Obispos señalan: Crisis del San Juan no debe desviar atención de problemas internos

* Llaman a resolver el conflicto con Costa Rica por la vía de la negociación y el diálogo
* Señalan que la ley sigue siendo “un mecanismo para legitimar abusos y hacer pasar por legal lo que es ilegal”.

Carlos Salinas Maldonado | 17/11/2010
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Mensaje íntegro de los Obispos de Nicaragua
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PDF | 75.42 KB | Bajar archivo » La Conferencia Episcopal de Nicaragua emitió este miércoles un pronunciamiento a través del cual los obispos muestran su preocupación respecto a la situación política del país, sobre la que no ven cambios, y consideran que “continúa agravándose”. Además, afirmaron que la actual tensión diplomática entre Costa Rica y Nicaragua a causa del fronterizo río San Juan, no debe desviar la atención pública de los problemas internos que sufre el país.
“Desde la publicación de nuestro mensaje de abril pasado la realidad social y política de Nicaragua lamentablemente no ha mejorado, antes bien algunas de las situaciones a las que nos referíamos continúan agravándose”, reza el documento emitido este miércoles después de una reunión celebrada en San Marcos, Carazo.
A los obispos les preocupa que la ley en Nicaragua sigue siendo “paradójicamente un mecanismo para legitimar abusos y hacer pasar por legal lo que es ilegal”. La CEN explica que en el país el derecho “parece ser cada vez más un instrumento para legalizar en modo artificioso las estructuras de poder y las ambiciones personales”, mientras que el Estado “da la impresión de ser un entramado de instituciones al servicio de intereses particulares y de grupo”.
“Toda esta situación tiene graves repercusiones para el desarrollo económico del país, la solución sostenida de los grandes problemas sociales y la gobernabilidad estable a largo plazo”, explica la Conferencia en su pronunciamiento.
El documento no hace referencia directa a la Administración del presidente Daniel Ortega, sin embargo, las arbitrariedades del jefe del Ejecutivo han sido duramente criticadas por los obispos en otras ocasiones. El presidente Ortega ha violado la Constitución y la leyes, ha usado la violencia política para acallar a sus críticos y a los partidos de oposición, se ha hecho con el control de importantes poderes del Estado como la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Supremo Electoral, además de aprovechar su influencia dentro de la Asamblea Nacional para impulsar leyes e iniciativas de interés para el Ejecutivo.
Recientemente, la Suprema falló a favor de una reforma de facto de la Constitución, que declara inaplicable el artículo 147 de la Constitución, lo que le deja las puertas abiertas a Ortega para participar como candidato en las presidenciales de 2011.
Se trata de unos comicios cuya organización preocupa a organismos de la sociedad civil, partidos políticos opositores y a la misma Iglesia, cuyos obispos han hecho un llamado al CSE para que permita las garantías mínimas que generen confianza en las elecciones, como es la observación electoral.
De hecho, sin que haya hasta ahora un acuerdo en la elección de los ya ex magistrados del Consejo, las elecciones de 2011 podrían ser organizadas por los mismos funcionarios señalados de fraguar el fraude masivo denunciado en las municipales de 2008. Ante las críticas de algunos obispos a esta institución, el ex magistrado del CSE, Roberto Rivas, con alarde de vulgaridad, reaccionó enfurecido contra los obispos, lanzando graves acusaciones contra algunos religiosos.
La Conferencia Episcopal también criticó el papel de los partidos políticos, que “no logran interpretar los anhelos de gran parte de la población y colaborar constructiva y responsablemente en la dinámica de la democracia”. Los obispos hicieron un llamado a los partidos para que “en ningún caso traten de anteponer sus propios intereses al bien común”.
Controversia con Costa Rica, resolverse vía diálogo
La CEN también aprovechó su pronunciamiento para sentar su posición sobre la actual crisis diplomática entre Nicaragua y Costa Rica alrededor de una zona fronteriza del río San Juan. La Conferencia afirma que Nicaragua tiene “la absoluta soberanía” sobre el río, y hace llamado para que la actual controversia se “resuelva en el menor tiempo posible por las vías del dialogo, los cauces diplomáticos y el respeto al derecho internacional”.
Coincidiendo con otros sectores de la sociedad, los obispos demostrar preocupación porque esta controversia “distraiga la atención del gobierno y de los ciudadanos y nos lleve a ignorar y no afrontar los graves problemas internos de la nación”, entre los que destacaron la crisis institucional “no resuelta” y “el reto de un año electoral a las puertas”.