Onofre Guevara López
Dentro de las ciudades grandes y pequeñas, a
la entrada y a la salida, en medio de las carreteras de largas o cortas
distancias, hay tal cantidad de rótulos de todos los tamaños y colores con la
imagen del Hermano Daniel, que a su amantísima y fiel esposa no le cabe ninguna
duda acerca de que no existe motivo alguno para que el pobre mortal que los
mire, no se quede totalmente arrobado. O,
cabalmente embelesado, que es igual.
Pero hacer caer al ciudadano en tal éxtasis,
no es suficiente para la primera señora del país. Aunque no existe relación entre
el arrobo con la arroba, ella la imprime en sus homilías; y como si no
estuviera enterada de que el arrobo no es el masculino de la arroba, insiste en
unirlos en matrimonio. Pero el arrobo que
ella supone produce sus rótulos al simple “miranda”, con la arroba impresa en
sus mensajes de amor a los@s nicaragüenses sólo causa confusión.
El sustantivo arroba es la cuarta parte de
una unidad de peso, como decir, de un quintal o sea, las 25 libras de las cien
libras del quintal de carne o de huesos. En informática, la arroba es usada
como signo tipográfico en las direcciones electrónicas, con la función de
separar el nombre del usuario, del nombre del servidor, como lo son @gmail, @hotmail,
@yahoo, etcétera. Conociendo las
funciones de una y otra arroba, uno no encuentra la razón que justifique
incluir el signo tipográfico en la redacción de frases y consignas, verbi
gracia: “Con tod@s” y “Por el bien de tod@s”.
Difícil
resulta leerlas e imposible hallar el significado de “tod-arroba-s”, ni como apócope
de palabra conocida, pues, forzando un poco la cuestión, hallamos: Todopoderoso
del quintal. Pero como el Hermano Daniel se pasa del quintal de años en el
poder, y ella pluraliza la “@s”, en tal caso sería el Todopoderoso de los quintales.
Pero como la palabra “tod” no existe, ningún aditamento le puede dar significado.
Por ese motivo, a ese extraño “tod” hay que
buscarle alguna utilidad, lo que podría hacerse prestándole una “o” para que
resulte ser el adverbio “todo”. Es necesario, pues no hay razón para qué le
quiten la “o” a todo, y le pongan una arroba tipográfica, cual una carlanca a
sus pies, con el peso de 25 libras.
Nadie conoce tal razón. Tal vez ensayando
respuestas podríamos ir entendiendo el motivo de ese absurdo de la esposa del Hermano
Daniel, a la cual, pese a todo, debemos agradecerle que aún no haya afeado la
lindura de los rótulos, agregándole las pesadas 25 libras a las consignas, con
las que arruinaría la tierna sonrisa de su marido, que sólo Dios sabe cuánto sacrificio
tuvo que hacer para poder sonreír a la hora de posar. Tampoco necesita ir “de
Victoria en Victoria”, pues él ya está embriagado…
de poder.
Al margen de eso, tratemos de interpretar el
signo tipográfico arroba: 1) como refrán: “robar por arrobas”, que quiere decir
robar a montones; 2) como exigencia partidaria: ¡arrobar es la consigna, compañeros!,
lo cual es la orden de escribir siempre arrobas al pie; 3) como verbo: arrobar,
cuyo significado es embelesar, que es exactamente la función asignada a la
imagen del Hermano Daniel en todititos sus rótulos.
Ya que volvimos a mencionar el “todo”,
debemos distinguir el todo como adverbio y el todo como adjetivo. Su función
como adverbio es única, sólo con el significado de enteramente, pero sólo en
forma compuesta, por ejemplo: vino con todo. Es fácil asociar este significado
de todo, con la administración política actual, y podría decirse que al
regresar al poder el Hermano Daniel, en 2007, vino a darnos con todo.
Pero veamos el otro “todo” como adjetivo: se
dice cuando algo está en su integridad, es decir, entero, y al hablar del
conjunto, se refiere a todas las partes. Francamente, este otro significado del
adjetivo todo, induce a señalar otra característica gubernamental, como es su
falta de integridad legal en todo, o, de otro modo, que en el gobierno todo
carece de integridad.
En honor a la brevedad, diré, finalmente, que
si las arrobas usadas en documentos y homilías oficialistas fueran de carne, arroz
o frijoles, el Hermano Daniel y familia, podrían ahorrarse unos centavitos más.
¿Con qué fin? Con un fin de amor solidario intrafamiliar: les podría alcanzar
para comprarles otro Canal de televisión a los@s niñ@s.
Use arrobas usted; tal vez le da buen resultado
también.
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