Y
me refiero a Fátima Hernández, la que con sus capacidades histriónicas logró
acaparar la atención del país con su supuesta violación a manos de Farrington
Reyes, con quien supuestamente estuvo ligada en una relación íntima por casi
dos años. Sin embargo, un día cualquiera esta joven mayor de edad y con
experiencia de vida, se presenta ante los juzgados de Managua a interponer una
denuncia por violación contra el que hasta hacía pocos días era el dueño de su
corazón y de su cuerpo.
Fátima
hizo de todo: lloró, actuó ante el juez y por dos veces expuso su vida en
sendas huelgas de hambre en protesta por la parcialidad de la justicia.
Por
más esfuerzos que hizo su abogado defensor, Dr. Urbina Lara para que castigaran
al supuesto violador, todo fue en vano porque
a
pesar que Farrington fue encontrado culpable y sentenciado a ocho años de
prisión, fue enviado a su casa sin cargo alguno.
Fátima
aprovechaba toda esa injusticia para captar el apoyo total de las
organizaciones de mujeres que luchan contra la violencia intrafamiliar. Su caso
fue seleccionado como el peor fallo judicial del 2011 y ella fue invitada a
viajar al extranjero para exponer su caso ante la organización mundial de los
Derechos Humanos.
De
todas esas actividades de las cuales salió víctima, Fátima fundó su propia
organización de mujeres llamada, Asociación de Mujeres Forjadoras del
Pensamiento, nombre que más bien sugiere asociación de científicas y no de
mujeres víctimas de los abusos de los hombres.
“Sorprendente
respaldo,” reza el titular de La Prensa, pero, ¿Por qué sorprendente? Porque
Fátima Hernández sale respaldando a un hombre que supuestamente agredió a una
mujer. Sorprendente respaldo, como lo es todo en la vida de Fátima, para el
famoso boxeador, Román “Chocolatito” González, quien está siendo acusado por su
esposa, Raquel Doña, de supuestos maltratos físicos y psíquicos.
Verdaderamente
lastimaron a Fátima con el peor fallo judicial del año. La hicieron pensar
mucho para que en definitiva se vaya por el lado incorrecto, de acuerdo a la naturaleza
de esas organizaciones que de entrada condenan a los hombres para dejar bien
claro que se solidarizan con las mujeres.
Sin
embargo, la mujer más castigada injustamente por las leyes, se va al lado del
hombre más apoyado por esas mismas leyes. Recordemos al locutor deportivo y concejal de ALMA, Enrique
“la ardilla” Armas, cuando vociferaba como el servil que es, “Quiero ver,
quiero ver quien será ese juez que se atreverá a echar preso al chocolatito
González. Quiero verlo.” Esta ardilla que por sus actos debería apodarse RATA,
¿de dónde saca esa autoridad propia de la familia presidencial? Solo puedo
decir que esos abusos son propios de los que viven del presupuesto y se
pronuncian con premura para ser los primeros en quedar bien con el jefe.
Con
esa clase de personas es que hoy se solidariza Fátima Hernández; esa clase de
acciones contra una mujer, son las que apoya hoy la “víctima” de ayer de los
jueces. ¿En dónde queda la credibilidad de esta mujer que le gusta el
protagonismo mediático?
Apareció
con el verdugo de Raquel repartiendo juguetes en nombre de las pensadoras. ¿Y
quién nos puede decir que esos juguetes no
son de chocolate y dulce y de ahí el apoyo sorprendente? En un mundo en
donde se ha perdido la decencia y los principios morales son un lejano
recuerdo, todo es posible, sobre todo los cambios súbitos de las Fátimas de
este país.
Con
todo derecho nos podemos preguntar: ¿Hubo violación o venganza? Sólo Fátima
Hernández lo sabe, pero jamás lo dirá.
Jorge
J Cuadra V
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