Víctor Tirado López
EL Comandante de la
Revolución Daniel Ortega Saavedra, en su reelección,ha convertido en fuerza
centralizada el Estado a través de su
candidatura ilegal rompiendo todas las normas constitucionales e institucionales, es decir, el Estado de
Derecho en primer lugar y se proclama, en segundo lugar, además, defensor de los intereses del COSEP y estos al mismo tiempo apoyan el orden corrupto
producto de la riqueza mal habida, esto significa que el mismo COSEP garantiza el enriquecimiento inmoral de sus aliados. Sin embargo, la fuerza de este orden que
desean consolidar, Daniel Ortega, no es el orden burgués clásico, si no el de
una vida producto de la corrupción y las cuentas mal habidas. Por otro lado,
Daniel Ortega no representa a ninguna clase social; el COSEP sí es acreedor de sus representantes
privados en cuanto a su clase no
promulga sentencias ni decreta por su
propia cuenta resoluciones ilegales, no obstante, la alianza con el gobierno lo
perjudica. Se afirma como cómplice de la fuerza gubernamental corrupta, por lo tanto no se engendra como fuerza política independiente, protege
entonces sus intereses económicos espurios al carecer de un programa propio de
sus condiciones económicas.
Lo que me llama la atención sobre el gobierno actual es su
ilegalidad; pienso cómo una persona como
Daniel Ortega se prestó al juego de participar en un gobierno al cual habíamos
derrocado el 19 de julio de 1979 como una revolución al alcance de Latinoamérica,
democrática, antimperialista parece
mentira y hoy presenta las exigencias de la dictadura somocista , esta misión
que contemplas en tu pensamiento político, Daniel, a través de la
obra de la riqueza que acumulastes
en tus intervalos te da el valor
de hacer alianzas con las fuerzas económicas y políticas de la cual te
defienden tus intereses.
Llegastes, pues, Daniel, a la cima de tus intereses
económicos y políticos de lo cual estabas interesado en conquistar a través de
un Revolución Sandinistas que al final
no creístes en ella; para ti fue
una fortuna.
Daniel Ortega, llegas a la reelección
con una serie de contradicciones
sin explicar los problemas de tu
ascendencia sandinista en el orden ideológico, político y económico y hoy,
Daniel, has renunciado a ese legado histórico que nos dejó Sandino y Carlos
Fonseca; aún más el triunfo de la revolución sandinista no es más que la nueva historia que deseamos
escribir y redactar con nuestro trabajo practico de años en la lucha contra el somocismo y desde luego
antecedentes históricos, dejando atrás
las viejas interpretaciones de
los historiadores, que no significa que
no contengan ningún valor histórico, no obstante, vos reniegas de tu legado
histórico.
Entonces la reelección de Daniel Ortega no
es más que el fin de la Revolución
Sandinista si acaso existió en el pensamiento de él y además de la historia que
interpretaba Carlos Fonseca.
Managua, 4 de enero de 2012
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