles de muertes en América Latina y las arcas del gobierno de Estados Unidos se verían aumentados en billones de dólares producto del impuesto que tendrían que pagar. Pero no, es más emocionante jugar a los espías y a la guerra y por supuesto, es inmensamente más productivo recibir los billones de dólares que produce la actividad del narcotráfico, que evitar la muerte de miles de inocentes que entregan sus vidas para mantener la ambición de unos pocos.
En las manos de los Estados Unidos está el final de tantas masacres sin sentido: Legalización o pena de muerte, ahí está el dilema.

Jorge J Cuadra V

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