“Los
gobiernos solo se cambian con balas o con votos,” nos dijo don Daniel desde su
tarima crepuscular. Lo dice por conocimiento de causa porque él participó en la
guerra que derrocó a la dictadura de los Somoza y lo dice con ventaja porque él
tiene controlado el aparato electoral encargado de manejar los votos de los
nicaragüenses. Nos dice a los nicaragüenses que por la vía del voto jamás lo
vamos a vencer y nos reta a que apelemos a las balas, tamaña irresponsabilidad
y descarada alusión a la supuesta cobardía de los nicaragüenses. No me
derrotan, nos dice el Comandante, porque yo tengo las llaves de las urnas
electorales para preñarlas y porque ustedes no tienen las agallas para tomar
las armas.
Que
no se equivoque el presidente inconstitucional, para algunos medios de
comunicación palabra extemporánea pero siempre cierta, porque podemos hacer
ganzúas y podemos sacar a flote la valentía que el pueblo nicaragüense siempre
ha tenido en su espíritu. Que recuerde que él era un oscuro y anónimo estudiante
frustrado que decidió incursionar en la política armada contra la dictadura
somocista, uno de los que se le consideraban locos por lo que lo hacían.
Tampoco debe olvidar que él comparado con Pedro J Chamorro C era, es y será un
enano en cuanto a valentía se refiere.
Lo
dijo Fidel Castro en su discurso en el primer aniversario de la revolución:
“Los pueblos son como volcanes, que hoy están quietos y mañana amanecen en
erupción.”
El
volcán San Cristóbal, tradicionalmente dormido, está eructando humo y lava,
presagios de una posible erupción y el pueblo nicaragüense está acumulando
presión, que puede terminar en un estallido social.
Nosotros
los nicaragüenses somos como volcanes y eso lo sabe muy bien el señor
presidente inconstitucional de Nicaragua.
“Daniel
tiene que ser el candidato para las elecciones de 2016 y tiene que ganarlas.” “Si
el Comandante Daniel dice que va a hacer un camino, esa es Ley. ¡No podemos quedar mal ahí! Si el
Comandante Daniel dice (….) ¡Eso es Ley!” nos dice doña Rosario, la enjoyada
presidenta no electa de Nicaragua que ya comprendió que nunca será presidente
de Nicaragua, sino consorte con poder.
Así
como el pez muere por su boca, Daniel y Rosario dan a conocer sus planes
perversos por las suyas, como el de proclamar sus pretensiones de convertir en
presidente vitalicio al Comandante Daniel, otra semejanza con el Predestinado,
que aunque no salga en la galería de los presidentes de Nicaragua, lo fue
vitalicio gracias a unas elecciones que en nada se diferencian de las que
“eligen” al comandante Ortega actualmente.
Ese
es otro reto de la pareja presidencial a la dignidad de los nicaragüenses
porque nos dicen que no somos capaces de evitar que el sueño de William Walker
se cumpla en Daniel Ortega.
Don
Daniel y doña Rosario se atreven a lanzar esos retos porque cuentan con una
oposición pasiva, desunida, que se vende por una concejalía y que en lugar de
atacar, acata y colabora. ¿Con esa oposición pletórica de lenidad, que otra
cosa puede pensar la dictadura conyugal? Si existiera la oposición de Enrique Lacayo
Farfán, de Rivas Gómez, de Napoleón Ubilla Baca, del Dr. Ulises Terán, de Pedro
Joaquín Chamorro C, todos muertos gloriosamente en nombre de Nicaragua, quizás
don Daniel y doña Rosario se abstuvieran de pronunciar esos exabruptos
irrespetuosos contra el pueblo nicaragüense. Pero ellos saben el terreno
pantanoso que pisan y dicen eso y dirán más porque los opositores muertos no
salen y los vivos callan y colaboran.
¿Daniel
Ortega presidente vitalicio de Nicaragua? Solo que los nicaragüenses se lo
permitamos.
Jorge
J Cuadra V
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