El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 18 de octubre de 2011

Sobre amnesias y cegueras históricas


Enrique Sáenz* | Opinión

Amaru Barahona escribió en estas páginas un artículo atacando las posiciones de Gioconda Belli sobre el proceso electoral y descalificando esas posiciones con el apelativo de “amnesia histórica”. No es el propósito del presente escrito defender a Gioconda, pues ella por sí misma se basta y, seguramente, sobra. Lo que pretendo es evidenciar las cegueras históricas de su atacante.

Afirma Barahona que un gobierno de Gadea encierra el peligro de involucionar en “tres aspectos fundamentales que hemos logrado avanzar con el gobierno de Daniel Ortega”, que para él son: independencia política frente al “poder imperial”; superación del “tutelaje del neoliberalismo ortodoxo”; vigencia del estado laico que mandata la Constitución. Tales aseveraciones evidencian una ceguera histórica que, aún si admitiéramos la buena fe del articulista, en el más amable de los casos solamente podrían ser calificadas de monumentales.
Veamos:

1.- De cuál independencia política nos habla Barahona cuando por todos lados vemos evidencias del protectorado que pretende ejercer el presidente venezolano sobre nuestro país, con la complacencia del orteguismo (recuerdan la declaración de aquel Paniagua, representante de Chávez en Nicaragua, quien públicamente afirmó “el proyecto nuestro es un proyecto de país….y yo invito a la gente de Nicaragua que nos acompañe en ese proceso”). También hemos visto al presidente Ortega, a plaza llena, coreando “Chávez…Chávez…Chávez” con un servilismo que tal vez sólo exhibió en su tiempo Somoza García ante los gobernantes gringos. Además, el mismo gobierno orteguista se ufana de sus buenas relaciones con Estados Unidos, a partir de servir lealmente a los tres intereses estratégicos del “poder imperial”: terrorismo; narcotráfico y libre comercio. El discurso es otra cosa y sólo sirve para las cámaras y camarillas.

2.- Uno de los logros que exhibe con orgullo el gobierno orteguista es el puntual cumplimiento del programa acordado con el Fondo Monetario Internacional. ¿Desde cuándo el FMI dejó de ser el principal gendarme internacional de las políticas neoliberales? Un cinismo rampante caracteriza el discurso oficial cuando ataca a los “gobiernos neoliberales” mientras no ha hecho otra cosa más que seguir aplicando las mismas políticas. Revisemos: la misma política de contención salarial. La misma política de apertura externa, comercial y financiera. La misma política cambiaria. La misma política monetaria. La misma política fiscal. La misma política social de focalización, con el agravante de que ahora se caracteriza por el clientelismo político. Por último, se busca hacernos olvidar que las políticas y medidas económicas y sociales de los anteriores gobiernos neoliberales contaron con el respaldo de Ortega y de sus representantes, unas veces de manera destapada y otras de manera solapada. Podemos citar múltiples ejemplos.

3.-    Realmente la ceguera se transforma en ridiculez cuando Barahona nos habla del respeto al estado laico cuando nunca, como ahora, la gestión pública ha estado teñida de tanta religiosidad y, peor aún, de una descarada manipulación religiosa. ¿Recuerda Barahona a los rezadores? ¿Y a las vírgenes en las rotondas? Si esos hechos están muy lejos para recordar, solamente la semana anterior Ortega se desgañitaba lanzando vivas a la virgen de Cuapa. ¿Y el inefable Cardenal Obando en plena campaña electoral?

Pero también la ceguera histórica impide vislumbrar siquiera los trágicos rezagos  que intenta imponer el orteguismo:

1.- Reprivatización de las fuerzas armadas. Sobre la base de ejércitos privados se han construido las tragedias que ha padecido la sociedad nicaragüense a lo largo de su historia. Unas fuerzas armadas nacionales y sujetas a la ley, es uno de los legados más valiosos que nos produjo la transición democrática. Ahora, la manipulación con los mandos de la policía y las sombras que se yerguen sobre el ejército nacional representan un retroceso colosal que sólo augura la reedición de las mismas tragedias.

2.- Mesianismo y concepción religiosa del poder.- El orteguismo nos está conduciendo hacia una sociedad pre-moderna. Seguramente Barahona no ha tenido oídos para oír, ni ojos para ver, las continuas referencias de la pareja presidencial al origen divino del poder que ejercen (“Dios quita reyes y pone reyes”, repiten una y otra vez) dando curso a una peligrosísima concepción mesiánica.

3.-    La restauración del poder de la oligarquía tradicional.- El gobierno se pavonea con el apoyo que recibe de los representantes más connotados de los grupos económicos tradicionales, a un punto tal que es con esos grupos que se desarrollan las negociaciones estratégicas de la gestión gubernamental.

4.- El enriquecimiento desmesurado al amparo del poder político y el control de las instituciones públicas, mientras se utilizan con maestría el discurso demagógico y las prácticas prebendarias y clientelares, abusando de la sencillez y la miseria de la población más pobre.

5.- El afán continuista, el desprecio a la ley y a las libertades ciudadanas. Pero sobre todo el irrespeto a la voluntad popular expresada en las urnas. Las elecciones municipales de 2008 fueron un ensayo que ellos consumaron con éxito. En el presente se preparan para un despojo mayor, pero esta vez esos designios están condenados al fracaso, aunque todavía no sabemos cuáles serán los costos que deberemos pagar.

Finalmente, me pregunto hasta cuándo los nicaragüenses -en particular los que se pretenden intelectuales- aprenderemos a debatir ideas sin utilizar el odioso vicio de descalificar a las personas. Hagamos el intento.

*Diputado MRS

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