Por: Clemente Guido
Martínez.
En el Nuevo Diario del sábado 15 de
Septiembre, el Dr. Jorge Eduardo Arellano, lanza un furioso ataque contra la
participación de los Indios Flecheros Matagalpa en la Batalla de San Jacinto y
muestra su fervorosa oposición a que sean declarados “Héroes de la Batalla de
San Jacinto” por nuestra honorable Asamblea Nacional de Nicaragua. Sin embargo, basta leer el mismo artículo del
Dr. Arellano, para darnos cuenta de sus evidentes contradicciones.
Su tesis fundamental consiste en que:
“Es
decir, la participación en la batalla de los 60 indios flecheros de Matagalpa
no está documentada. No figura en los dos partes oficiales. No ocupa un sitio
en la memoria colectiva. Ningún texto de historia la registra ni ha trascendido
a niveles cívicos. Todo ello a lo largo de más de 150 años”.
Esta
tesis es precisamente la que fue derribada por el hallazgo arqueológico de un
equipo de investigación científico, hace cuatro años atrás, y del cual existe
un libro publicado en dos ediciones (una del Instituto Nicaragüense de Cultura
INC, 2011, y otra de la Alcaldía de Managua, 2011), en el cual el Dr. Patrick
Werner y el Lic. Edgard Espinoza, arqueólogos reconocidos de nuestro ámbito
científico, nos informan del hallazgo en los predios cercanos a la Casa
Hacienda San Jacinto (300 metros de la casona), de dos individuos con rasgos
étnicos claramente identificados como indígenas, muertos violentamente por
armas de fuego y blanca. Vinculados al contexto de la batalla.
Sin
embargo, este libro que informa de los hallazgos arqueológicos, a pesar de
estar en su conocimiento, porque yo personalmente se lo obsequié, es omitido
por el Dr. Arellano en toda su exposición inamistosa de la participación de los
indios flecheros en la batalla de San Jacinto. ¿Omite voluntariamente la ciencia
arqueológica, para no restar fuerza a su tesis?
En
su artículo, el Dr. Arellano continúa su ataque a los indios flecheros
afirmando lo siguiente:
“La presencia de los
60 indios flecheros en San Jacinto, llegados el 11 de septiembre como refuerzos
y conducidos por el capitán Francisco Sacasa Méndez, no implica que hayan
participado aguerridamente en la batalla. No estaban allí por su propia
voluntad ni tenían conciencia del peligro que significaba el filibusterismo.
Solo obedecían como reclutas del legitimista “Ejército del Septentrión””.
Por lo menos, en este
párrafo, el Dr. Arellano admite que los indios flecheros existieron y
estuvieron presentes en San Jacinto. Se limita a despreciarlos, reduciéndolos a
un simple grupo de indios que no participaron “aguerridamente” en la batalla,
que no estaban “por su propia voluntad”, ni tenían “conciencia”, y que por lo
tanto solamente eran reclutas forzados. Así resume el Dr. Arellano su propia
concepción ideológica, sobre los indios flecheros Matagalpa. Es evidente que el
Dr. Arellano no puede ver en estos hombres, un contingente armado (60 de 150),
significativo para la batalla de San Jacinto, porque su concepción conservadora
se lo impide.
Para el Dr. Arellano,
los indios solamente sirvieron para utilizarlos
en “la preparación del campo para la defensa”. Dado que el Dr. Arellano insiste
en que no hay un documento que pruebe que combatieron, yo le pregunto
públicamente, en qué documento se basa para afirmar que el papel de
chapodadores de monte fue el asignado
a los indios flecheros en San Jacinto, y
no el de combatientes (recordemos que
eran 60 de 150, o sea el 40% de los hombres-fuerzas presentes en San
Jacinto para la batalla).
A continuación cito
textualmente al Dr. Arellano:
“Más aún: no existe prueba escrita de que los
indios flecheros hayan peleado. Lo que contiene el “Proyecto de Ley” acerca de
ellos es insuficiente para declararlos héroes: apenas un testimonio oral
—emitido muchos años después de la batalla— del capitán Carlos Alegría; en dicho
testimonio, Alegría se limita a consignar la llegada de los indios flecheros y
que fueron útiles, seguramente en la preparación del campo para la defensa, como
lo ordenó Estrada. Nada más”.
No existe prueba
escrita dice el Dr. Arellano, omitiendo nuevamente las pruebas de la
arqueología. El Lic. Edgar Espinoza, es precisamente uno de los arqueólogos que
descubrieron los restos de indios en San Jacinto, y es uno de los proponentes
originales de la nominación de los indios flecheros como “Héroes de San
Jacinto”, para reividindicarlos en la historia nacional, de donde han sido
excluidos por el conservatismo de historiadores como el Dr. Arellano, que
ideológicamente son incapaces de reconocer a nuestras culturas originarias como
protagonistas de la historia.
Sin embargo, siguiendo
el discurso del Dr. Arellano, sobre el mismo tema, cabe la confirmación de su
contradicción ideológica, al afirmar en su mismo artículo algo que contradice
sustancialmente su propio discurso, como lo vemos en la siguiente anotación:
“En
cambio, las bajas de los patriotas sumaron 55 entre muertos y heridos. Entre
los fallecidos sobresalía, precisamente, el capitán Sacasa Méndez, conductor
desde el norte de los indios flecheros”.
¿Cómo
fue posible que el Capitán Sacasa Méndez, muriera en combate en San Jacinto, y
su tropa asignada no participara en la misma batalla?, ¿dónde estaban
“escondidos” los indios flecheros, según el Dr. Arellano?, ¿y si las bajas de
los patriotas fue de 55 sobre 150 hombres, y restamos los 60 indios flecheros
que según él no combatieron, entonces cómo fue que Estrada enfrentó a los
filibusteros con tan solamente 90 hombres de los cuales murieron y fueron
heridos en combate 55?. ¿Es lógico
pensar con la cabeza anti flecheros del Dr. Arellano: tendríamos solamente a 35
combatientes patriotas mestizos y blancos sobreviviendo en San Jacinto,
excluyendo a los 60 flecheros? Algo no
es lógico, algo me dice que la fiebre anti flecheros llega a lo irracional y a
lo racista.
Y
para concluir su artículo el opositor Arellano, con una condescendencia
milagrosa, reconoce que podría ser que los indios flecheros “QUIZÀS” sean
incluidos en la placa de un monumento a los héroes de San Jacinto.
“La Academia está
dispuesta a colaborar en la elaboración de la placa de ese monumento en el que
quizás cabrían los anónimos y manipulados indios flecheros”.
Y
habla en nombre de la Academia. Yo soy miembro honorario de la Academia, y la
posición anti flecheros Dr. Arellano, no me representa, ni al Dr. Eddy Kuhl,
miembro de la Junta Directiva, ni al Lic. Edgar Espinoza, arqueólogo
descubridor de los indios en San Jacinto, así que no puede hablar en nombre de
todos nosotros, porque no tiene derecho.
Dadas
las pruebas de que los indios flecheros estuvieron en San Jacinto el 14 de septiembre,
admitidas por el mismo Dr. Arellano en su intento de desvirtuarlos, y que su
jefe militar Sacasa fue muerto en combate, admitido también por el oponente
Arellano, y que la arqueología nos ha dado evidencias físicas irrefutables de
victimas violentas (por armas de fuego y blancas) de al menos –por el momento-
dos individuos indígenas, en la Casa Hacienda San Jacinto, exhorto y animo a la
Honorable Asamblea Nacional de Nicaragua, a no desistir de su voluntad justa de
devolver dignidad y lugar en la historia a los indios flecheros Matagalpa.
¡Honor
y gloria a todos los héroes de la batalla de San Jacinto!.
¡Viva
el General José Dolores Estrada!.
¡Viva
el Capitán Sacasa, jefe de los indios flecheros!.
¡Viva los
indios flecheros Matagalpa!
Don Clemente, he leído y releído el artículo sobre los indios flecheros del doctor Arellano y no logro ver el furioso ataque que menciona inicialmente. También me parece que el doctor ha expuesto pudorosamente lo que, aunque le disguste, es así. Nadie niega la existencia de los indios flecheros, lo que está en discusión es su calidad de héroes nacionales. Sin embargo, lo positivo de su escrito es que usted busca acicatar una discusión (lo digo por el tono que se lee entrelíneas) que a la larga sólo deja ganancias, pues de toda la polémica nos quedará a nosotros, los lectores, más conocimiento. Debería publicar (y resumir quizá) su artículo para El Nuevo Diario.
ResponderEliminarSaludos