El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 2 de abril de 2013

Soledades


Por Juan Gelman

Siempre me ha llamado la atención la capacidad argentina de crear soledades. Monumentales, como cuando se prohibió al peronismo participar en varias elecciones presidenciales. O individuales, hoy en torno de Horacio Verbitsky porque insiste en la verdad de los costados oscuros del papa Francisco cuando todo el mundo, empezando por la señora Presidenta, se los limpia. Como nuestro Premio Nobel de la Paz, que sustituye lo que supo por absoluciones que huelen a rigor mortis de la ética, cualquiera fuere su color. José Luis Mangieri tenía razón: la Argentina es un país de antropófagos. De sí mismos.
Conocí al nuevo Papa cuando era obispo en circunstancias en que yo recurría a todos los medios posibles para saber qué había sido de mi nieta o nieto nacido en cautiverio. Corrían los años ’90. Que había una hija o hijo de mi hijo lo supe en 1978 por el padre Fiorello Cavalli, un jesuita encargado del Cono Sur en la Secretaría de Estado del Vaticano. El padre Cavalli se interesó verdaderamente por el problema y preguntaba a todos los obispos argentinos que llegaban a Roma si sabían algo del tema. Nadie sabía nada.
Con ese antecedente, acepté la propuesta de mi querida y excelente abogada penal Alicia Oliveira, muy amiga de Bergoglio, como lo ha subrayado no hace mucho, de entrevistarlo para exponerle la situación e interesarlo en la averiguación de datos que podrían llevarme a encontrar a mi nieta o nieto. Nos recibió en la Catedral muy cordialmente pero, en síntesis, su respuesta fue que no podía hacer nada. Refiero el hecho porque es verdad lo que el ya arzobispo Bergoglio declaró ante la Justicia argentina: que yo había ido a verlo para que me ayudara a encontrar a la hija o hijo de mi hijo, su único legado. En esa audiencia judicial señaló también que había hecho gestiones con ese fin y que me había comunicado que no obtuvo resultados. Lo primero no me consta, lo segundo no es cierto. Nunca volví a ver al arzobispo Bergoglio y por ninguna vía supe de sus presuntas gestiones ni de su falta de éxito.
Narro este episodio no por su importancia, sino porque es cierto lo que nuestro Premio Nobel de la Paz dijo en 2005. Habló de la ambigüedad de Bergoglio y rogó al Espíritu Santo que no lo eligieran Papa en ese conciliábulo cardenalicio. Bueno. El tiempo pasa con su escoba de olvidar y algunos la agarran. No es difícil barrer los recuerdos que las circunstancias tornan molestos.

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