EL LIBRO DE LAS PALABRAS
EVANGELIZADAS
Como el reino, animal, así el reino de las palabras.
Libros hay de política y de blasfemias, que si queréis mancharos los ojos, leyendo, oís, cómo pasan haciendo ruido, con su andar pesado, los paquidermos; y veis una lavada suciedad de sapos y una peluda complicación de arañas.
La Ilíada es el libro de las palabras aladas. Vuela de cielo en cielo por el éter luminoso, el águila de Zeus. y el búho que tiene ojos para ver la noche, vuela, porque así lo quiere Athena de ojos claros. Y en torno de Afrodita, revolotean las tórtolas y las palomas. Y vuelan sobre las naves negras y sobre las naves rojas, los cuervos y las otras aves de rapiña, en horrible espera del florecimiento de los cadáveres.
Después, Jammes, Guerin, Rodenbach tienen en sus libros, palabras aladas, de una alado gótico, como la flecha de Santa Gertrudis en Lo- vaina. Mariposas que llevan en sus alas los mosaicos de San Marcos el de las piedras preciosas. Libélulas diáfanas que nos hacen pensar en las encajeras de Mechelen.
En el libro de la Buena Noticia de Nuestro Señor Jesucristo, y por sólo este nombre, en mi libro, palomas en bandada y golondrinas que vuelven a colgar sus nidos junto al balcón. Ysaben y suben y suben, por los cielos azulosos, infinitos y profundos de que hablaba Silva, nuestras dulces hermanitas las alondras.
En el libro de la Buena Noticia, las palabras se desvisten y así desnudas, por la gracia de Aquel que para enseñar abría sus labios, adquieren la claridad de los espejos y la nostalgia de los perfumes.
Para escribir este libro he procurado acercarme a Nuestro Señor Jesucristo, Archiduque de los Espejos y Príncipe de los Perfumes; tocar la orla de su vestidura, para que se me pase la Inocencia de la luz que juega y juega y la Santidad extática del Buen olor. De manera que, leyendo, asistamos al baile de los siete velos y quede toda la casa llena, de buen olor de ungüento.
A. H. P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario