La Conferencia Episcopal se pronunció este miércoles sobre las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, cuya legitimidad pone en entredicho, a la vez que cuestiona los resultados de la elección, porque “no ofrecen garantías de reflejar con fidelidad la voluntad del pueblo”, según un comunicado leído por los obispos en Managua.
La “determinación madura y cívica de los nicaragüenses no ha sido respetada como es propio de un sistema democrático auténtico, debido a las irregularidades que han caracterizado este proceso electoral desde el inicio”, afirman los obispos en su comunicado.
La Conferencia Episcopal hace eco de las denuncias de irregularidades hechas por organizaciones de observación electoral, votantes, partidos políticos y misiones internacionales para reconocer la “falta de transparencia y honestidad con que fueron administrados estos comicios electorales”.
Las críticas más fuertes de los obispos van encaminadas a los magistrados de facto del Consejo Supremo Electoral, quienes no fueron capaces, según el escrito, de “ejercer sus funciones con responsabilidad y honestidad, actuando con tal transparencia en el escrutinio de los votos que no permitiera ni la más mínima duda acerca del respeto a la voluntad popular en estas elecciones”.
Es por eso que los obispos afirman que los resultados electorales, que le dan una abrumadora y cuestionada victoria al oficialismo de Daniel Ortega, “no ofrecen garantía de reflejar con fidelidad la voluntad popular”, por lo cual, asegura la Conferencia Episcopal, “la legitimidad del proceso electoral y el respeto a la voluntad del pueblo ha quedado totalmente en entredicho”.
El derecho a protestar
Los obispos se pronunciaron a favor de las protestas ciudadanas que exigen un transparente recuento de los resultados electorales, al considerar que hubo acciones fraudulentas por parte las autoridades electorales durante el conteo. “Sí hay que exigir a las instituciones que cumplan con su deber y a los poderes del Estado que respondan a sus obligaciones, a través de todo tipo de manifestaciones públicas y privadas y en el marco de los derechos humanos, hay que hacerlo siempre en modo pacífico”.
En su comunicado, la Conferencia Episcopal exige al Gobierno el respeto al derecho de protesta de los ciudadanos, así como un llamado a la Policía Nacional a mantener el orden y no reprimir las protestas pacíficas, dadas las críticas que se han hecho contra esa organización por su partidarizado papel en los hechos registrados tras las elecciones.
“Demandamos a las autoridades de policía y a cualquier otro grupo que se le respete al pueblo su derecho a movilizarse y manifestarse pacíficamente. Rechazamos toda forma de agresividad y violencia, sabiendo que ésta no es jamás la solución adecuada a los conflictos”, se lee en el comunicado de la Conferencia Episcopal.
Los obispos en su comunicado hacen un llamado a los nicaragüenses para que no pierdan las esperanzas en un profundo cambio político, y a que vean la actual crisis política en la que el Tribunal Electoral ha sumido al país como “un reto” para “recuperar nuestra capacidad de seguir soñando con una sociedad mejor para todos”, una sociedad, dicen los obispos, “fundada en el Estado de Derecho, la legalidad, la solidez institucional y caracterizada por el desarrollo socio-económico”.
Nuevas autoridades
Este martes la Conferencia Episcopal también informó que eligieron nuevas autoridades. Monseñor Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, deja la presidencia de la Conferencia después de seis años de estar al frente. En su lugar fue nombrado monseñor René Sándigo, obispo de Juigalpa.
El nuevo vicepresidente de la Conferencia es monseñor César Bosco Vivas, obispo de León. Como secretario general fue electo monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua.
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