El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 20 de febrero de 2011

SALUTACIÓN

Por Azarías H. Pallais

A MIS QUERIDOS HERMANOS QUE
EST
ÁN EN LA CÁ
RCEL

¡Que la Gracia de N. S. Jesucristo sea siempre con vosotros! Amén.

El pecado, es la única grande y verdadera cárcel.

La Gracia de Jesucristo es la única grande y verdadera libertad.

Los que están en pecado, aún cuando vivan en un palacio tienen su conciencia como la peor de las cárceles; y los que esn en la Gracia de Cristo, aún cuando vivan en una cárcel, tienen su conciencia como el mejor de los palacios.

No tengamos, pues, miedo de las cárceles, de los hombres injustos, puesto que se equivocan la mayor parte del tiempo y encarcelan a muchos que Dios tiene en la libertad de sus hijos; tengamos, sí, miedo de la cárcel de Dios Justo, puesto que no se equivoca nunca y tiene en sus cárceles a muchos que andan libres y son honrados y estimados entre los hombres. Porque hay dos vidas, ésta mentirosa donde todas las cosas son vistas «como al través de un espejo»; y aquella, verdadera donde todas las cosas son vistas «cara a cara».

Nuestro Divino Señor y Maestro, por amor a los hombres quiso ser preso entre los presos. Se hizo hombre y esto es una cárcel oscura. ¡Ser hombre! Se hizo pobre y esto es una cárcel más oscura todavía. ¡Ser pobre! Murió como morían los esclavos en una cruz y esto es una cárcel oscurísima. ¡Ser esclavo!

Así el Señor' de la Libertad nos libertó del pecado que es una cárcel espantosa y de la muerte que es una cárcel más espantosa todavía, y del infierno que es una cárcel espantosísima, superlativa, plenaria.

Dios es la luz de nuestra lámpara; sin Él comienza la cárcel porque somos lámparas apagadas. DIOS es el perfume de nuestra rosa; sin Él comienza la cárcel, porque somos rosas marchitas.

¡Que la Gracia de N. S. J. C. sea siempre con vosotros! Amén. Yo os saludo, como saludaba a los cristianos, aquel Pablo que estuvo muchas veces preso por la predicación de la Buena Noticia: «in carceribus abundantius».

Nota:

Artículo para nuestra sección dominical IGLESIA VIVA. Tomado de "El Libro de las Palabras Evangelizadas", del poeta y sacerdote Azarías.H.Pallais

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