Las nuevas autoridades gubernamentales del
país resultado de las elecciones del seis
de noviembre del año 2011 y posteriormente la toma de posesión el 10 de enero de 2012 por
parte del Comandante de la Revolución, Daniel Ortega y sus diputados, reinician
un mandato como poder ejecutivo y legislativo, ilegal y reaccionario al
convertir al Estado en propiedad privada
de una familia que centraliza el control total de las instituciones para fortalecer
y garantizar su poder económico y político.
Al mismo tiempo, el sector privado, representante
del capital conservador del Consejo
Superior de la Empresa Privada, (COSEP) se integra al juego de los actuales gobernantes por la relación económica existente,
sujetándose a las reglas y ventajas productivas que le traerá el nuevo orden social, según ellos.
El
resultado de las elecciones del seis de noviembre del 2011, no es más que el fin de la revolución
sandinista y la continuación de la herencia histórica de los procesos
electorales como farsa, fraude y mentiras para asegurar los intereses creados.
Hoy, la historia continúa, a
través de unos y otros de distinta manera.
Sin embargo, el gobierno de
Daniel Ortega se ha comprometido
al calor de la ayuda financiera y petrolera, que le proporciona el presidente de Venezuela,
Hugo Chávez, a continuar en el poder en la estrategia de proyectar la
gran ”alianza bolivariana” destinada
a unir
a la América Latina. Ese es el error número uno. La unidad
bolivariana que proclama el
presidente Hugo Chávez, es historia; hoy
son otra las condiciones sin desmerecer los méritos de Simón Bolívar en su
conquista por la independencia de
suramérica y la Unión, con mayúsculas. La formación de un solo país, una sola economía, con un solo mercado para asegurar el triunfo de países del
cono sur y más adelante, la formación de
una América a como lo proyectó Bolívar, no es más que sustituir los medios del poder financiero,
económicos europeos y estadounidense y son tan poderosos que es
difícil destruirlos; si no hay un
movimiento mundial de clase capaz de construir un sistema económico político para
poner fin al instrumento económico y financiero de clase, para una
nueva economía, he ahí el dilema.
La
teoría edificada del socialismo del
siglo XXI anunciada “estratégicamente” por
Chávez, es irreal. Como gobernante,
Chávez se vuelve un amorfo, una vez puesto en la dirección del gobierno en
estos últimos años, se mantiene por corrupto
de la riqueza obtenida por el petróleo, el petróleo no es socialismo Hugo Chávez, este gobierno a
como anota Daniel Ortega y argumenta sobre el capitalismo salvaje, sobre todo dirigido al gobierno Alemán por recortar la ayuda; hay
que recordarle al presidente, que su
riqueza nace del sistema capitalista salvaje. No se qué fin tendrá.
Independientemente de la forma en que llegó Daniel Ortega por segunda
vez a la presidencia, por medio de la reelección, que desde luego es ilegal, ello explica
su comportamiento por medio de irrespetar
las normas constitucionales para
ampararse en los negocios que contrajo
como bienestar a sus socios a través de la fórmula del combustible que vendió y
regaló Hugo Chávez a precios favorables a la familia Ortega-Murillo; este poder
ejecutivo explica los intereses contraídos por tal sector a su favor en el
momento cuando la revolución sandinista la malogran y nacen los nuevos ricos. Así, en la
Venezuela moderna de Chávez se repite la herencia institucional impuestas
por los dictadores militares del pasado; hoy bajo el ropaje de Bolívar buscan
como proclamarse continuadores de la obra bolivariana , nunca lo van a
conseguir, degradan a Bolívar, pues las actuales dirigentes gubernamentales venezolanos contienen rasgos de
los regímenes militares de los
años 60 y 70; aún la democracia se repite de manera fraudalenta, aunque unos no creen que la historia no se
repite; pero si es continuadora del pasado.
Veamos el problema de Nicaragua,
después de los comentarios expuestos arriba. La cuestión es económica y no
político. La democracia y el Estado de
Derecho es el fundamento de la nueva sociedad de la transformación, les guste o
no les guste a la izquierda o derecha. En el sistema político actual no es más
que el pasado reaccionario, a como lo aconsejaba Carlos Fonseca. Sin embargo, el régimen actual
en general invita a emplazar al sistema y en primer lugar al Consejo
Electoral cuestionado por sus falsedades
en el proceso electoral del pasado seis de noviembre de 2011; como muestra representa un atraso electoral y estatal al reproducir la historia y sostener un modelo que reflejaba un acontecimiento único de lo más importante en la vida del país en
sus años de independencia, y que hoy lo corrompen, la perspectiva de garantizar el orden democrático y su vida económica, continúa, es decir los
intentos que se hicieron el 19 de julio de 1979 por romper el pasado siguen
siendo válidos
Aunque los empresarios actuales no se han puesto a reivindicar la misión que el sector privado
conquisto en julio de 1979 como fuerza
económica y productiva a pesar de que el “presidente” Daniel Ortega los contumerea,
ya no es la fuerza social capaz de originar las reformas estatales, y que además, nunca han
contribuido. Hoy existe en Nicaragua un
sistema de la sociedad civil organizado capaza de hacerle frente a la
deformación del estado para corregir el rumbo que la revolución sandinista contrajo
el 19 de julio de 1979. Este sector, empresarial, va a sufrir, no solo la derrota electoral, le llamo de esa
manera, sino al mismo tiempo sus intereses van a ser afectados por la fuerza del grupo
del danielismo, que entrará en competencia mercantil interna y externa, desde
ahora, sin contemplaciones; no pierdan
la memoria, sector privado, el que dirigió las elecciones a su manera para defender los
intereses económicos fue el danielismo,
por consolidarlo sin consultar a
nadie; ustedes retrocederán, a no ser
que se sometan e impongan su estrategia
como fuerza social, que nadie la conoce,
dicho sea de paso. Como fuerza económica
independiente deben rechazar el orden judicial y electoral existente, pues
para los gobernantes de hoy lo fundamental está dentro del contexto político
ilegal, que lo refuerzan los sectores económicos, aunque no lo admitan. Por ejemplo: las propiedades en general y en particular la agraria
está creando inestabilidad jurídica y
política, en desconocer a sus verdaderos dueños, el sector privado no toma
partido por su defensa y otros tipos de propiedad. Al contrario el gobierno ordena en varios lugares del país la
toma de terrenos de propiedad privada por grupos gubernamentales para convertirla en una nueva propiedad privada danielista, como en
los tiempos de Somoza, y , además, como
fuerza política, estos grupos tienen el
orden jurídico a su favor, la fuerza del
estado y la represión de las fuerzas de
choque capaz de garantizar el orden del nuevo estamento social
representado por el grupo para hacerle
frente a las contradicciones que puedan surgir.
Sin embargo, el tema más importante es la
economía. Esta no se mide, a mi modo de
ver solo en las exportaciones, ni en
generar remesas, pues esta no son productivas, sino solo tratan de aliviar la
pobreza de las remesas familiares que reciben; el turismo puede ser fuente de
ingresos pero no lo suficiente para atacar la pobreza; ahora bien el control de
la inflación no es la tarea principal del Banco Central, a como lo anuncio el
presidente del Banco Central, el
control de la inflación, no es el
fenómeno financiero y económico a vencer, es una gran equivocación de los dirigentes económicos y
monetarios del Banco Central y otros; por otro lado, en la cuestión financiera y bancaria , en cuanto
a los depósitos que subieron en 400
millones de dólares tampoco es
muestra de una economía en ascenso; lo
otro es el crédito concedido por la banca nicaragüense para un crecimiento
robusto, no es suficiente para dinamizar la economía y mostrar el fin de la
pobreza. En cuanto el lado de las importaciones, estas superaron a las
exportaciones, este es un tema a tratar
de otra manera y en otra ocasión. Por su parte la factura petrolera es un
argumento que debe ser analizado por todos los sectores económicos y no económicos del país y no solo
por el gobierno. En cuanto la deuda pública tendríamos que valorarla como un
indicador de todos los sectores económicos del país asimismo los organismos
sociales y profesionales participar en ella.
La
estrategia económica consiste en generar fuente
de empleo, producción, y nuevas
empresas productivas y competitividad en el mundo exterior, capaces de echar a
funcionar una economía en vías de
desarrollo, tenemos capacidad profesional
y técnica, a mi modo de ver el crecimiento consiste en atacar la desocupación,
abrir fuentes de trabajo productivo, obligando
al sistema financiero o bancario a
contribuir en la inversión nacional y extranjera
en nuevos rubros en relación con la producción y salarios de acuerdo con el
sector empresarial con exportaciones y de consumo interno.
En
cuanto a los salarios, no es tema colectivo de debate sobre el salario mínimo, eso paso a la
historia; hoy se discuten a través de la
empresa la producción y productividad; además
no hay que olvidar como número uno la
educación y la salud. Ahora bien la pregunta
técnica es lo que podemos definir como estrategia en nuestros proyectos económicos
y sociales que estén al alcance de la
construcción de nuestra economía ? Hoy,
el crédito esta fuera de la producción real por parte del sistema bancario
nacional y privado, en esa dirección hay que incorporarlo a la inversión económica, tecnológica y de la
información. Por consiguiente, no es el
control de la inflación lo que determina el desarrollos económico del país
para atacar la pobreza, es por medio
crear fuentes de trabajo, sostener la producción existente exportadora que origine
cambios en el sistema económico y crear nuevas empresas de organización productivas y salarios capaz consumir
con un precio que esté al alcance del
trabajadores; sin embargo, esta tesis
está determinada por la producción real, además en nuestro país la austeridad y
la gobernabilidad forman parte del desarrollo
económico de países pobres como el caso nuestro. El que lo niegue cae en el caudillismo por no
decir la dictadura.
Víctor Tirado L. Managua, 28 de
enero 2012.-
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