ACTO DE PRESENTACIÓN DE SU CANDIDATURA A LA VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
Managua, 22 de Febrero de 2011
Antes que todo quiero agradecer a Fabio Gadea Mantilla su confianza personal y política, al invitarme a que sea su candidato a la Vicepresidencia de la República.
También deseo agradecer a los integrantes del Consejo Político de la UNIDAD NICARAGÜENSE POR LA ESPERANZA (UNE), que unánimemente respaldaron la decisión de Fabio.
El punto en que estamos, de gestación de la más amplia unidad opositora frente a las pretensiones autoritarias y continuistas de Daniel Ortega, no sería posible sin el desprendimiento, y la actitud patriótica de Eduardo Montealegre, al haber renunciado a su candidatura. Gracias Eduardo.
A partir de la decisión de Eduardo, la dinámica de la discusión opositora a Ortega se salió del espacio estrictamente liberal, y se trasladó al espacio político de toda la sociedad nicaragüense: ya no se trata de estar con un sector liberal, o con otro sector liberal; ya no se trata de izquierda o derecha; tampoco se trata de sandinismo o antisandinismo. Se trata de estar con Ortega, o estar contra Ortega. A un lado la corrupción, el autoritarismo, el continuismo. Al otro lado la honestidad, la democracia, el cambio. Ya solamente quedan dos tigres en la colina, Ortega y Fabio Gadea Mantilla, y en esa colina solamente alcanza un tigre, y ese tigre será Fabio Gadea Mantilla, por decisión de los votos del pueblo el próximo 6 de noviembre.
Digámoslo claro: la candidatura de Ortega es absolutamente ilegal e ilegítima. Si el Consejo Supremo Electoral (CSE) inscribe esa candidatura lo haría en abierta violación a la Constitución Política que expresamente establece una doble prohibición: ni hay reelección sucesiva en Nicaragua, ni puede ser candidato quién hubiera ejercido la Presidencia en dos ocasiones.
Jamás aceptaremos la legalidad de la candidatura de Ortega. Mucho menos su legitimidad, que solamente la dan la ley y los votos. Ortega, como sabe que es minoría, no acepta la observación electoral internacional y nacional. Como se dice en el lenguaje del béisbol, vamos a esa elección “bajo protesta”. Lo hacemos porque queremos dar al pueblo la opción civilizada de aplastar a Ortega con votos. Estamos convencidos que sacaremos a Ortega una ventaja tan grande, que no habrá fraude posible, por más que lo intenten. Lo hacemos también porque somos respetuosos de los plazos y períodos constitucionales, y que haya elecciones el próximo mes de noviembre es un mandato constitucional.
Podrán no estar los ojos de la observación internacional, pero Ortega no podrá impedir los ojos, la voluntad y la decisión de los nicaragüenses. De eso puede estar seguro Ortega. Y sobre todo deben estar seguras, desde ahora, las Fuerzas Armadas y de Policía, que estoy convencido a la hora del balance de los votos, no dejarán que sean las balas las que decidan qué es lo que los nicaragüenses queremos o no queremos. Estoy seguro que nuestras fuerzas armadas y de policía no quieren verse en el horroroso espejo de algunos países del norte de África.
Fabio es liberal. No es la primera vez que respaldo una candidatura liberal.
Quisiera recordar que en las elecciones municipales del 2008 en el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), sin pedir nada a cambio, sin negociar nada, decidimos respaldar a los candidatos que podían derrotar al Orteguismo, que en casi el 99% eran liberales.
Y se recordará que personalmente recorrí gran parte del país respaldando candidatos liberales, como lo saben en Chinandega, en León, en Diriamba, en Masaya, en Jinotepe, en Juigalpa, en Estelí, en La Trinidad, en Nindirí, en el Ocotal -ese Ocotal de las nostalgias de Fabio y mías- y desde luego en Managua, para mencionar solamente algunos lugares. Y no pregunté si eran candidatos liberales del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), o liberales del Movimiento Vamos con Eduardo (MVE). Sencillamente respaldé a quienes podían derrotar al Orteguismo. Nada podrá empañar mi trayectoria democrática.
Cuando Fabio me invitó a que fuese su candidato a Vicepresidente, le dije que aceptaba con convicción y decisión.
Convicción en que Fabio une a la oposición.
Convicción en que vamos a ganar.
Convicción en que Fabio como Presidente hará realidad lo que prometió hace dos días en Nueva Guinea: que otra Nicaragua -justa, democrática, próspera, respetada, sin corrupción, con acceso universal a la educación y la salud, con empleo y buenos empleos para todos- es deseable, y es posible.
Convicción en que Fabio tiene toda la razón cuando dice que una de las más grandes diferencias entre él y Ortega, es que Ortega quiere que siga habiendo pobres, para continuar hablando en nombre de los pobres, y poner inmensos rótulos en nombre de los pobres, y Fabio, en cambio, ¡quiere que no haya pobres!
He mencionado la convicción, con la cual acepté la invitación de Fabio.
Ahora quiero decir de mi decisión: ¡todo mi esfuerzo, toda mi capacidad, toda mi ilusión, toda mi lealtad con Fabio y la UNE, para que esa Nicaragua diferente, deseable y posible que Fabio sueña, se haga realidad!
Quiero terminar con un doble agradecimiento.
Primero, a mis compañeras y compañeros del Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Estoy seguro comprenderán mi decisión, que he presentado al Presidente del MRS, Enrique Sáenz, para que la traslade a la Comisión Ejecutiva, de ser relevado de mi responsabilidad como Coordinador Político del MRS. A partir de ahora soy únicamente candidato a la Vicepresidencia por la UNIDAD NICARAGÜENSE POR LA ESPERANZA (UNE), para respaldar a Fabio, repito, con convicción, con decisión, con ilusión y con seguridad en el triunfo.
Segundo, a mis hijas e hijos. Y sobre todo a mi esposa Claudia Lucía Cayetana, sin cuyo respaldo no hubiera aceptado la invitación de Fabio. Claudia no vaciló ¡Qué otra cosa se podía haber esperado de una hija de Pedro Joaquín Chamorro y Violeta Barrios de Chamorro!
Muchas gracias.
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