El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 29 de noviembre de 2011

Fue ilegal el nombramiento de obispo de Miguel Purificación?


Por: León Núñez

Mucha gente cree que estoy inventando cuando en mis artículos periodísticos incluyo el segundo nombre del cardenal Obando. Yo pienso que quizás mis lectores consideran que esto es una incursión humorística mía porque pareciera —según ellos— que fuera una increíble ironía de la historia la circunstancia de que un príncipe de la Iglesia católica que tiene por nombre Purificación esté viviendo sus últimos años sin purificar nada, y más aún, esté despurificando lo que supuestamente antes pudo haber purificado.
Para demostrar, fundamentalmente al ingeniero Jaime Chamorro Cardenal, que es uno de los que cree que es jodedera mía lo del nombre de Purificación, le pedí al destacado intelectual chontaleño César Augusto Bravo que tratara de obtener en La Libertad, Chontales, un certificado de nacimiento de don Miguel Purificación. A don César Augusto le extendieron el correspondiente documento, cuya fotocopia entregó al Diario LA PRENSA, y en donde aparece que efectivamente el segundo nombre de don Miguel es Purificación, nacido en 1926 e hijo de doña Nicolasa Bravo. Debo señalar que en la certificación no aparece ni el nombre del padre de don Miguel Purificación ni reconocimiento alguno.
Quiero señalar que en 1969, cuando yo ejercía el cargo de Juez Único de Distrito en Chontales, visité por primera vez La Libertad. Fue entonces cuando me enteré que don Miguel Purificación, recién nombrado obispo, era mi paisano; que era liberteño. Me informaron, entre otras cosas, que era hijo fuera de matrimonio.
Me llamó la atención el hecho de que don Miguel Purificación hubiera sido ascendido a la dignidad episcopal siendo hijo fuera de matrimonio. En ese entonces recordé que cuando yo era adolescente iba a seguir la carrera sacerdotal, pero desistí de mi propósito cuando me di cuenta que yo no podía ascender en esa carrera. Mi tío monseñor Manuel Ignacio Paguaga Núñez, ya fallecido, me dijo que los que éramos hijos fuera de matrimonio, no podíamos ser obispos. Esto lo confirmé, varios años después, en España, cuando estudiaba la asignatura de Derecho Canónico, pues de conformidad con el canon 330 del Codex Iuris Canonici de 1917, que estuvo vigente hasta 1983, para ser obispo el sacerdote tiene que ser idóneo, y al tenor de lo dispuesto en el canon 331 del citado cuerpo legal, para que sea idóneo debe reunir varias cualidades, entre ellas la siguiente (cito textualmente): “que haya nacido de legítimo matrimonio, sin que baste la legitimación, aunque esta se hubiera verificado por subsiguiente matrimonio”.
Con estos antecedentes, y de visita, como dije antes, en La Libertad, en 1969, y ante mi incredulidad de que el Vaticano hubiera hecho un nombramiento de obispo contra ley expresa, fui a la Alcaldía Municipal y efectivamente constaté que don Miguel Purificación era hijo fuera de matrimonio. Después revisé los libros de la Iglesia y no encontré ninguna acta en donde constara que doña Nicolasa se hubiera casado, como se decía antes, por la Iglesia.
Es importante señalar que don Miguel Purificación fue consagrado Obispo el 31 de marzo de 1968, es decir, cuando estaba vigente el canon 331 del Código de Derecho Canónico de 1917. Por consiguiente, su consagración fue ilegal, a no ser que doña Nicolasa, antes del nacimiento de don Miguel Purificación, se hubiera casado con un señor Obando en otro pueblo de Chontales.
Si don Miguel Purificación es hijo fuera de matrimonio, ¿cómo es posible que el Vaticano haya hecho un nombramiento ilegal? En la peña El Bejuco suponen que en Roma han de haber recibido la prueba documental de que don Miguel Purificación es hijo nacido de legítimo matrimonio. Pero si esto fuera así, esta prueba documental sería falsa, razón por la cual estaríamos en presencia de los delitos de falsificación de documento y uso de documento falso, delitos que están prescritos legalmente pero no moralmente.
Yo no vivía en Nicaragua cuando don Miguel Purificación fue nombrado obispo, pero me informaron que el gobierno somocista promovió, gestionó y recomendó en el Vaticano el mencionado nombramiento. Es más, me aseguraron que mi paisano don Miguel Purificación contaba con el respaldo de su madrina, devotísima de la Virgen María Auxiliadora, doña Sarita Mora de Guerrero, de Granada, esposa del doctor Lorenzo Guerrero Gutiérrez, que fue presidente de la República del 3 de agosto de 1966 al 1 de mayo de 1967 y ministro de Relaciones Exteriores del 1 de mayo de 1967 en adelante, época en la que se “cocinó” el mencionado nombramiento. Todo esto explica, dicen algunos, la razón por la cual don Miguel Purificación haya sido consagrado obispo por monseñor Marco Antonio García y Suárez, el más destacado somocista de la jerarquía católica de la era dinástica.
Sin embargo, los que estamos seguros que su eminencia es incapaz de cometer los delitos de falsificación de documentos y uso de documentos falsos, nos inclinamos en dar por presumiblemente cierta la tesis de que fue doña Sarita Mora de Guerrero la que, sin saberlo el cardenal Obando, cometió tales delitos con el objetivo de conseguir la dignidad episcopal para don Miguel Purificación. De todas maneras, sería importante tanto para la “ecclesia docens” (la Iglesia jerárquica) como para la “ecclesia discens” (los fieles) que se aclarara esta situación, no solamente en aras de la verdad histórica sino también en aras de darnos tranquilidad espiritual a todos los que amamos al cardenal Obando, de quien sabemos que es todo pureza y castidad y templo de bondad de los divinos pastores.
El autor es abogado

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