Svetlana
Yástrebova, S&T
Investigadores
del Centro de Investigación Científica de Salud Mental de la sección siberiana
de la Academia de Ciencias de Rusia han demostrado la relación entre la
presencia en el genotipo humano de la variedad del gen receptor de la
serotonina y los trastornos depresivos. Estos resultados pueden ser útiles en
la medicina práctica, permitirán personalizar de forma más precisa las
medicinas contra la depresión.
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Gracias a
este hallazgo científico se podrán personalizar los tratamientos
farmacológicos. Fuente: Alamy / Legion Media
La
serotonina, o mejor dicho su carencia, juega un papel principal en la aparición
y evolución de la depresión. Es una sustancia que actúa como modulador en los
sistemas nervioso y endocrino, es decir, es un componente que influye
simultáneamente sobre una gran cantidad de circuitos y procesos nerviosos. En
concreto lo que se ha demostrado es que la falta de serotonina puede provocar
un descenso en el estado de ánimo, en la actividad motriz y en la motivación,
debido al descenso de la producción de hormonas de las dos glándulas
neuroendocrinas: el hipotálamo y la hipófisis.
Los
científicos del laboratorio de genética molecular y bioquímica, cuya directora
es la profesora y doctora en medicina Svetlana Ivánova, del Centro de
Investigación Científica de Salud Mental de la Academia de Ciencias de Rusia,
se propusieron descubrir qué moléculas, de las que se activan en el sistema
nervioso en la recepción y asimilación de la serotonina, influyen también en la
presencia o ausencia de la depresión en el ser humano.
La
transmisión de la serotonina entre neuronas es regulada por 17 moléculas que
teóricamente son capaces de influir sobre el comportamiento humano que controla
esta sustancia.
En el
laboratorio examinaron gran cantidad de genes receptores de la serotonina y
transportadores de este modulador, así como otros factores neurohumorales
(factores neurotróficos del cerebro, neuroesteroides), que están relacionados
con la neuroplasticidad y se encuentran en interrelación con los sistemas
neuromediadores del cerebro.
Los
científicos demostraron el papel de estas sustancias en la aparición y
desarrollo de los síntomas de la depresión. La presente investigación centró
toda la atención sobre el gen de uno de los tipos de receptores de la
serotonina, el 5-HT2C.
Se eligió
este gen porque la variedad de receptores que codifica está presente en las
células, mediante la regulación de la liberación de hormonas del hipotálamo y
la hipófisis (partes del sistema endocrino, regiones del cerebro) que, a su
vez, definen el estado emocional del ser humano.
El gen
5-HT2C tiene dos variedades (dos alelos): C y G. El resultado de las dos
variedades se diferencia por su capacidad de ligarse a la serotonina. La
proteína codificada por el alelo C se une a las moléculas del modulador con la
mitad de fuerza que la variedad de la molécula obtenida del alelo G. El ser
humano, al igual que otros seres vivos, tiene en todas las células de su
organismo, a excepción de las células sexuales, dos series de cromosomas, y por
lo tanto de genes.
De esta
forma ante una misma concentración de serotonina, un individuo con el genotipo
GG del gen 5-HT2C, necesitará para el funcionamiento del sistema neuromodulador
la mitad de la concentración de serotonina que una persona con el genotipo
CC.
¿Significa
esto que las personas que posean un genotipo CC tienen más probabilidades de
desarrollar una depresión? Los resultados de las investigaciones del
laboratorio de Svetlana Ivánova responden afirmativamente a esta pregunta.
Entre los pacientes depresivos aparecieron con mayor frecuencia la
variedad C del gen receptor de la serotonina y el genotipo CC.
A pesar de
que la investigación estaba pensada inicialmente como un trabajo teórico, la
aplicación práctica de sus resultados parece posible, e incluso
necesaria.
"Nuestras
posteriores investigaciones sobre los factores biológico-moleculares y
neurohumorales de los desórdenes psíquicos permitirán establecer 'grupos de
riesgo' para la observación de estos pacientes desde las etapas iniciales de la
enfermedad y prevenir una evolución negativa", señala Svetlana
Ivánova.
"Esto
abre una nueva tendencia de acción terapéutica mediante fármacos específicos de
acuerdo con el fenotipo del paciente, lo que permitirá reducir el riesgo de los
efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos y actuar de forma específica
a la hora de organizar un tratamiento médico y de rehabilitación".
En otras
palabras, el conocimiento de los genes que actúan sobre el sistema de la
serotonina que posee una persona, permitirá elegir medicamentos de manera
individualizada y, por lo tanto, más efectiva.
Publicado originalmente en ruso en S&T.
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