El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 14 de noviembre de 2010

IGLESIA VIVA

No una vocación para la política cristiana, sino para ser cristianos en política.

La vocación política hoy se ejercitará normalmente en un contexto constitucional secular, donde el Estado esseparado de las Iglesias, es decir, es sanamente laico y se funda en valores pluralistas, algunos de los cuales provienen originalmente de una antigua tradición cristiana y otros han sido desarrollados por tradiciones humanistas, antiguas o modernas, que no necesariamente se basan en la tradición cristiana. Hoy en día no seremos llamados por Dios para ejercer una política cristiana, es decir, una política cuyos fines y resultados sean en todo coincidentes con la fe y la moral cristianas o trabajen para resguardar los derechos de una Iglesia o de una fe religiosa. La vocación política de una persona cristiana hoy será una vocación para ser cristianos en la política, es decir, políticos o políticas motivados por la fe cristiana propia para una dedicación a un poder servicial. Es decir, en lugar de ser, como en los tiempos, por ejemplo, de la democracia cristiana, una vocación para una política cristiana, será una vocación para llegar a ser políticos o políticas cristianos, movidos en su vocación política por la fe que da sentido a sus vidas. La vocación política de una persona cristiana será, pues, una vocación para ser cristiano o cristiana en la política secular.

La vocaci6n política de los cristianos hoy no será una vocación para que la política sirva con preferencia a los intereses de la Iglesia católica, por ejemplo, o de ningún otro grupo humano ideológico o religioso, sino para que sirva a los intereses de toda la ciudadanía, sin importar sus ideas, su fe y su religión o su falta de fe, su identidad agnóstica o atea, sino importando por encima de todo que se sirva al pueblo y especialmente a los intereses de los pobres, los hambrientos, los desernpleados, los sin techo, los migrantes, los presos, los nos y niñas de la calle, los marginados urbanos y los campesinos sin tierra, y así sucesivamente, en una palabra, a los intereses de la gente discriminada en sus oportunidades de vida. La motivación de fe de una vocación a la política entre cristianos hará que estos pongan en primer plano el bienestar y el desarrollo, la salud, la educación y el empleo para la gente pobre y desamparada, es decir, las condiciones sociales necesarias para que esa gente tenga vida, una vida digna, que es una parte fundamental de lo que llamaríamos cristianamente la “vida en abundancia" o la "gran vitalidad" que vino a traer Jesús (Jn 10,10). Eso es lo que hará de su vocación a la política una vocación cristiana: "Porque la felicidad no está en dominar tiránicamente al prójimo, ni en querer estar siempre por encima de los más débiles, ni en la riqueza, ni en la violencia para con los más necesitados: en esto no puede nadie imitar a Dios, porque todo esto es ajeno de su grandeza”.

IGLESIA VIVA: Sección ecuménica de EL CORREO, con selección de textos de cristianos comprometidos con el Evangelio, y por ello con la esperanza, la justicia y la libertad.

El texto de hoy es tomado con la autorización de su autor del libro “NO SEA ASÍ ENTRE USTEDES: ensayo sobre política y esperanza”, de Juan Hernández Pico, S.J. UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 2010.

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