Al sur de nuestras
fronteras,
Habitó una mujer de
futuro,
Su pluma fue paso seguro,
Que ardió como sutil
hoguera.
Carmen Naranjo su nombre,
Su verbo florido, su
apellido,
Hoy nos deja un dolor
sentido
Esta mujer de gran
renombre.
Habitará al norte de las montañas,
Para ser de todas las
mañanas
Arco iris coloreador de la
historia,
Guardada será siempre en
la memoria.
La patria del sur vio su
firme palabra
Empotrada en el mármol de
la esperanza,
Suyo hizo el camino de la
voz que avanza,
Con el corazón en el
andamio del abra.
La guerrilla de sus versos
surcará
Los montes y quebradas al
abrigo
De aquellos que junto al
amigo,
Guardarán su voz en el
santuario del alma.
Emilio
Pérez Arias
Masatepe,
08 de enero de 2012.
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