En un relato cargado de anécdotas e imágenes cómicas —“la risa es la medicina nacional en Cuba”—, la periodista y bloguera cubana Yoani Sánchez ha desgranado los objetivos de la gira que está realizando por distintos países —“mi vuelta al mundo en 80 días particular”— y el pasado, presente y, sobre todo, el futuro de la isla, en la que se propone fundar un medio digital.
Sánchez fue galardonada con el premio Ortega y Gasset de periodismo digital en 2008. Las restricciones para salir de su país no le permitieron viajar entonces a Madrid para recibir el galardón. Este viernes, en una escala más en su "recorrido de desagravios" para cumplir con sus compromisos pendientes, se reunirá con el jurado de los premios, del cual forma parte en esta edición. Antes, ha mantenido un encuentro en la sede del diario EL PAÍS con los suscriptores del periódico y los alumnos de la Escuela de Periodismo UAM/EL PAÍS.
La autora del blog Generación Y ha asegurado estar disfrutando al máximo de un viaje que le ha “cambiado la vida” en el que quiere dar a conocer la realidad de su país, aprender todo lo que pueda de periodismo y “dar todos los abrazos” que no ha podido dar antes.
Respecto al futuro de Cuba y una hipotética transición, Sánchez no ve posible una primavera cubana al estilo de las revoluciones ocurridas en el norte de África, con la gente lanzándose a la calle. “Hay mucho miedo”. Ha explicado que hace tiempo que se dio cuenta de que no habrá “un día” en el que se produzca el cambio. “No tendremos un nuevo uno de enero. Solamente que llegará el momento en que miremos hacia atrás y veamos que el sistema se ha ido cayendo por el camino.”
Cuando llegue el momento, Sánchez quiere contarlo, pero no solo a través de su blog o de las redes sociales —“soy una fanática deTwitter”—, sino en su propio medio. La periodista —“no de carrera [es filóloga], sino a la carrera”— quiere crear un medio digital dentro de la legalidad cuando regres a La Habana. “Estamos explorando los límites”. Aprovechándose “de las reformas raulistas”, espera que sus licencias de mecanógrafa y reparadora de ordenadores le permitan lanzar su proyecto. “Estaré mecanografiando, aunque serán mis propios textos”.
A sus 38 años, cree que los pequeños cambios aperturistas que está llevando a cabo el presidente, Raúl Castro, van en la dirección correcta, aunque sean lentos y de poco calado. Pero entiende que, a la larga, provocarán el derrumbe del castrismo. “Es como una granada a la que le hayan quitado la espoleta”, ha ilustrado, al tiempo que aseguraba que nunca antes había visto tantos fenómenos críticos en la sociedad cubana.
La bloguera ha asegurado que aspira que ese proyecto cristalice y pueda jugar un papel en una futura transición cubana, que está convencida que llegará. “Entonces hará falta una prensa moderna, pero sobre todo responsable y constructiva, que sepa mirar al futuro sin olvidar el pasado”. Un pasado con el que Sánchez ha sido y es muy crítica. “No acepto que el precio por la educación y la sanidad sea la sumisión”. Cree que el costo de los logros del castrismo ha sido pagado muy alto en libertades. El objetivo, ha dicho, tiene que ser “mantenerlos sin renunciar a las libertades”.
No acepto que el precio por la educación y la sanidad sea la sumisión
Yoani Sánchez, bloguera cubana
Mientras espera ese día, pretende que su medio independiente escriba mucho de tecnología —su gran pasión y “uno de los ingredientes” que puede provocar el cambio— y de cultura. Pero en ningún caso quiere convertirse en “un anti-Granma”. “ElGranma [el periódico oficial cubano] es el antiperiodismo, así que no quiero hacer algo que sea el anti del anti”.
Mientras apura los días de su viaje, que le ha llevado a lugares como Suiza, México o Estados Unidos, Sánchez se muestra convencida de que la comunidad internacional ha cometido errores en sus políticas sobre Cuba. Critica el embargo al que Washington somete a la isla —“y lo dije en el mismo Senado estadounidense”— porque cree que, además de afectar al pueblo, alimenta el victimismo del régimen de los hermanos Castro y lo robustece. “Sin confrontación se les cae el discurso a pedazos”.
Ante la perspectiva de su regreso a la isla, ha asegurado que no tiene miedo. “Creo que la visibilidad de este viaje me dará protección”. Está segura, sin embargo, de que le espera un mayor acoso mediático y ataques de tipo personal. “Se recrudecerá el linchamiento y los insultos. Me volverán a llamar anticubana, agente de la CIA…”. Sin embargo, ha advertido de que eso no le echará atrás. “Yo no me paro, que me paren ellos”.
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