Luis Rocha
Un profesor de derecho –me dicen que de la UCN- me envió un correo electrónico recriminándome por mi artículo “Carta a los alumnos del oportunismo”, publicado en “El Nuevo Diario” del lunes 14 de febrero. El artículo trata sobre la manipulación partidaria de los “estudios” en colegios, a cambio de calificaciones u aprobados que les permitan a los alumnos ingresar a universidades, y la traición a la patria que para mí significa esa canallada. El profesor me llama visceral y aprovecha la ocasión para establecer a su modo las diferencias estéticas entre mis responsabilidades como el creador literario que me reconoce ser, y mis, para él, veleidades políticas. No quiero prolongar una vana discusión sobre el tema, teniendo en la memoria la frase lapidaria del poeta español José María Valverde, cuando por la persecución que el dictador Francisco Franco ejercía contra otros catedráticos en Madrid, renunció a su Cátedra de Estética en la Universidad de Barcelona, escribiendo simplemente en el pizarrón de su aula: “Sin ética, no hay estética”.
Regalar títulos escolares, de bachiller o universitarios a cambio de votos y proselitismo político, no tiene nada de ético. Es simple y llanamente inmoral. El profesor, por su calidad de profesor de derecho, tiene mayor responsabilidad ante la historia por no inclinarse a favor del derecho y la razón, sino a favor de la pornografía del partido gobernante, ya que en éste caso pornografía equivale a la obscenidad política reinante, bañada de “socialismo, cristianismo y solidaridad”. Para concluir le digo al profesor que la ética, que brilla por su ausencia en el actual gobierno, no es de neo derecha. El caso de José María Valverde lo demuestra. Sí es verdad que soy visceral. No odio a nadie visceralmente, pero cuando algún “profesor” prefiere los lineamientos partidarios para reclutar adeptos a cambio de calificaciones y títulos, impidiendo así que en el país predominen la razón, la honestidad, el estudio verdadero y la libre expresión, no tengo más salida que amar visceralmente a mi Patria, y escribir como escribo.
“Extremadura”, Masatepe, 17 de febrero de 2011. (“Me quema la palabra”).
No hay comentarios:
Publicar un comentario