Unico, porque contamos con Rubén Darío, el príncipe de las letras castellanas, genio de la literatura universal, fundador del modernismo y con un cerebro que aparece cada mil años y vino a aparecer en un diminuto y recóndito pueblito llamado Chocoyos, después Metapa y por último, Ciudad Darío, demostrando un total desconocimiento del personaje que cayó en esta tierra de contradicciones, puesto que por lo menos Managua, si no es la República, la que debería llevar el nombre de Rubén Darío.
Unico, porque, salvo que la famosa revista, National Geographic, haya encontrado otro, Nicaragua posee el único lago de agua dulce con toda la fauna propia de los océanos.
Nicaragua, a pesar de su pequeñez y poca importancia, acogió en su suelo a hombres tan importantes y famosos como, Giuseppe Garibaldi, héroe de dos mundos y unificador de Italia; Alexander Von Humboldt, que en su viaje desde América del Sur hacia Acapulco, México, exploró la costa del Pacífico de Nicaragua alrededor de 1803 y admiró la grandeza del Volcán Cosiguina con una altitud superior a los cuatro mil metros, cuya cumbre presentaba una blancura que indicaba la existencia de nieve perpetua, dato no comprobado que se fue pasando de boca en boca a través de los años, hasta el fatídico 15 de Enero de 1835 que se encargó de borrar todo vestigio de la grandeza pasada, con la erupción gigantesca que oscureció los cielos y estremeció la tierra.
Se podría mencionar más casos de este tipo que hacen de Nicaragua un país único, pero no es ese el caso, puesto que la intención principal de este escrito es demostrar que Nicaragua es un país complicado.
Lógicamente solo me voy a referir a los momentos actuales, ya que si me meto con el pasado nunca terminaría.
Hay fiesta en el seno del PLI y también la hay en el de UNE. En el primero porque les favoreció el fallo emitido por el CSE, el cual designo a, Indalecio Aniceto Rodríguez Alaniz, presidente y representante legal del partido en cuestión, terminando de esa forma el conflicto por los cuatro presidentes que hasta ayer existían.
La fiesta en UNE, es porque ahora esta agrupación política cuenta con una casilla segura y confiable, la número 13. Este sorpresivo fallo lo que nos indica es una jugada digna de Bobby Fisher en el ajedrez de la política nicaragüense, de parte de los estrategas del partido de gobierno.
¿Pero de quien viene ese fallo que tanto el PLI como UNE aceptan alegremente? Del mismo CSE que ambas agrupaciones consideran ilegal y nulo ya que está compuesto por magistrados de facto. ¿Entonces en que quedamos, el fallo es legal o ilegal? La razón nos dice que ilegal, puesto que proviene de un CSE ilegal, pero en aras del bien de Nicaragua, se tiene que aceptar como legal, convirtiéndolo en un hecho consumado.
¿Qué dicen Don Indalecio Aniceto y Don Fabio acerca de esto? Callan porque si no, no hay candidatura.
¿Quién objeta a estas alturas la reelección ilegal, porque la Constitución así lo mandata, del Presidente Ortega? El silencio, nacional e internacional, se encarga de contestar esa pregunta y como el que calla otorga, ya es un caso consumado.
Nicaragua es complicada porque aquí se fusiona lo que no se debe aceptar, con lo que se debe hacer por razones ajenas a la justicia y el resultado de esa complicación es la inevitable desaparición de la legalidad, de la constitucionalidad, de la transparencia administrativa, del derecho. Irremediablemente vamos retrocediendo al tiempo de las monarquías con sus reyes absolutistas, del feudalismo con sus señores feudales con derecho de pernada, de los imperios con sus dioses vivientes a quienes no se les podía ver a la cara, hasta llegar al tiempo de las cavernas en donde se imponía el más salvaje y fuerte.
¿Pero que haríamos nosotros ante estas situaciones si estuviéramos en los zapatos de Indalecio y de Fabio? Lo mismo que hacen ellos porque nuestro país es complicado: Aceptar lo inaceptable. Nicaragua sabrá comprender porque es la única salida viable para poder dar la lucha en los comicios presidenciables que se avecinan.
No es fácil ser dirigente opositor en estos tiempos, es mucho más difícil que hace sesenta años, no solo porque los tiempos han cambiado, sino sobre todo porque la mecánica de hacer política es completamente diferente. Antes eran las armas las que reprimían, ahora es la ley y la prebenda las que se encargan de hacerlo y aunque parezca mentira, es más difícil luchar contra un sistema en donde la ley y el derecho son dirigidos y controlados de acuerdo a los intereses de quienes mandan, que contra el Galil y el Kalashnikova 47.
Jorge J Cuadra V
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