El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 14 de septiembre de 2010

Sin recesión el desempleo aumenta

Sin recesión el desempleo aumenta
Por Néstor Avendaño
Director Ejecutivo de COPADES
12 de septiembre de 2010

El huracán financiero que se desató en Wall Street en septiembre de 2008, por los actos inescrupulosos de un grupo de banqueros, derivó en una tormentosa recesión económica que afectó severamente a todo el mundo a lo largo de 2009, con la peor crisis desde la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado, pero la tercera oleada de la crisis es la del desempleo, aunque técnicamente la recesión ha terminado. Estos tiempos son más difíciles que otros en todo el mundo.

Con base en mis estudios sobre el mercado laboral de Nicaragua, tomando en cuenta el desempleo abierto y las horas hombres no laboradas por la población subempleada, o sea lo que podemos denominar desempleo global, en 2009 46 mil personas ingresaron al ejército de desocupados. En mi país, de acuerdo con mis estimaciones, existen 632 mil personas que no generan ingresos en este año, y este desempleo global –tanto abierto como equivalente asociado con el subempleo- se aproxima al 28% de la población económicamente activa (PEA). Cabe agregar que por efectos de la recesión económica mundial, el subempleo salto de 30% de la PEA en 2008 a 38% de la PEA en 2009.

A pesar que mi pronóstico de crecimiento de la economía nicaragüense es de 3.8% para el año en curso, el total de los desempleados arriba mencionada volverá a reflejar un aumento de 19 mil personas, porque la PEA, que en este año es igual a 2.4 millones de personas, crece a un ritmo promedio anual de 2.3%, una tasa que es mayor que la del crecimiento de la población total del país de 1.3% y que asciende a 5.7 millones de habitantes.

Desde ahora pronostico un crecimiento económico de Nicaragua para 2011 que será menor al de mi pronóstico de 2010, y el total de desempleados referido anteriormente volverá a aumentar, al menos, en 30 mil personas el próximo año, si no se formulan ni se implementan políticas de empleo entre la empresa privada y las autoridades gubernamentales. Además, creo que este problema no es de interés fundamental para los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes sólo dictan políticas ortodoxas para aumentar las reservas internacionales y reducir el déficit fiscal, mas no intentan reducir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pago porque se encuentran maniatados por la excesiva dolarización extraoficial de la economía.

Las estadísticas laborales y de la producción me ayudan a reafirmar que si la economía crece a una tasa anual de 4% la tasa de desempleo abierto permanece constante, sin cambio alguno, y para reducir dicha tasa de desempleo en un punto porcentual la producción tendría que crecer con una tasa anual de 6%.

Cabe recordar que Nicaragua salió de la recesión económica en el primer trimestre de este año, al crecer interanualmente el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) estimado por el Banco Central de Nicaragua (BCN) en 2.6% y 7.0% en los dos primeros trimestres de 2010 respectivamente. Podemos concluir que técnicamente Nicaragua ya dejó la recesión, pero el desempleo continúa aumentando y no hay, por lo tanto, una genuina recuperación económica en nuestro país. No existen metas creíbles ni increíbles en términos de empleo y el mercado, por sí solo, no puede fijarlas, por lo que el país necesita la conducción gubernamental de políticas de empleo.

Los responsables políticos nicaragüenses deberían reaccionar frente a un escenario en el cual los consumidores cargan una pesada deuda, tanto familiar como pública, y reducen sus gastos, las empresas no invierten y no crean empleos, y los bancos han cerrado el crédito al sector privado e invierten los recursos del público no bancario en la compra de títulos valores del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) y del Banco Central de Nicaragua (BCN) para que el gobierno proteja las reservas internacionales y financie el déficit fiscal al no disponer de las donaciones del Grupo de Apoyo Presupuestario. Los responsables políticos nicaragüenses también deberían saber que mientras no haya demanda pública o privada las empresas no van a invertir y el desempleo seguirá creciendo.

Para los trabajadores, la crisis continúa porque el desempleo sigue creciendo. Desde la perspectiva de la fuerza laboral, no hay diferencia entre un crecimiento anual de 3% o de 4% de la economía nicaragüense. La discusión sobre este tema sería bizantina. ¿Por qué? No olvidemos que en 2010, el valor de la producción de bienes y servicios de Nicaragua es de 6 mil 320 millones de dólares, equivalentes al 4.5% del valor total de bienes y servicios producido en el istmo centroamericano.

Lo que sí importa a cada uno de los trabajadores, y debería importar más a los sindicatos, es si el crecimiento económico de nuestro país será suficientemente fuerte como para reducir el alto nivel de desempleo, que es el principal problema de la población desde hace veinte años, según las encuestas que realizan firmas especializadas en nuestro país.

La austeridad para reducir el déficit fiscal provocará un crecimiento económico menor, un desempleo creciente y una incertidumbre inversionista mayor, porque el sector privado hace un detente en el momento de las elecciones presidenciales. En este año las autoridades nacionales congelaron el gasto público en un nivel igual al observado en 2009 y recientemente el ministro del MHCP declaró que dicho gasto aumentará 5% en 2011, aún con elecciones nacionales que nos cuestan el 1% del PIB y, por lo tanto, es fácil deducir que observaremos un frenazo en las inversiones públicas y habrá más desempleo, aunado a la precariedad que sólo el 23% de la PEA cotiza a la seguridad social y el 75% del mercado es informal.

La demanda interna, o el consumo y la inversión tanto del sector privado como del sector público, cayó 6% en 2009 con respecto a 2008 y se estanca en 2010 con respecto a su nivel de 2009. Las empresas no podrán retener trabajadores si no se contienen las futuras presiones salariales, debido a los aumentos acumulados anuales del salario promedio de 12% en 2008, 13% en 2009 y estimo 7% en 2010, y los incrementos de los salarios mínimos legales de 36% en 2008, 11% en 2009 y 12% en 2010. Por otro lado, de acuerdo con datos del Ministerio del Trabajo (MITRAB), en julio de 2009 de un total de 571 mil jóvenes económicamente activos –que representaron el 45% de la población entre 15 y 24 años de edad del país-, 80 mil estaban desocupados y es el grupo más vulnerable a la desocupación al reflejar una tasa de desempleo abierto de 14% en ese año.

Si el crecimiento económico no genera oportunidades de empleo, no tendrá ningún significado entre los trabajadores. Es cierto que la macroeconomía nicaragüense marcha con un buen paso en la actualidad, pero se requiere de la combinación de políticas públicas que aumenten la producción exportable y la destinada al consumo interno, que alienten la inversión privada y pública, que capaciten técnicamente a la fuerza laboral –con preferencia a los jóvenes-, y que lo sectores privado y público formen un banco de datos de empleo para propiciar oportunidades a la fuerza laboral. El gobierno y la empresa privada, y por qué no los sindicatos, tienen la palabra.

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