La Autonomía Municipal desaparecerá el próximo cuatro de noviembre cuando se celebren las elecciones municipales en Nicaragua, pues se consolidará el nuevo régimen municipal impuesto por el caudillo sandinista Daniel Ortega, que convertirá a las alcaldías en “piezas de un proyecto global”, despojándolas de su autonomía, concordaron expertos en el tema en un foro auspiciado por el Movimiento por Nicaragua (MpN).
Este nuevo proyecto político se gestó gracias a la aplanadora bancada Orteguista en el parlamento, que aprobó la reforma a la Ley de Municipios en marzo pasado que triplica el número de concejales, mandata que los cargos los ocupen 50% mujeres y 50% hombres y le atribuye a la figura de vice alcalde nuevas funciones.
Todas estas disposiciones dictadas desde El Carmen, someterán a las alcaldías al plan de desarrollo nacional ejecutado por el gobierno de Ortega, debilitando la autonomía e institucionalidad de las alcaldías y así empoderar a los CPC, planteó el sociólogo Manuel Ortega Hegg, ex director del Centro de Análisis Socio Cultural (CASC) de la Universidad Centroamericana (UCA) en su ponencia.
Según Ortega Hegg, la autonomía de las alcaldías está íntimamente vinculada a la descentralización del poder central, entiéndase al gobierno. Pero con las reformas a la Ley de Municipios las alcaldías dependerán del gobierno central, apartando sus propios planes, lo que contradice el espíritu del artículo 177 de la Constitución Política, el cual establece que “Los municipios gozan de autonomía política administrativa y financiera”.
Cuestionamientos puntuales
Equidad de género: Para Ortega Hegg que se exija 50% mujeres y 50% varones en las alcaldías resulta provechoso porque hay oportunidades para las mujeres en la esfera pública, pero dota de enorme potestad a los partidos políticos de fortalecer los dedazos cuando se presentan las listas de los candidatos. “Es Injerencismo de la elite política de los partidos. Meten la mano y violan el principio autonomía municipal político de que las personas de los municipios escojan a quienes ellos crean conveniente”, afirmó el sociólogo.
Nuevas funciones del vice alcalde: Las reformas transfieren “competencias indelegables del alcalde al vice alcalde como los servicios municipales, la representación del municipio entre otros, cuya única finalidad es debilitar la figura del alcalde”. A renglón seguido, con esta disposición pretenden, según Ortega Hegg, restar proyección personal a los alcaldes y así evitar liderazgos como los de Herty Lewites y Arnoldo Alemán que primero fueron alcaldes y luego candidatos presidenciales. “Por eso en las nuevas boletas no aparecen las fotos de los candidatos. No se pueden promocionar, sólo la pareja presidencial puede tener protagonismo”, agrega.
Consejos municipales ampliados: Tanto como Ortega Hegg como Silvio Prado, experto también en municipalismo, la propuesta de triplicar los concejales es inviable. Ambos sostienen que esto encarece el funcionamiento del gasto corriente de las alcaldías, lo que significa menos recursos para invertir en el municipio. “Si un concejal es de muy lejos, la alcaldía debe de pagarle un lugar para dormir. Si tiene un cargo necesita recursos para ejercerlo. También cuenta el espacio físico de las alcaldías”, graficó el sociólogo.
Los cabildos: Ahora los cabildos municipales serán cinco obligatorios al año. Según la experiencia de Ortega Hegg en otros países como República Dominicana, este sistema no funciona porque la gente se cansa de estar asistiendo a las alcaldías para aplicar a un proyecto. “A veces son muy pequeños los proyectos y la gente compara los esfuerzos de estar yendo a aplicar. Es decir es un sistema ineficiente probado. Vacunas a la gente contra cabildos y al final sólo participan los militantes del partido y toman que no benefician a todos los ciudadanos”, afirmó.
“Al sumar todos estos factores debilitas el poder local y fortaleces a los CPC”, dijo Ortega Hegg.
Cultura de las elites políticas
Esta realidad que se inaugurará en noviembre próximo echa a perder los esfuerzos de más de 25 años por restablecer la autonomía de los municipios en el país, que iniciaron luego de la transición de la dictadura somocista a la democracia. “Somoza eliminó la autonomía municipal y creó lo que se conocía como Juntas Locales, cuyos representantes eran nombrados por el mismo”, dijo Ortega Hegg.
Esta aversión a la autonomía municipal es resultado de la cultura de las élites políticas criollas, que se “resignan a aceptar la autonomía porque propicia espacios ciudadanos que los caudillos no pueden controlar”, aseveró Ortega Hegg, quien añadió que detrás de la disposición Orteguista hay una lógica oculta manifestada por “sus ideólogos”: institucionalizar el proyecto político para mantener el poder en cualquier circunstancia, aunque el orteguismo no esté en el poder.
Sociedad Civil, la impulsora
Silvio Prado aseguró que es la Sociedad Civil la responsable de impulsar la autonomía municipal desde hace 25 años en Nicaragua. Según él, ningún gobierno ni partido político se ha interesado por promoverla. “Es responsabilidad de la ciudadanía defender la autonomía municipal”, acotó Prado en el foro que llevó por nombre “Autonomía Municipal, R.I.P”.
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