El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 3 de septiembre de 2010

GALERIA DE PROCERES Y HEROES NACIONALES

Y en ella incluyen a Máximo Jerez, sin ser prócer y menos héroe nacional. Veamos por qué no es ni lo uno, ni lo otro

Lo que se dio el 15 de Septiembre de 1821 en Ciudad Guatemala, no fue una independencia sino una separación sin lucha de España, porque esta ya no tenía interés de seguir manteniendo como colonia las empobrecidas provincias de la Capitanía General de Guatemala.

Después vendría la firma del acta de independencia regalada, en la cual aparecen las rúbricas de nuestros distinguidos próceres y entre ellas lógicamente no aparece la de Máximo Jerez, el insigne ideólogo del partido liberal, porque nació el 11 de Junio de 1818 y por lo tanto, no es prócer de Nicaragua, primera mentira de las dos que adornan la humanidad de ese ser tan soberbio que le dio las espaldas a la Catedral Metropolitana de la ciudad de León, tal y como se puede apreciar en la estatua que aun se yergue en la plaza central de la ciudad universitaria, oteando el horizonte con su mirada petrificada hacia el oeste.

Recién pasada la independencia que nos regaló España y que los criollos locales en contubernio con los realistas usaron para su beneficio personal, provocando una serie de movimientos armados y guerras intestinas, llegó al poder con el título de Director de Estado, Fruto Chamorro Pérez, máximo dirigente del joven partido Conservador, convirtiéndose en 1854 en el primer Presidente de Nicaragua. Los celos del liberalismo no se hicieron esperar y comenzó la lucha por sacar del poder a Don Fruto y por lo tanto, al partido Conservador. Para lograr tal fin, lo que se le ocurrió al máximo líder e ideólogo único del partido liberal, el hereje Máximo Jerez, fue acudir al encuentro del mercenario filibustero, William Walter, a contratarlo para que le ayudara a ganar la revolución contra Don Fruto Chamorro, presidente legítimo de Nicaragua. Lo que sucedió después es ampliamente conocido y no fue otra cosa que la sangrienta Guerra Nacional, que le costó la vida a distinguidos y valientes patriotas nicaragüenses y centroamericanos y por lo tanto, Máximo Jerez no es héroe nacional, siendo esta la segunda mentira que adorna a este personaje, ni debe pertenecer a tan distinguida galería.

Ni Prócer de la independencia, porque solo tenía tres años cuando esta ocurrió, ni héroe nacional, porque traicionó a la patria al haber provocado la Guerra Nacional con la traída de William Walker para que peleara al lado de las tropas liberales contra el poder constituido de Don Fruto Chamorro.

Liberal tenía que ser, ya que el siguiente ídolo de ese partido es nada menos que José Santos Zelaya, quien terminó con el republicanismo en Nicaragua al derrocar al Presidente Conservador, Roberto Sacasa, con el pretexto de que se quería reelegir. La famosa revolución del 93 para lo que sirvió fue para que ese lobo disfrazado de oveja, que inventó las confiscaciones y puso en práctica el impuesto de guerra para robarse las fortunas de los conservadores, se erigiera en dictador de Nicaragua por 16 largos y sangrientos años. Esta figura máxima del liberalismo, jamás se sometió a una elección durante su larga dictadura. Subió al poder y se mantuvo en él mediante las balas y la represión, hasta que la nota firmada por Philander Chase Knox, Secretario de Estado del Presidente William H Taft, lo sacó del poder en 1909.

Los siguientes desastres de los liberales en el poder son demasiado recientes como para nombrarlos, sin embargo, hay que decir que su conocida ambición desmedida, le sigue haciendo daño a Nicaragua, esta vez en la persona de Arnoldo Alemán Lacayo, vivo retrato de sus antecesores dictadores, que han demostrado que solo dejan el poder bajo la presión internacional o bajo la metralla fraticida.

Sin embargo, es justo decir que ante un José Santos Zelaya, hubo un Manuel Coronel Matus, uno de los personajes más sobresalientes de la revolución liberal de 1893, que por la ambición enfermiza de Zelaya, no logró ayudar a Nicaragua desde la presidencia de la República; que ante los tres dinastas Somoza, Anastasio, Luís Anastasio y Anastasio, hubo un Enoc Aguado, un Ulises Terán Gurdián y un Francisco Frixione Saravia, quienes se opusieron constantemente al poder de los Somoza y solo se doblegaron ante la inevitable muerte. Y frente a un Arnoldo Alemán Lacayo, el mal liberal de turno, hay un Eduardo Montealegre Rivas, víctima de la traición constante del pactista de El Chile, que priva a Nicaragua de aprovechar la capacidad administrativa de un liberal de sangre nueva y de ideología moderna.

Jorge J Cuadra V

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