_ En
mi primer día de ocio este 2012, Procopió, estuve meditando acerca de que no existe
motivo para llamar “viejo” al año que se va y “nuevo” al año que viene, porque
ni uno es viejo ni el otro es nuevo…
_ Por
eso dicen, Procopiá, que el ocio es causa de muchos vicios, y en tu ocio quién sabe
qué bicho de picó para que digás tonterías….
_ Le
estás fallando a la dialéctica, Procopió; tomá en cuenta que el año que se fue
es un año nuevo que se suma a la historia, y el año que viene… ¡es el año más
viejo en la vida de cada persona!
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_ Me
jodiste, Procopiá; me demostraste varias cosas; entre ellas, que de lo viejo
nace lo nuevo, porque nada muere sino que se transforma y que nada es absoluto…
_
Entonces, Procopió, si aceptás esa realidad, olvidate de que el ocio es
sólo causa de algún vicio, pues cuando el ocio es necesario para el descanso
físico, puede propiciar el desarrollo de las buenas ideas…
_
Estás en lo cierto, Procopiá, pues si Newton no se hubiese puesto a
ociar debajo del manzano… ¡a otro le hubiera tocado descubrir la ley de la
gravedad!
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_ Volviendo
a la cuestión del llamado año “viejo”, Procopió, siento que fuera del rito popular de “quemarlo” en un
muñeco en el momento del tránsito del 31 de diciembre a 1 de enero, hay cosas
viejas que siguen haciendo nuevos daños…
_ Por
ejemplo, Procopiá, no se ha quemado ninguno de los viejos rótulos… ¡con la
imagen de Daniel cuando era joven!
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_ Al contrario,
Procopió, han puesto más rótulos nuevos con la imagen… ¡del mismo viejo
personaje!
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_ Las
estadísticas tampo se quemaron con sus datos nuevos… ¡acerca del hambre de
vieja data!
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_ Los
viejos creadores oficialistas de nuevas consignas, siguiendo el consejo del
maestro Aldo Díaz, Procopiá, procuran no quemarse el cerebro… ¡pero echan humo al exprimirse las neuronas!
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Quienes terminaron el año súper quemados,
Procopió, son los magistrados electorales, de justicia y de otras instituciones
en donde, de la Constitución… ¡sólo han dejado las cenizas!
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_ Los
oficialistas que parecen haber quemado sus velas, al estilo de Hernán Cortez, Procopió,
son los políticos conquistadores del Estado… ¡en donde han sentado sus reales
poderes de corrupción!
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_ Daniel
quiso entrar con su viejo poder a un año nuevo, Procopiá, pero siendo viejo su
poder, para poder ejercerlo de nuevo… ¡tuvo que quemar el orden institucional!
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