Hay un texto de Eduardo Galeano en su obra El libro de los abrazos (Siglo XXI Editores, 1989) que quiero compartir, porque parece hecho para estos tiempos que vivimos:
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte, pero la buena suerte no llueve hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen, y aunque les pique la mano izquierda o se levanten con el pie derecho o empiecen al año cambiando de escoba.
Los nadies, los ningunos, los ninguneados, corriendo la libre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
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Maria Elsa Vogl Montealegre
Managua, Nicaragua
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